Por Florencia Pulla
A mediados del año pasado las calles de la city porteña parecían un avispero. Se escuchaba el zumbido –el suspiro rápido y suave del rumor– de que la Argentina, nuevamente, entraría en default. La pesadilla recurrente de una corrida cambiaria, de importaciones paradas y, por qué no, de fragatas pérdidas en tierras lejanas se volvían, rápidamente, una realidad posible. Griesa iba a fallar contra el país y el Estado iba a tener que desembolsar millones a los llamados “fondos buitre” o entrar en default, por más negociaciones que mantuvieran banqueros argentinos en secreto.
En esos días de incertidumbre, en que los diarios marcaban en sus páginas web un countdown a la desgracia, había un solo villano. Su nombre era Paul Singer y encabezaba el famoso hedge fund Elliot Management y, como a veces se dice del kirchnerismo, iba por todo.
Pero en los pasillos del lujoso hotel Venetian los ejecutivos y geeks detrás de EMC y un puñado de empresas que llaman “La Federación” –y que incluye a pesos pesados como VMWare, RSA y Pivotal, entre otros– conocen a Paul Singer por otras razones. Es que Elliot Management controla 2% de la compañía y, a principios de este año, hizo olas dentro y fuera de la organización. El año pasado Singer se cruzó con Joe Tucci, CEO global de EMC, en los medios. Singer, en nombre de Elliot, lo instaba a vender las compañías del grupo por considerarla una estrategia de negocios errada ya que –argumentaba en la carta pública– se perdía el foco en un modelo complicado y por eso las acciones de la empresa no veían mayores crecimientos desde hacía años, a excepción de sus competidores. Vender, escribía Singer, no era la mejor opción sino la única.
Tucci respondió. El CEO y Chairman histórico de EMC, instigado por periodistas en una conferencia de prensa, dijo que por ahora los planes de desintegrar el grupo no tenían sustancia alguna y que, para él, el mejor modelo era el de integración de las varias compañías, especializadas cada una en un segmento de mercado. “No estamos de acuerdo en lo que consideramos es el mejor camino para la compañía”.
No es la primera vez que la cabeza de un hedge fund torea con un CEO en la prensa. Aunque su participación es menor, no lo es la presión que ejercen sobre el management de las empresas. En 2012 Scott Thompson había recibido un ultimátum por parte de Dan Loeb, del hedge fund Third Point luego de que se descubriera que había mentido en sus credenciales académicas. Entonces Loeb había visto el faux pas de Thompson como una oportunidad para lograr aumentar su influencia en el directorio de Yahoo!, lo que finalmente consiguió luego de que Thompson renunciase.
La anécdota sirve para ilustrar un punto, no menor, en lo que respecta al negocio de EMC: contrariamente a lo ocurrido en Yahoo!, la conferencia global de la compañía dejó una cosa en claro. La estrategia de negocios no será la de la desconcentración sino la de una estrategia conjunta que permita, en un mundo cada vez más demandante de tecnología compleja, ofrecer soluciones completas. EMC es uno solo pero a la vez es muchos: es hardware de almacenamiento; soluciones de seguridad; proyectos en la nube y cada empresa dentro de La Federación cumple un rol clave, especializándose. Esa visión a largo plazo es el as bajo la manga de un CEO que hace 20 años decide, para bien o para mal, los destinos de la compañía. Como dijo en exclusiva para Mercado: “Los inversionistas quieren lo mismo que nosotros: crear más valor para nuestros grupos de interés. Creemos que lo nuevo, lo que se viene, tiene que ver con la nube. Y para ser los primeros en todo lo nuevo hay que invertir. Juntos somos más fuertes que separados porque podemos crear una propuesta de valor mayor que cada uno por sí mismo”.
Joe Tucci
Adquisiciones grandes y pequeñas
Entonces si La Federación no va a romperse, es evidente que la estrategia de crecer mediante adquisiciones continuará. Eso lo dejó bien en claro Scott Darling, presidente de la división de Desarrollo Corporativo y Capital de Riesgo ante una pregunta realizada por Mercado en el marco de la conferencia EMC World 2015, a la que fuimos invitados por la empresa. “El juego cambió bastante. Hace cinco años más o menos era posible para compañías como la nuestra comprar empresas que tuvieran ganancias robustas a un precio razonable. Y esas empresas en el corto plazo rendían, devolvían la inversión. Hoy las cosas son distintas y hay que tener en claro que el riesgo es más alto. Hay que invertir temprano en empresas con potencial, ayudarlas a desarrollar tecnologías clave, y luego tomar o no la decisión de adquirir. Pero esa decisión debe ser tomada a tiempo. Con Xtreme IO hicimos eso y el riesgo dio sus frutos. Hay que pensar hacia adelante y tomar decisiones tempranas. Ya no sirve comprar compañías cuando están en la cresta de la ola”.
Esto significa que el modelo que imperaba hasta el momento –de hacerse de compañías grandes, que tuviesen un buen market share para crecer por adquisiciones y no orgánicamente– se está terminando, tanto para EMC como para el resto de las compañías de Sillicon Valley. “Hay que investigar mucho y entender cuáles son los cambios que se vienen; cuál va a ser la próxima tecnología disruptiva”, reconoce.
En este contexto –el de buscar tecnologías nuevas y no apostar en empresas maduras– no sorprende el anuncio de liberar software para que empresas de todos los tamaños puedan probar de qué se trata la experiencia EMC. El lanzamiento de Project CoprHD (Copperhead), una versión de código abierto del controlador VIPR, ahora se puede descargar gratuitamente para uso en entornos no productivos de su software ScaleIO. El software Open Source es cada vez más adoptado por empresas tradicionalmente privativas porque permite a las compañías –sus clientes– mantener el control de su negocio e innovar rápidamente. Además, detrás de cada proyecto Open Source hay toda una comunidad de desarrollo que estimula futuras innovaciones, algo en lo que EMC tiene un interés bastante importante.
Pero además esconde la chance de que más empresas –y no los gigantes todo terreno que generalmente compran sus soluciones– entiendan mejor los beneficios de meterse en la cama con EMC.
“Hasta hace una semana –explicaba CJ Disai a un grupo de periodistas latinoamericanos– si alguien quería bajarse Scale IO tenían que contactar a ventas y eso limitaba, de alguna manera, la cantidad de potenciales clientes que podían probar nuestro producto. Ahora quien quiera probarlo puede hacerlo sin más. Queremos que nuestros productos –y la percepción que tienen otros de EMC– sea más amplia”. Para estar siempre en la vanguardia de la tecnología hay que ser flexible, liviano, cambiante. Esa es una filosofía que EMC viene practicando hace años, con o sin el visto bueno de Wall Street.
Latam, la región que más crece
Sucede en estos grandes eventos que los anuncios globales rara vez tienen una bajada regional. Pero para eso está Octavio Osorio, VP de Latinoamérica de EMC, para darle contexto a anuncios que a veces parecen tan alejados del negocio que se necesita un título en Ingeniería para entenderlos. Lo dice claro: la tecnología por sí misma no existe sino se aplica a un objetivo de negocios. “Las empresas quieren innovar y conocer más su negocio –reconoce– y las soluciones de EMC ayudan a tomar decisiones en tiempo real. La oportunidad para compañías de todos los tamaños es grande porque tecnologías como cloud, por ejemplo, son muy democráticas en cuanto pueden ser implementadas en estructuras diversas”.
En la conferencia de prensa que brinda Osorio para periodistas de la región, se lo ve entusiasmado. Es que Latinoamérica es una región caliente para EMC, la de mayor crecimiento en el mundo. Eso, a pesar de varios factores que jugaron en contra el último año. “La devaluación, la inflación y el bajo crecimiento económico de la región en 2014 afectaron nuestro negocio pero, incluso en estas circunstancias, Latinoamérica sigue siendo la región que más crece. Cada uno tiene consideraciones distintas y hay que adecuarse. En el caso de la Argentina, está el tema de las limitaciones a las importaciones pero como somos una empresa exportadora de servicios no hemos percibido demoras”.