Por Florencia Pulla
Ser community manager de una de las tres telcos más importantes del país –las tres que, por cierto, concentran la mayor parte del mercado y son responsables de victorias y derrotas en lo que a fiabilidad de servicio se refiere– debe estar entre los trabajos más estresantes del país, superado, quizás, por Jefes de Gabinete y consultores de prensa de empresas mineras. Basta ver algunos mensajes de Twitter para empatizar.
“Holis @PersonalAr. ¿Por qué permiten que el 60700 me envíe muchos SMS con una web spamera?”, se pregunta el usuario de Twitter @DerechoenZapatillas. “Mi hija está haciendo un reclamo por teléfono a @MovistarArg. Admiro la paciencia que tiene esta adolescente”, admite la periodista Florencia Etcheves. Ni siquiera se salva la cuenta de Alejandro Fantino. “@ClaroArgentina estás entre las peores empresas en atención al cliente del universo. Solo te gana una en Mercurio”.
No es un trabajo para cualquiera. Desde hace años las empresas de telefonía celular están entre las primeras en ser denunciadas a organismos de Defensa del Consumidor por irregularidades en el servicio. Cuando, el año pasado, decidieron subir el precio de sus abonos luego de anunciar cambios en los planes de datos por la incorporación de 4G, los consumidores ardieron en llamas.
Lo cierto es que, más allá de los reclamos, las empresas de telecomunicaciones –Personal, Movistar, Claro– comparten, entre tantas cosas, un aspecto común: inversiones sostenidas para mejorar la infraestructura del servicio y la experiencia del usuario. A principios del año pasado, antes de anunciarse las inversiones por la licitación de las frecuencias 4G, ya habían anunciado inversiones que, conjuntas, sumaban casi $6.000 millones. Este año los anuncios fueron aún más espectaculares: Claro prometió US$ 2.500 millones para los próximos cinco años; Movistar $8.500 millones solo en 2015. En un país que cuenta con casi 30 millones de líneas –aunque un porcentaje relativamente importante se encuentren inactivas– la noticia no puede dejar de ser buena.
El punto G
Lo cierto es que muchos de esos recursos hoy tienen una niña bonita. La licitación, que llevó a las arcas del Estado –que no licitaba nuevos espectros para telefonía celular desde 1998– US$ 2.000 millones por el uso de esas frecuencias radioeléctricas por 15 años, las ganaron Claro, Personal, Movistar y AirLink y permitirá a los usuarios acceder a una mayor velocidad de conexión que las viejas redes 2G y 3G, saturadas por la inundación de teléfonos inteligentes.
“4G es una tecnología especialmente dedicada al tráfico de datos pero es complementaria a las redes 2G y 3G, que siguen cursando voz y SMS. Pero con una diferencia: que permite una mejora sustancial en la experiencia de los clientes por su mayor velocidad de navegación y descarga de archivos; acceso a contenido de alta definición via streaming o jugar videojuegos online”, explica Manuel Correa Cuenca, director de Marketing de Grupo Telecom, paraguas de Personal. Según Correa Cuenca los clientes de la telco ya están experimentando velocidades superiores a las del 3G, con picos de velocidades de 100 MB. “Lo interesante del 4G es que tiene un mayor grado de seguridad, movilidad y optimización del espectro; para el cliente eso significa un salto cualitativo. Y para nosotros una doble ventaja: dar un mejor servicio pero también descomprimir las redes 2G y 3G que están saturadas y que también van a mejorar a medida que más usuarios migren a 4G”.
Para los grandes players la llegada de 4G es un win–win: ganan los que tienen acceso a estas nuevas velocidades y los que no. “Es una red exclusiva. Por eso 4G permite una experiencia de navegación hasta 10 veces más veloz. Pero democratiza un mejor servicio para todos porque complementa 2G y 3G, descongestionándolas. Va a pasar de forma progresiva a medida que se vaya desplegando la red”, estiman desde Movistar.
Es que con la explosión en la demanda de teléfonos inteligentes –en un país con 40 millones de habitantes hay 30 millones de líneas– las inversiones deben ser constantes y sonantes. Como cuenta Fernando Del Río, director Comercial y cara visible de Claro Argentina. “El porcentaje de crecimiento en el consumo de datos, que incluye aplicaciones como WhatsApp, Facebook, Twitter y YouTube, viene aumentando 180% año a año. Sin estas inversiones la calidad del servicio del sector no tendría, sin dudas, los estándares actuales. Con 4G los clientes van a poder experimentar mejoras considerables en el uso de Internet móvil”.
Lo cierto es que ninguna de las tres empresas quedó callada luego del anuncio de las nuevas licitaciones. Ya sea porque las telcos deben mejorar su imagen de cara a un consumidor que lo castiga –quizás por lo esencial que se han vuelto sus servicios en una época digitalizada– o porque es un buen momento para posicionarse como marca a la vanguardia de lo nuevo en la región, Movistar y Personal salieron con tapones de punta con publicidades alusivas y promesas de mejores servicios al migrar de servicio.
Correa Cuenca se sincera. “Esperábamos esta oportunidad hace tiempo. Con la campaña buscábamos celebrar con nuestros clientes la disponibilidad de LTE. Hay que mantener la perspectiva: cuando se puso en operativa 4G en Personal, eran 200.000 los clientes aptos para hacer la migración. Pasaron seis meses y ya son 600.000 los que pueden probar esta nueva velocidad porque ampliamos las áreas de cobertura”.
Su competencia, Movistar, también marca la cancha. “Hoy Movistar tiene más de 500 mil clientes que usan 4G ya. En Capital Federal ya representa 25% y en AMBA casi 15%. De manera progresiva se está dando el mismo fenómeno en el resto del país”, confiesan desde Movistar.
Quizás Claro haya marcado aquí la excepción: en una conferencia de prensa en febrero de este año, del Río se había sincerado: las inversiones que se requieren para que 4G funcione son muchas y los avances, lentos. “No vamos a hablar de 4G hasta que funcione bien. Una red lleva tiempo”.
En lo que refiere a 4G, nunca fue más cierto el refrán de las abuelas inmigrantes: piano, piano, si va lontano.
Qué celulares ya lo tienen
La famosa migración de redes 3G a 4G suena rara. ¿Qué tiene que hacer el usuario que ya tiene un celular inteligente para acceder a las nuevas velocidades? En principio, bastante poco: mientras que algunas telcos impulsan al usuario a hacer el recambio de chip de manera autónoma, otros insisten en “esperar” las directivas de la compañía.
“Para poder acceder a la tecnología 4G LTE el usuario tiene que tener un equipo habilitado y un chip apto para esta red”, cuenta Correa Cuenca de Personal. En su empresa el recambio de chips ya se fue dando de manera progresiva y los nuevos usuarios ya cuentan con la nueva tecnología a la hora de comprar un smartphone. Claro ha implementado un plan similar. Movistar dio en el clavo con una estrategia un poco más agresiva: comunicó los pasos de recambio de chip pero además creó una aplicación (“Mi Movistar”) donde se pueden encontrar instrucciones para prenderse al 4G.
Ahora, si de recambio de dispositivos se trata, ya hay varios dispositivos en el mercado que cuentan con la tecnología 4G LTE habilitada. Más allá del iPhone de Apple, LG, Samsung y Motorola tienen propuestas para diferentes bolsillos.
LG tiene los dispositivos G2, G3, Optimus Pro y Optimus Pro Light con capacidad de conexión 4G. Motorola, por su parte, ha hecho varios anuncios en los últimos nueve meses. El Moto X estuvo entre los primeros en apuntar al nuevo mercado 4G, a un precio coherente para los alta gama. Pero el nuevo Moto G también estará habilitado y será, quizás, aun más conveniente para el bolsillo.
Detrás de Nokia, Microsoft pretende mostrar cierta variedad en su porfolio. Los Lumia 635 son accesibles en su precio y están habilitados para 4G. Más alto en la gama, está el 920 que también muestra mejor rendimiento en velocidad.
Samsung se hizo esperar un poco más. Recién la versión Mini del S5 tiene habilitado 4G, no así el S4 y S5 en sus versiones nacionales. El último lanzamiento, S6, es una buena noticia en este sentido como así también la incorporación de una nueva versión del Galaxy Note.