¿Responsabilidad social o relaciones públicas? – III

    Citi

    El banco más verde del mundo

    Alejandro Cerviño, VP de Asuntos Públicos

    Hemos evolucionado de programas tradicionales de RSE a Inversión Social Estratégica, reconociendo la importancia de fortalecer a las comunidades y ecosistemas en los que desarrollamos nuestras operaciones a través del apoyo a programas que generan valor compartido. Pensamos nuestro negocio desde hace 100 años en la Argentina, no solo como generadores de rentabilidad para nuestros inversores, sino también como creadores de fuentes de trabajo, procurando un buen clima laboral en condiciones que permiten el desarrollo de nuestros colaboradores y mejoran la calidad de vida de sus familias; como proveedores de servicios de calidad para nuestros clientes, con productos de excelencia y procesos eficientes que procuran minimizar nuestro impacto en el medio ambiente.
    Como una de las compañías más globales del mundo, asumimos el liderazgo de la industria en conducir nuestras operaciones de manera sustentable en todas las plazas en las que operamos. Prueba de este compromiso es la participación en el grupo de instituciones financieras que, en 2003, generaron y adoptaron los Principios del Ecuador, una serie de estándares de calidad en materia social y ambiental para asegurar el financiamiento responsable. 
    Este enfoque es particularmente evidente en dos áreas que tienen un impacto directo sobre el desempeño ambiental: la gestión de los espacios físicos y la eficiencia de la operatoria del negocio mediante la reingeniería de los procesos, con la consiguiente innovación tecnológica, en un proceso de mejora permanente.
    Es debido a estos lineamientos que se impulsa en todas las franquicias que en 2013 nuestra compañía recibió el reconocimiento internacional como el “Banco Más Verde del Mundo” en la tercera edición del ranking anual elaborado por Bloomberg Markets Magazine, que evalúa los proyectos de energías limpias de las entidades y su reducción del consumo de energía y las emisiones. 
    En cuanto a la transparencia, en Citi priorizamos la dimensión ética como modo del desarrollo económico, que es la base del nuestro negocio. 

    Grupo Supervielle

    Agente de cambio creador de valor

    Patricio Supervielle, presidente

    Aspiramos a ser no solo un banco rentable e innovador sino también un agente de cambio creador de valor sustentable a largo plazo. Esto nos exige redefinir nuestro rol frente a una sociedad que amplía sus expectativas. La responsabilidad social ya no es una opción sino una demanda social que le reclama a la empresa un papel más protagónico como factor de transformación social. De alguna manera, nos tenemos que hacer cargo. Esta es la base de la construcción del nuevo programa de responsabilidad social corporativa que suscribimos.
    Somos un importante referente del sistema financiero argentino con alto potencial de visibilidad en su gestión social. La fuerte presencia regional y localizada permite una acción social en profundidad. El nuevo programa aspira a instalar la responsabilidad social corporativa en el modelo de gestión como eje orientador de la estrategia de negocios. Buscamos desarrollar una estrategia innovadora y transformadora con acciones concretas, medibles y de alto impacto.
    Hemos definido cuatro ejes fundamentales de actuación: niñez, educación, tercera edad y fortalecimiento institucional.  
    Para 2014 nos propusimos un aumento en la escala de nuestras gestiones de acción social generando iniciativas que impulsen la transversalidad en la organización: empleados, clientes, beneficiarios y gobiernos, a partir de sinergias efectivas con las comunidades en las que tenemos presencia real. Para 2015 a 2017 buscaremos convertirnos en un caso nacional de buenas prácticas en materia de responsabilidad social corporativa integrando nuestro accionar en un modelo más amplio de desarrollo sostenible que involucre de manera activa a todas las relaciones con nuestros grupos de interés. Estas iniciativas son parte de un proceso de cambio cuyo eje es la construcción de una sociedad más eficiente y sustentable pero también más justa y más solidaria; que resuelva los problemas reales de la gente, mejore la calidad de nuestra vida en común y preserve el medio ambiente.  

    Randstad

    No solo ganancias: la demanda de cambios

    Andrea Avila, Ceo

    El deseo de dejar nuestra huella a través de lo que hacemos es propio del hombre. De chicos, sin saber lo que significan desigualdad, injusticia, contaminación o capa de ozono, soñamos ser bomberos, veterinarios, maestros, médicos, policías, todos aquellos oficios relacionados con hacerle bien al otro. Ese anhelo casi instintivo en ocasiones se diluye cuando vamos creciendo, pero al ingresar a la universidad y cuando entramos al mundo laboral, descubrimos que no es necesario ser médico para ayudar a las personas a vivir mejor, sino que desde el lugar que cada uno ocupa puede generar un cambio que colabore a construir un mundo mejor.
    De acuerdo con el Workmonitor, un informe que elaboramos trimestralmente, casi la totalidad de los trabajadores consultados (97%) considera que su crecimiento es una combinación de su desarrollo personal y profesional. Esto pone de manifiesto el rol del trabajo que cada uno realiza como factor para lograr la satisfacción personal. Sobre todo los jóvenes talentos, aquellos que imprimen en las empresas la innovación que les permite seguir vivas son claramente mucho más comprometidos con la sustentabilidad y conscientes del impacto social y ambiental de las empresas, cualquiera sea su rubro.
    Históricamente las empresas vivían en el microclima de su negocio sin integrarse a la sociedad. Hoy mantener esa posición es cada vez más difícil porque todos, los empleados, los consumidores y la sociedad en general, empezamos a mirar las cosas de un modo integral, relacionando esto con aquello. Esto hace que una empresa ya no pueda vender un producto sin dar explicaciones sobre su modo de producción, sobre los materiales que usa, sobre las políticas de empleo que afectan a los trabajadores que lo hicieron, sobre el cumplimiento de sus responsabilidades impositivas por las ganancias que ese producto representa.
    El paradigma cambió: las empresas ya no son solo negocios que generan ganancia, sino que son actores que generan cambios positivos o negativos en una sociedad, como un político, una ONG o un ciudadano y, como tal, tienen responsabilidad por sus actos y sus omisiones.

    HSBC

    Aldeas infantiles

    Georgina Sticco, Movilización de Recursos Aldeas Infantiles SOS Argentina

    Un modelo de crecimiento económico sustentable está atado al desarrollo social. Esto significa que un modelo que asegura que todas las personas alcancen oportunidades de crecimiento individual y comunitario para construir una sociedad más próspera y justa. Pero, lamentablemente esta situación no es la que nos acerca la realidad de todos los días, por el contrario nos encontramos con dificultades que pueden comenzar desde muy temprana edad.
    Si bien en nuestro país hay políticas públicas que apuntan a cubrir estas diferencias, muchas veces no resultan suficientes. La RSE puede aportar a un crecimiento económico acompañado por un desarrollo social que implique, hacia el futuro, un desarrollo sustentable. Al incluir a más personas dentro del sistema, permitiéndoles tener un nivel de vida digno y aumentando sus posibilidades de desarrollo, se incrementa el capital social del país potenciando su crecimiento. 
    En este sentido, consideramos que las empresas deberían enfocar sus planes de intervención desde esta perspectiva; ya que asumiendo un compromiso con la comunidad donde se encuentran, y con sus empleados, y apostando además al desarrollo social, también mejoran su imagen y rentabilidad.
    En este sentido, desde Aldeas Infantiles SOS hemos entablado una relación de trabajo conjunto con HSBC Argentina, implementando proyectos desde hace más de siete años. Mejorando la nutrición de niños menores de 6 años, potenciando así sus oportunidades de desarrollo físico y cognitivo en el futuro; implementando Bibliotecas Virtuales a partir de las cuales cientos de chicos, adolescentes y jóvenes pueden acercarse a la tecnología; sensibilizando a sus empleados en las temáticas relevantes para la organización (educación, niñez, empleabilidad) a través del voluntariado corporativo; y articulando el trabajo con distintas organizaciones, empresas, entidades gubernamentales, favoreciendo el crecimiento de Aldeas Infantiles y mejorando el impacto de sus programas.
    La estrategia de sustentabilidad de HSBC Argentina siempre ha contribuido al desarrollo económico y al progreso de la sociedad en su conjunto a través del crecimiento sustentable de la rentabilidad, la construcción de relaciones estrechas y de largo plazo con sus clientes y el control del desempeño social y medioambiental de sus operaciones. Esto se traduce en su gestión de negocios de todos los días a través del tratamiento de los impactos directos e indirectos de su actividad, el desarrollo de negocios sostenibles, y la inversión comunitaria en actividades educacionales y ambientales.

    Gran Thornton

    Salvar al planeta, solo prioridad pour la galerie

    Mariana La Menza, gerente de Marketing y RSE

    Las cifras hablan por sí solas. La opinión pública impulsa las actividades de RSE, según 9 de cada 10 empresarios argentinos. A escala global, 56% de las empresas mencionan a la opinión pública/construcción de marca, el reclutamiento/retención de empleados como los impulsores principales, junto con la administración de costos como los principales impulsores de RSE de las empresas.
    Es significativo cómo están repartidas las posiciones respecto de si reportar las actividades de RSE debería integrarse con la información financiera, y que a escala mundial 44% opine que esto representa una mejor práctica, mientras que 40% no está de acuerdo. 
    Pero la Argentina fue el segundo país que más alto porcentaje tuvo con relación a la opinión de integrar las actividades de responsabilidad social a la información financiera, con 88%, detrás de México.
    También son elocuentes los números sobre el deseo altruista de preservar el medio ambiente, que por cierto ocupaba un lugar poco importante en la agenda de las empresas, de acuerdo con la edición 2011 del International Business Report (IBR) de Grant Thornton: sólo 36% de las empresas en el mundo están motivadas a adoptar prácticas más éticas por un deseo de “salvar al planeta”, una caída contra 40% registrado en 2008. IBR es un estudio de las opiniones de 11.000 empresas privadas en 39 economías del mundo. 
    En la Argentina, 88% de los empresarios encuestados consideró que la opinión pública es el principal motor para las prácticas de Responsabilidad Social Empresaria en sus industrias o actividades. Está 19 puntos porcentuales por encima de la del anterior estudio de responsabilidad social de IBR aplicado en 2008, cuando la opinión pública obtuvo 69% de menciones. El segundo factor determinante para esta actividad fue la administración de costos, con 69% (60% en 2008). El propósito real de la Responsabilidad Social Empresaria, el salvar al planeta, fue la tercera prioridad en la Argentina con 63% (23 puntos porcentuales arriba del resultado de 2008 de 40%).

    GE

    La tendencia mundial es construir marcas

    Cecilia Albuixech, gerenta de Comunicaciones para Argentina y Chile

    Como compañía global, tiene una visión integral de la Responsabilidad Social y la Sustentabilidad como modelos de gestión, interdependientes e inherentes a la cultura y estrategia de negocio. Para la organización, RSE significa prácticas transparentes, un inamovible código ético, sólidos valores y un respeto irrestricto.
    La principal preocupación para fortalecer el modelo sustentable sigue siendo la articulación con diferentes actores del plano público y privado, algo en lo que GE ya viene trabajando y que, sin dudas, nos ha representado la multiplicación de sinergias para el desarrollo social de las comunidades donde operamos.
    En línea con el trabajo articulado, consideramos que otro aspecto que requiere atención es la evolución y sostenibilidad de los programas que se implementan. Estamos convencidos que un negocio no es exitoso per se, requiere de una cantidad de variables para lograrlo, y entre ellas, la cuestión social es fundamental. La sustentabilidad debe estar alineada a la estrategia de gestión de negocios, responder a necesidades reales de la sociedad y mantenerse a lo largo del tiempo.
    Arnaldo Hasenclever, Managing Partner de Grant Thornton Argentina, afirma que “en la Argentina se está avanzando en materia de RSE, pero desde el punto de vista empresarial todavía hay mucho por hacer para que esta práctica ocupe un lugar prioritario en la agenda corporativa”. 
    Sin embargo, las empresas en el mundo siguen enfocadas en los méritos de RSE en relación a la construcción de marca, la atracción de empleados claves y la obtención de futuros contratos. A escala global, 56% de las empresas mencionan a la opinión pública/construcción de marca, el reclutamiento/retención de empleados como los impulsores principales, junto con la administración de costos, destacando la importancia de la opinión pública en definir las prioridades de RSE de las empresas. 

    Irsa

    Incluir a los grupos menos favorecidos

    Sergio Dattilo, gerente de Relaciones Institucionales

    La sustentabilidad permite a las compañías desarrollar un negocio que se sostiene en el tiempo, posibilita una cadena de valor en crecimiento, un equipo interno consciente y motivado, unos clientes que valoran los productos de la compañía, inversores que se interesan por empresas sustentables y una reputación positiva.
    Nuestro rol consiste en lograr resultados de negocios exitosos de manera responsable. Por este motivo, consideramos primordial el compromiso con las comunidades que tienen relación con cada una de nuestras unidades de negocios a la hora de emprender un proyecto.
    Más allá del relacionamiento diario con todas las comunidades, desde la compañía realizamos diferentes acciones puntuales en nuestros centros comerciales, edificios y hoteles buscando generar conciencia acerca de determinadas problemáticas. 
    La idea es poder darle visibilidad a las ONG  y sus distintas áreas de trabajo a través de la presencia en nuestras unidades de negocio y el trabajo conjunto. Las acciones se mantienen a lo largo del tiempo, a fin de entablar una relación directa con las comunidades cercanas, con una comunicación abierta y fluida. Este punto es fundamental a la hora de pensar un modelo sustentable: mantener una relación sostenida en el tiempo. 
    Consideramos que los máximos desafíos giran en torno de fortalecer la cadena de valor de las compañías bajo la mirada de la sustentabilidad, continuar con la apertura de diálogo con los grupos de interés teniendo en cuenta sus expectativas e incluir cada vez más temas que tienen que ver con los grupos menos favorecidos de la sociedad (minoridad, tercera edad, capacidades diferentes, educación, etc.).
    Por otro lado, percibimos en nuestro país una creciente valorización por parte de los consumidores de los productos y servicios que llevan adelante empresas basadas en una gestión sustentable. Creemos que a futuro esta tendencia se profundizará aún más como ocurre a escala internacional.

    Farmacity 

    Gestión responsable debe ser el destino

    Federico Centeno Lappas, gerente de RSE

    Recién sumado a los más de 4.500 empleados que la firma posee en todo el país, con 190 farmacias distribuidas en 13 provincias, toca al ejecutivo ponerse al frente de las acciones sociales que esta empresa de venta minorista de medicamentos, que nuclea al mayor número de profesionales farmacéuticos, ejecuta desde su fundación, hace más de 15 años. Por ejemplo, los trabajos realizados con Fundaleu, Unicef, y Fundación Tzedaká en distintos proyectos de promoción social, además de la participación comunitaria que ha venido desarrollando.
    En su debut en el cargo, afirma que “entendemos a la RSE como la forma en que desarrollamos nuestro negocio: el estricto cumplimiento de las normativas, la preocupación por nuestros empleados relacionado con su desarrollo personal y profesional, la calidad del servicio que ofrecemos a nuestros clientes, la búsqueda de vínculos virtuosos con nuestros proveedores y cómo intervenimos en las problemáticas de los sectores más desfavorecidos de nuestras comunidades”. 
    En todo sentido, estas dimensiones son faros que deben guiar nuestro trabajo. La preocupación debe centrarse en convertir el gestionar responsable en un destino irrenunciable. Logrado esto, los avances como sociedad serán los esperados.

    Mondelez International

    Ética y transparencia; desarrollo sostenible

    Patricio Daschuta, coordinador Comunicaciones Externas y Asuntos Corporativos

    Antes Kraft Foods Inc, desde 2012 Mondelez International remite a la idea de “mundo delicioso”, ya que engloba a marcas como Milka, Chips Ahoy!, Oreo, Trident, Mantecol, Tita, Rhodesia, Terrabusi, Express, Cerealitas, Cadbury, entre otras.  
    Posee cuatro plantas industriales, una en General Pacheco, donde se producen las categorías de galletitas, pastas y chocolates, otra en Victoria donde se elaboran caramelos, chicles y chocolates, un molino harinero en Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires, y la planta de producción de bebidas en polvo y postres para preparar en Villa Mercedes, San Luis.
    El porfolio de este miembro de los índices Standard & Poor´s 500, del Nasdaq 100 y del Dow Jones de Sustentabilidad supera los US$ 1.000 millones en facturación anual, con los chocolates Cadbury y Milka, el café Jacobs, las galletas Oreo, Nabisco y LU, la bebida en polvo Tang y los chicles Trident. 
    Ensayan una definición formal de RSE y de Desarrollo a escala global, aunque se esté usando el término sustentabilidad como evolución de una RSE, que se centra en el negocio y en la creación de valor compartido. 
    Entendemos a la RSE como la responsabilidad de la organización ante los impactos que las decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que contribuya al desarrollo sostenible.
    El modelo de Responsabilidad Social Empresaria está evolucionando; de ser un tema de un área determinada que trabaja con la comunidad circundante para reforzar la reputación de la empresa, está pasando a ser parte intrínseca e integral de la compañía en su totalidad. 
    De alguna manera esto genera una obligación y una mayor motivación y sentido de pertenencia entre los empleados. 
    La creación de valor compartido entre la empresa y la sociedad implica una conexión entre el éxito empresarial y el progreso social. 
    Y aquí radica la necesidad de mantener un compromiso en el modo de llevar adelante acciones sustentables y de RSE que comprometan a las empresas con el entorno y la realidad social del tiempo que nos toca vivir, contribuyendo a canalizar las inquietudes solidarias de los empleados con las necesidades de la comunidad, manteniendo todas las iniciativas que se generen perdurables en el tiempo. 
    Preservando el ambiente y siendo, por ejemplo, eficientes en el uso de energía, cambiando las compañías el modelo de negocios para obtener crecimiento global con modelo de de­sarrollo sustentable, perdurable en el tiempo.

    Banco Hipotecario

    Todo sustentable en la cadena de valor

    Paula Solsona, gerenta de Asuntos Sociales

    Una de las claves es lograr instalar capacidades en las ONG con las que trabajamos para que sean cada vez más sustentables. El desafío es ayudarlas a crecer, madurar, mejorar sus procesos, pensar a largo plazo. 
    A medida que las empresas vamos alcanzando mayores niveles de madurez en nuestros programas de RSE y estrategia de sustentabilidad, los desafíos son más grandes e implican, por un lado, lograr mayor profundidad –y sostenibilidad– en las acciones; esto se logra fortaleciendo a las organizaciones del tercer sector con las que trabajamos en alianza. Y, por el otro, abrir cada vez más el diálogo a todos los grupos de interés o stakeholders (accionistas, ONG, Estado, clientes, comunidad) para buscar juntos las mejores soluciones a las problemáticas que nos aquejan como sociedad.
    Son muchas las iniciativas que estamos llevando a cabo dentro del banco de transferencia de capacidades –a organizaciones, a chicos en edad escolar, a capacitadores– y de fortalecimiento institucional. 
    Otra tarea que recién estamos comenzando –en relación con la RSE en la cadena de valor– es la incorporación de proveedores sustentables. Este es un tema fundamental en términos de sustentabilidad porque genera valor a partir del trabajo. El año pasado, por ejemplo, elegimos a organizaciones de la sociedad civil para que realicen dos piezas de comunicación de nuestro reporte de sustentabilidad. También desde el área de Desarrollo Organizacional estamos incorporando a jóvenes que provienen de diversos programas de capacitación –dictados por ONG con experiencia en inserción laboral– para que puedan desarrollar sus primeras experiencias laborales en el banco. 
    Finalmente, un valor primordial es la coherencia. Se trata de poner en práctica, con nuestro equipo, los valores que queremos para nuestra sociedad. Para eso llevamos a cabo dos iniciativas: por un lado, realizamos campañas medioambientales de concientización sobre el uso responsable de los recursos no renovables (disposición final de chatarra electrónica, pilas y batería; plantadas de árboles, reciclado); y por el otro, desarrollamos un programa de fortalecimiento a la labor solidaria de nuestros colaboradores, quienes se desempeñan como voluntarios en diferentes organizaciones de su entorno (escuelas, comedores, parroquias, hospitales, entre otras). 

    PwC Argentina

    Agregar valor no es el medio ambiente

    Marcelo Iezzi, líder de la práctica de Desarrollo Sostenible

    Idealmente, la actividad empresarial debería agregar valor a la sociedad, la cual a partir de ahí disfruta de mejores condiciones de vida, incluyendo a los miembros de la misma empresa. Agregar valor significa que no solamente se genera rentabilidad mediante la venta de productos o servicios, sino que, a la vez, el uso de recursos no conduce a la degradación ambiental, las relaciones con empleados, comunidad y otros grupos de interés de mutuo beneficio, y se cumple con las obligaciones legales y regulatorias. En esta situación ideal hay externalidades positivas que compensan en exceso al costo derivado de las eventuales externalidades negativas.
    La realidad es un poco más compleja que la idealización anterior, porque hay muchas actividades y organizaciones que generan externalidades negativas que son socializadas sin su contrapartida de compensación, siendo las más obvias aquellas donde el ambiente es degradado al punto de perder sus condiciones para el servicio ambiental.
    Una lista corta de preocupaciones de lo que debería contener:
    • La actividad de la empresa, ¿genera valor en forma sostenible, o se trata de una explotación de corto plazo luego de la cual solo quedan las externalidades negativas?
    • Si el caso fuera el negativo, ¿se puede hacer innovación técnica, operativa, económica, institucional que revierta la situación y contribuya al desarrollo sostenible?
    • ¿Se hizo un análisis minucioso de los grupos de interés involucrados y cómo estos son afectados, tanto positiva como negativamente?, ¿se diseñaron planes de respuesta al análisis anterior?
    • La organización, ¿está preparada para este desafío?, ¿tiene una estrategia general que contempla al desarrollo sostenible como un elemento central en la definición de su misión, visión, valores, operación, asociaciones, políticas, resultados, etc.?
    Los retos del desarrollo sostenible son muchos, diferentes y afectan a diferentes actores. Las organizaciones empresariales son expertas en producir soluciones que generan, en la mayoría de los casos, valor. Por este mismo motivo están llamadas a realizar un gran aporte de su capacidad de gestión para que la producción de bienes y servicios sea definitivamente sostenible, minimice las externalidades negativas y contribuya activamente al bienestar general.