La tercerización llega a Internet

    Por Florencia Pulla


    Sebastián Siseles

    Por Florencia Pulla

    La inscripción a Freelancer.com es sencilla, incluso se puede hacer a través de un perfil de Facebook. Es decir, para el usuario curioso la experiencia no difiere mucho de otros portales de recursos humanos online en donde se carga un curriculum, se aplica a una bolsa de trabajo dividida en categorías y se espera el ansiado llamado del empleador. Pero si se va un poco más allá de la mínima registración y el sencillo browsing de ofertas se entiende rápidamente que se trata de otra cosa: un modelo de negocios robusto que permite a la empresa cobrar por suscripciones premium y ofrecer un link entre empresas que necesitan tercerizar algún trabajo y el profesional independiente que está rentando su tiempo, su fuerza de trabajo, sin tener que ir a la oficina.
    Esta modalidad, que crece a medida que la generación Y busca otras variables en el trabajo además de la famosa estabilidad y las empresas tienden a reducir costos por trabajos puntuales que no pueden resolverse puertas adentro, es una tendencia que ya no puede ignorarse. Un estudio de la consultora IDC así lo prueba: en 2015, 37,2% de los empleados van a trabajar desde casa, de 20% que ya lo hace actualmente. De hecho, una encuesta interna de Telecom –un verdadero pionero en lo que a teletrabajo se refiere– listó como primero a este beneficio no salarial.
    Pero aunque se encuentran correlatos físicos de empresas que se ofrecen como vínculo para tercerizar proyectos, ninguno era por Internet. En este sentido, Freelancer.com, la idea detrás del australiano Matt Barrie –su actual CEO–, es ganadora: facilita la concreción de proyectos entre personas y organizaciones en cualquier lugar del mundo con seguridad y garantía de pago. Nada mal. Hoy están en 40 países y en la Argentina desde el año pasado, el país en donde decidieron hacer base y en el que abrirán oficinas en 2014. “No fue una casualidad haber realizado nuestro lanzamiento acá –dice Sebastián Siseles, director para América latina– porque tenemos mucha confianza en las capacidades y cualidades de los freelancers argentinos que no solo adoptan nuevas tendencias sino que en muchísimos casos son sus creadores, prestando servicios para empresas de todo el mundo”.

    ¿Rentabilidad en Internet?
    Una startup que tomó vuelo, Freelancer.com hizo su OPI en 2013 con éxito. Esto es algo difícil de explicar en compañías de Internet pero aún más complejo si son de recursos humanos. El modelo de negocios es sustentable, en este caso, porque se cobra no solo a las empresas sino también a los usuarios. “Tenemos una membresía básica gratuita que sirve para quienes se inician pero la membresía premium apunta a que, por US$ 50 por mes, los usuarios más experimentados obtengan otros beneficios. Dependiendo de eso nosotros cobramos una comisión: 3% a la empresa, 10% al freelancer en el caso de la membresía gratuita; 0% al empleado y 3% si es premium. Entonces nuestro sitio logró ser rentable casi desde el inicio”.
    Para Siseles, lograron encontrar un espacio en el competitivo mercado de los recursos humanos entendiendo bien cómo habían evolucionado las necesidades de empresas y profesionales. “La externalización de los puestos de trabajo ha ido aumentando en los últimos años generando un nuevo mercado. No es acerca de lo que se posee sino acerca de los recursos y el talento. Se apunta a reducir gastos, aumentar la eficiencia, hacer crecer el negocio y crear una ventaja competitiva a través del mejor talento. El concepto de trabajo freelance permite contratar externamente de manera fácil. Y al contrario de lo que se cree, que se gana poco, el beneficio es mayor”.
    Aunque para el presidente de Freelancer.com para Latinamérica los beneficios exceden cualquier punto negativo, es innegable que este modelo de contratación da pie a la controversia porque apunta, en algunos casos, a reducir costos mediante la flexibilización laboral. “No todo trabajo debería ser externalizado –explica Siseles– sino solo aquellos que insumen gastos y tiempos por fuera del negocio principal. No se precariza el trabajo sino que los profesionales deciden ofrecer sus servicios a muchos empleadores, manejando tiempos y equilibrando su vida personal con la profesional. ¿O acaso muchos abogados o contadores no son freelancers también? Decidieron trabajar por cuenta propia, no precarizar su trabajo. El mercado laboral cambió y es para beneficio de los trabajadores”.