Por Florencia Pulla
María Eugenia Herrara Vegas
Hace solo un año que María Eugenia Herrara Vegas es la directora ejecutiva de Fundación Caminando Juntos, la filial argentina de la estadounidense United Way aunque no es, de ninguna manera, una principiante en el tema. Desde 2001 que dirige una ONG y, en este caso, le toca la no fácil tarea de encolumnar a 23 empresas –desde Deloitte hasta 3M– detrás de dos ejes de acción, principalmente: la primea infancia (con actividades de salud y educativas) y la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo.
–Caminando Juntos es United Way en la Argentina pero tiene presencia en otros países de la región. En Venezuela, por ejemplo, tienen una trayectoria de casi medio siglo. ¿Difieren los proyectos de país a país?
–Lo que se hace específicamente en la región –en donde somos 11 filiales– es bastante común. Tenemos contrastes, como que en Estados Unidos se organizan por ciudad y acá es por país. Lo que nosotros atendemos en este foco estratégico son dos ejes sociales: la inclusión de los jóvenes en el mercado laboral y la educación y la salud en la primera infancia. El concepto que define el tipo de proyectos que deseamos hacer es el de inversión social que es una de las tantas formas de hacer RSE. Difiere, por ejemplo, del gasto social, que es algo propio del Estado. Nosotros queremos hacer un proyecto que genere un cambio pero que, además, cree una capacidad instalada.
–No des al hombre un pez, enséñale a pescar…
–Claro. Lo que buscamos es que una vez que el aporte se retire, el proyecto pueda seguir creciendo. Entonces apostamos a crear capacidad instalada y a que sea perdurable. Hace poco hicimos un proyecto con la facultad de odontología de la UBA para ayudar a escuelas del partido de Tigre. Era simple: acercarle la práctica de salud odontológica a sectores que no tienen fácil acceso. Eso creó una práctica de trabajo que permite que cada centro de salud pueda replicarlo y hoy se está trasladando a otros centros de salud.
–Es notable que aun teniendo áreas de RSE, con programas que requieran mucha inversión, empresas de primera línea apuesten a ser socios de la ONG. ¿No se vuelve un poco redundante?
–Con un año de gestión y habiendo conversando con distintos públicos creo que encontré cuatro motivaciones diferentes para sumarse. La primera es que con los años, desde 2001 en adelante especialmente, hay más conciencia de la necesidad de incidir favorablemente en la comunidad. La RSE no es una moda, es algo que la empresa misma se pregunta todos los días. Segundo, está la oportunidad de canalizar inquietudes en los empleados. El engagement que se crea es muy importante porque tenemos 90 actividades de voluntariado corporativo por año. Los socios realmente lo valoran. Pero además, ven que hay, genuinamente, un espacio de relación y colaboración entre empresas incluso cuando son competidoras en el mismo mercado. Están Deloitte y PwC que se encuentran, quizás, pintando una escuela juntos. Y la cuarta variable es que, quizás, ayudamos a resolver problemas operativos. La fundación permite una plataforma común y de amplio alcance; entonces incluso si tienen un área de RSE, les permitimos llegar a otros lugares del país.
–Se entiende que además de aportar recursos o voluntarios, hay una visión estratégica porque las empresas forman parte de un directorio.
–Definitivamente o son sponsors solamente y no solo aportan voluntarios o recursos económicos. Ellos están en los órganos de gobierno porque las empresas la fundaron y también hicieron mucho para implementarlo. Son 11 empresas en el Consejo de Administración y hay una totalidad de representación en el comité asesor. Son parte de la fundación y evalúan estratégicamente el camino que debe tomar la organización. En eso, creo, nos diferenciamos.
23 socios
En total son 23 las empresas socias de Caminando Juntos. Ellas son: 3M, PwC, Deloitte, MercadoLibre, Metlife, PyG, Sinteplast, Sap, Walmart, Xerox, Terminal Zarate, Mars, Makro, Kimberly Clarck, Kepelutsz, HP, HSBC, DuPont, Direct Tv, Brother, Bic, BDO, y Assurant.