Por Néstor Braidot (*)
Néstor Braidot
La nueva generación de conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro tanto de clientes como de directivos de empresas ha cambiado las bases del management, el liderazgo y el marketing.
Ya no es suficiente contar con nuevas herramientas. Se requieren nuevas capacidades y habilidades para utilizarlas. Este es el nuevo mundo que ha surgido a partir del nuevo milenio.
Veamos de qué se trata:
Las ciencias organizacionales operan hoy sobre múltiples aplicaciones de las neurociencias, aunque casi en todas hay un denominador común: la implementación de herramientas que optimicen el funcionamiento de los procesos ejecutivos y emocionales del cerebro con el objetivo de potenciar las capacidades de liderazgo, conducción y gestión.
Ello implica la incorporación de una nueva generación de herramientas y habilidades derivadas de las neurociencias para: seleccionar a las personas adecuadas, organizar y formar equipos de trabajo (neurocapacitación), aumentar la motivación, mejorar la comunicación, potenciar la creatividad, facilitar los procesos de cambio. Todo esto lograr un clima laboral que contribuya no solo al aumento de la productividad, sino también al bienestar de las personas en los ámbitos de trabajo.
Veamos algunas de estas implicancias:
Si tenemos en cuenta que liderar implica no solo la conducción de equipos de trabajo, sino también la capacidad de procesar eficazmente gran cantidad de información para la toma de decisiones, es necesario contar con cerebros que se destaquen en el desempeño de sus funciones ejecutivas y emocionales. A saber:
• Las funciones ejecutivas del cerebro actúan como sustento del intelecto y también de la personalidad, la sensibilidad, la conducta social y la empatía.
En el cerebro de un líder deben funcionar en óptima las capacidades de concentración, atención, memoria y flexibilidad cognitiva de las que dependen estas funciones.
• El autoliderazgo emocional es una cualidad imprescindible del liderazgo.
La ausencia de liderazgo emocional puede afectar no solo el desempeño de las funciones ejecutivas, sino también el rendimiento de los equipos de trabajo, cuyos integrantes deben ser seducidos y motivados por sus líderes. Y así nace el “neuroliderazgo”.
En la gestión
Neuromanagement explora los mecanismos intelectuales y emocionales vinculados con la gestión sobre la base de los conocimientos generados en el ámbito de las neurociencias. Además de los inherentes al liderazgo, se ocupa del diseño de herramientas destinadas al desarrollo de una nueva generación de habilidades para la organización. Veamos algunos ejemplos:
• La neurociencia demostró que la clave de la resistencia al cambio está en la memoria de trabajo, su relación con los mecanismos de atención, la función de los ganglios basales y el consumo de energía cerebral.
Las organizaciones aplican estos conocimientos para implementar estrategias que disminuyan esa resistencia o, mucho mejor, para que el personal se convierta en su mejor aliado durante estos procesos.
• Hombres y mujeres vienen a este mundo con una plataforma neurobiológica con grandes similitudes, pero también con diferencias que influyen en el procesamiento de la información, las emociones y la conducta.
• Se ha comprobado que el cerebro puede entrenarse para trabajar mejor en situaciones de riesgo.
Varias empresas están atentas a los avances en neuroseguridad, ya que su implementación involucra grandes beneficios: a) para los individuos, evitando daños; b) para las organizaciones y sus metas de “cero accidentes”; c) para las compañías de seguros (reducción de siniestros).
• Se han desarrollado verdaderas especialidades en neuroaprendizaje y neuroeducación.
Diferencias entre el hombre y la mujer
En este siglo, más que en cualquier otro, la mujer comenzó a exhibir y demostrar sus capacidades diferenciales, convirtiéndose en una protagonista destacada.
Por ello, uno de los grandes temas de investigación tiene que ver con los aspectos morfológicos que diferencian al cerebro femenino del masculino influyendo en el procesamiento de la información, la toma de decisiones y la conducta. En el presente apartado señalaré algunos ejemplos para que el lector pueda comprender con mayor claridad a qué me refiero:
Hoy sabemos, al comparar el cerebro femenino con el masculino (sintetizo algunos de los últimos descubrimientos):
• Que la mujer tiene una mejor comunicación interhemisférica, por lo tanto, es distinto el procesamiento de la información (ello repercute en la toma de decisiones y la conducta).
• Que los hombres son más hábiles para los sistemas y las mujeres para el manejo de equipos de trabajo (dadas sus condiciones para la empatía).
• Que la forma de almacenar los recuerdos es diferente y que en el cerebro femenino existe un fijador particular cuando hay emociones involucradas.
• Que hombres y mujeres no utilizan los mismos neurocircuitos para resolver un mismo problema.
• Que una mujer puede hacer varias cosas eficazmente y sin desconcentrarse porque su cerebro está preparado para ello.
• Que la mujer tiene un procesamiento del lenguaje superior, pero que no es tan hábil como el hombre para leer mapas y ubicarse espacialmente.
• Que el hombre tiene mayores habilidades visuoespaciales en comparación con la mujer.
El conocimiento sobre estas diferencias (que aquí no son exahustivas, ya que se trata de una síntesis) es muy importante para las empresas teniendo siempre presente que estamos hablando en promedio. De hecho, hay mujeres con capacidades diferenciales para la ubicación espacial y hombres con una capacidad empática envidiable.
Toma decisiones: el proceso se inicia en el metaconsciente
Uno de los descubrimientos más interesantes sobre el funcionamiento del cerebro tiene que ver con procesos metaconcientes que nos llevan a decidir sin que sepamos que ya lo hemos hecho. Por ejemplo, antes de que un tenista gire su muñeca para realizar un saque, su cerebro ya sabe el tipo de movimiento que va a hacer; antes de que un empresario verbalice una respuesta durante un proceso de negociación, su cerebro ya sabe lo que va a decir.
• El cerebro cuenta con una especie de brújula interior que se va formando como resultado de la memoria de experiencias previas.
• Estas experiencias generan activaciones a nivel no consciente en el que tiene un rol decisivo la memoria emocional.
• La mayor parte de los procesos de toma de decisiones (se calcula que más de 90%) se inician en el plano metaconsciente.
Asimismo, y si bien las decisiones importantes tienen un proceso de razonamiento posterior al inicial (metaconsciente), es necesario reconocer que la estimulación primera influye más que la segunda o las subsiguientes.
El tipo de pensamiento dominante en la persona condiciona para el éxito o el fracaso
Si usted se propone sentir calor puede lograrlo solo con el pensamiento. Es suficiente con que se concentre y no piense en otra cosa que no sea una habitación cerrada con un una temperatura de 40 grados centígrados. Si lo que quiere es sentir frío, imagínese escalando una montaña de Alaska sin la ropa adecuada.
Lo mismo ocurre con las emociones y el alcance de las metas: si un sujeto evoca sucesos tristes, se sentirá triste, si evoca situaciones en las que obtuvo éxito, tendrá una predisposición natural para volver a tenerlo. Precisamente, entre los descubrimientos más interesantes de las neurociencias modernas se encuentran los siguientes:
• El cerebro no distingue entre lo que ocurre en la realidad y lo que, por propia voluntad, una persona instala en su mente.
• La realidad se construye por la fuerza de los pensamientos.
• La relación entre el tipo de pensamiento de una persona, su conducta y sus logros ha sido comprobada científicamente en varias oportunidades.
Observe que hablo de “conducta”. Ello significa, por ejemplo, que un joven que esté haciendo carrera dentro de una organización tiene más probabilidades de lograr sus objetivos si destina al menos media hora diaria a realizar prácticas de visualización positiva coherente con ese objetivo. A la inversa, si vive malhumorado, piensa y actúa en forma pesimista, es posible que pase a ser un gerente del montón (aun cuando tenga condiciones para estar entre los mejores).
La doctora Candace Pert, una especialista de la Universidad de Medicina de Georgetown, alertó varias veces sobre este tema luego de demostrar científicamente que la persistencia de un pensamiento negativo puede desencadenar una serie de procesos bioquímicos con resultados fisiológicos nocivos, tanto para el cerebro como para el resto del organismo.
En sus términos: “hay sustancias químicas para el enojo y para la tristeza, para la victimización, para la alegría y la felicidad y para cada estado emocional. Endorfinas, serotonina, dopamina, norepinefrina y otras… Cada vez que activamos cierta interpretación o pensamiento, nuestro hipotálamo inmediatamente libera ese péptido en la corriente sanguínea”.
En nuestro gimnasio cerebral, hemos podido verificar estas afirmaciones en la práctica, mediante ejercicios programados especialmente para desactivar los neurocircuitos que programan a las personas para el fracaso y, paralelamente, activar aquellos que pueden conducirlas hacia el éxito. Entrenamos directivos para el desarrollo de atención, de concentración para una mejor toma de decisiones, incluyendo el desarrollo de autoliderazgo emocional que les permite superar estados de estrés y moverse con mayor soltura en contextos de alta incertidumbre. Esto ya es una realidad y no ciencia ficción, accesible a todos.
Meditación y sus efectos en el funcionamiento cerebral
A medida que los avances de las neurociencias comenzaron a implementarse en las organizaciones, algunas técnicas milenarias, como la meditación, pasaron a formar parte de los más modernos entrenamientos de directivos y profesionales.
El término “formación” aquí no es casual, y alude al fenómeno de neuroplasticidad cerebral: los escaneos cerebrales revelaron que la meditación provoca cambios que pueden medirse en el cerebro, como mejoras en la atención, la concentración, la memoria y la empatía, y que reduce el estrés.
Neuroplasticidad y neurogénesis, el secreto de la perdurabilidad
Entre los avances neurocientíficos más interesantes se encuentran los que tienen que ver con la neuroplasticidad y la neurogénesis como recursos para la expansión cerebral autodirigida. A saber:
• La neuroplasticidad es la extraordinaria capacidad que tiene el cerebro para formar nuevas redes o modificar las existentes segundo a segundo, a medida que una persona interactúa con el entorno.
• La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman las células que componen el sistema nervioso central (neuronas y célula gliales).
Durante mucho tiempo, se creyó que los seres humanos nacemos con una determinada cantidad de neuronas y que este número va disminuyendo a medida que el cerebro se deshace de las redes que no utiliza.
Estos descubrimientos tienen aplicaciones muy importantes en las empresas, ya que sus beneficios actúan en un doble sentido:
• Mejoran la expansión cerebral individual.
• Mejoran la expansión de los cerebros de la organización en su conjunto.
Hoy es posible transformar los circuitos cerebrales para mejorar no solo el desempeño, sino también el autoliderazgo emocional y, consecuentemente mejorar la calidad de vida.
Hemos comprobado que el entrenamiento cerebral aumenta el flujo sanguíneo. La sangre no solo sirve como sustento y nutrición para las diferentes áreas cerebrales, también interviene en la forma en que las neuronas procesan y comunican la información.
Cuando fluye más sangre en una región cerebral es porque aumenta la actividad de dicha región. Si esto se sostiene en el tiempo, se forman nuevas conexiones neurales logrando una modificación a largo plazo que facilita el tipo de procesamiento de información que ha sido entrenado.
De este modo es posible construir y potenciar no solo las capacidades intelectuales, sino también los neurocircuitos de la empatía, la paciencia, la serenidad y el bienestar, ya que estas capacidades tienen un correlato anatómico que hoy se conoce.
De lo teórico al mundo real
Cómo trabajan las empresas para potenciar las habilidades y capacidades cerebrales de sus integrantes.
Para que el lector pueda comprender los principales aspectos que abarcan estos programas, me explayaré sobre la metodología que implementamos en el Brain Decision Braidot Centre tanto para capacitación como para entrenamiento neurocognitivo y emocional.
Todos los programas constan de seis etapas que incluyen los siguientes aspectos armónicos e interdependientes entre sí:
Etapa 1: Diagnóstico neurocognitivo
Etapa 2: Diagnóstico sobre la capacidad de autorregulación emocional
Etapa 3: Diseño del programa personalizado de entrenamiento
Etapa 4: Entrenamiento neurocognitivo
Etapa 5: Entrenamiento emocional
Etapa 6: Entrenamiento integrado
Permite autoliderar las emociones y liberar las funciones ejecutivas del cerebro de factores endógenos y exógenos que puedan afectarlas, por ejemplo, el estrés laboral, los ruidos, las situaciones caóticas de trabajo o momentos personales que estén atravesando los participantes y dificulten la atención, la concentración, el razonamiento, la memoria y la toma de decisiones.
En paralelo se trabajan en otros aspectos que tienen fuerte incidencia en el funcionamiento cerebral como la actividad física regular, el régimen alimenticio equilibrado y una secuencia de prácticas tanto de respiración como de meditación orientada.
Estas actividades se complementan con programas de formación en técnicas de neuroaprendizaje, neuroliderazgo, neuromanagement y neuromarketing.
(*) Investigador, consultor, escritor, académico y conferencista internacional, es uno de los especialistas más consultados sobre la aplicación de las neurociencias a la actividad organizacional: neuromanagement, neuromarketing, neuroliderazgo y entrenamiento cerebral. Dicta conferencias y programas de formación y entrenamiento en diferentes países como España, México, Colombia, Centroamérica, Chile, Perú, Brasil, Francia, Australia y otros. Ha escrito numerosos libros. Los más recientes: Cómo funciona tu cerebro, Sácale partido a tu cerebro, Tu cerebro lo es todo.