El objetivo es limitar el aumento de la temperatura media a dos grados centígrados por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial, evitando consecuencias catastróficas provocadas por el cambio climático. Las Naciones Unidas estiman que, desde el año 2000, las pérdidas económicas provocadas por desastres naturales alcanzaron US$ 2.500 millones, 50% más que las previsiones internacionales anteriores. Algunas experiencias de alto impacto atribuibles a los cambios en el clima son las inundaciones –como las sufridas en la provincia de Córdoba –en paralelo a grandes sequías e incendios– como los vividos en Chubut recientemente–, situaciones totalmente opuestas que se desencadenaron en un mismo país.
La Comisión Global sobre la Economía y Clima que dirige el ex presidente mexicano Felipe Calderón y de la cual Paul Polman es miembro, publicó un informe el año pasado demostrando que el crecimiento económico sostenible puede ir de la mano de una reducción de emisiones de carbono.
De acuerdo con el ejecutivo de Unilever, el mundo invertirá cerca de US$ 90 billones en infraestructura para ciudades, uso de la tierra y sistemas de energía en los próximos 15 años, y la Comisión –que incluye líderes empresariales, gubernamentales y del mundo académico, incluyendo dos premios Nobel- concluyó que una inversión más inteligente de estos fondos generará mejor calidad de crecimiento y un mejor clima.
“Construir nuevos sistemas de transporte, por ejemplo, reduciría la polución y generaría un ahorro de más US$ de 3 billones en los próximos 15 años. Además restaurar apenas 12% de las tierras agrícolas degradadas y hacerlas productivas ayudaría a alimentar a 200 millones de personas más y aumentaría los ingresos de los agricultores en US$ 40 billones, sin necesidad de quemar y destruir nuestros preciados bosques”, aseguró Polman.