En un contexto internacional extremadamente adverso, las perspectivas para América latina se deterioran, pero no tanto como las de otras regiones del mundo. La crisis financiera internacional y la recesión mundial constituyen un verdadero ejercicio de <em>stress</em> para todas las economías, incluyendo América latina y aunque la región experimentando un deterioro de las condiciones de financiación en los mercados internacionales y las perspectivas de crecimiento se están ajustando a la baja, pero no más que otras regiones emergentes. Un favorable punto de partida, sin desequilibrios importantes, el acierto en las políticas económicas y la solidez y madurez del sistema bancario hacen que América latina sufra la crisis desde una mejor posición, según se desprende del informe<em> Financial System Latinwatch</em>, elaborado por el Servicio de Estudios de BBVA.<br />
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Los últimos acontecimientos constatan por tanto la mayor capacidad de los sistemas financieros latinoamericanos para amortiguar el impacto de la crisis. Una consideración que ya se apuntaba en el primer informe del pasado verano de 2008, a pesar de que en aquel momento muy pocos analistas preveían una crisis de una gravedad como la actual. De hecho, y ante el fortísimo incremento de la aversión global al riesgo tras la quiebra de Lehman Brothers, la consecuencia inicial sobre América latina fue un agudo deterioro de los mercados de deuda y bursátiles.<br />
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Las divisas latinoamericanas también registraron fuertes depreciaciones, especialmente aquellas (Brasil, México) en las que las operaciones de <em>carry trade</em> se habían convertido en un determinante relevante del tipo de cambio. No obstante, y una vez transcurridos los primeros compases de la crisis, la mayoría de indicadores muestran cierta estabilización.<br />
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La mejor situación de América Latina se explica por el favorable punto de partida de la región, donde no se han acumulado desequilibrios importantes y por el buen manejo de las políticas económicas en los tiempos de bonanza y que ofrecen cierto margen de actuación en los tiempos de ajustes.<br />
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Otro elemento crucial en la actual coyuntura es el grado de madurez y solidez que han alcanzado los sistemas bancarios de la región. Los avances en materia de regulación, supervisión y gestión de riesgo hacen pensar que el sistema financiero no será un elemento de preocupación.<br />
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Los inversores institucionales, y en concreto los sistemas de pensiones reformados en los países de América Latina, están jugando un papel de estabilizador en la reciente crisis.<br />
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La decidida intervención de los bancos centrales en los últimos meses ha sido importante para mitigar los problemas de liquidez, especialmente en dólares, que se produjeron a finales de 2008. La fuerte acumulación de reservas internacionales en los años de bonanza ofrece ahora margen de acción par las autoridades monetarias de los distintos países. Igualmente, los Gobiernos han aprobado distintas medidas para aumentar la liquidez del sistema e incluso para impulsar el crecimiento del crédito a sectores específicos y/o la financiación a la exportación.<br />
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En el caso concreto de los sistemas bancarios, se distinguen en el informe diversos factores que ilustran una mayor solidez de las instituciones financieras latinoamericanas. En primer lugar, América latina no ha participado en la ola de quiebras bancarias que ha asolado gran parte del mundo desarrollado. Asimismo, hasta el momento no se registra un deterioro de la solvencia financiera. Y por último, tampoco se encuentran síntomas que apunten a una corrección del crédito muy por encima del que corresponde para el momento cíclico actual. No se prevé, así, que las expectativas de crecimiento económico para 2009 se vean afectadas por una mayor restricción en el crédito. Más bien al contrario, el crédito debería seguir creciendo a tasas positivas durante los próximos años, contribuyendo de este modo al desarrollo financiero de la región.
Los sistemas financieros de América latina se encuentran mejor preparados para afrontar la crisis
Según un informe elaborado por Servicio de Estudios BBVA.