Luján de Cuyo es una zona privilegiada para crear los mejores ejemplares que se pueden elaborar con los distintos varietales que allí nacen. Allí se emplaza Casarena Bodega y Viñedos, posicionada como custodio de este terroir de excepcionales condiciones para el crecimiento de la vid, las que se distribuyen entre sus fincas de Agrelo y Perdriel.
Un blend de distintas variedades en un solo terroir
Casarena Bodega y Viñedos se propuso lanzar al mercado una línea de vinos que potenciara la excelencia de sus viñedos. Busca la mejor característica de cada cepa y logra que se potencien unas con otras. Alcanza así una serie de blends de alta gama, que expresen toda la sinergia que ofrecen sus propios viñedos Finca Owen, Finca Jamilla y Finca Lauren.
La sinergia es el momento en el que el todo es mayor que la suma de las partes, por tanto, existe un rendimiento mayor y una efectividad superior a la que se puede conseguir si se actúa por separado.
“Hace tiempo que venimos trabajando en nuestros viñedos y sabemos que cada uno es absolutamente único y especial, características que permiten producir uvas de una calidad excepcional, dueñas de una fuerte identidad. Gracias a ello, hemos venido desarrollando con mucho éxito nuestra reconocida línea de Single Vineyards, habiendo logrado que cada lugar se exprese de un modo único y diferente en nuestros vinos. Gracias a ello, estamos convencidos que los siete Single Vineyards que ya elaboramos se van a ver potenciados por la llegada de los tres nuevos Single Vineyard Blend, pero esta vez en una nueva línea. Se trata de tres assemblage, uno de Perdriel y dos de Agrelo, que demuestran todo el potencial que tienen estos tres viñedos, no sólo para elaborar single vineyards sino también para crear single blends. La clave es poder llevar a estos viñedos a ser reconocidos por sí mismos, y que la gente pueda elegir entre los de Jamilla, Lauren y Owen”, explica Martín Pérez Cambet, director comercial de Casarena Bodega y Viñedos.
Identidad e integración, por fuera y por dentro
El desembarco de la nueva línea coincide con la llegada de un nuevo estilo de diseño en las etiquetas de la bodega, comenzando por estos ejemplares. En los mismos, sus líneas negras representan a cada cepa y marcan el carácter individual de cada varietal implantado en la finca, junto a líneas grises en contrasentido curvo, que relatan el dinamismo de cómo se adapta cada cepa en cada vendimia, mostrando su distintiva personalidad, para luego unirse con las demás, creando la ilusión de formar una huella dactilar, impresa en cada cuadro.
De esta forma, se logra resaltar la sinergia que cada cepa desarrolla en la finca, entremezclándose luego con sus compañeras, en una mirada que simboliza una vista aérea del viñedo. Al mismo tiempo, las filigranas doradas recorren las parcelas de los varietales que conforman el blend, creando un nuevo sentido de individualidad completamente integrada, donde la unión es más que la suma de las partes.
