En los meses finales de 2019 tuvo lugar la cuarta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina, organizado por ONG, instituciones y organismos municipales de las principales ciudades costeras de la Provincia de Buenos Aires, con la colaboración de 792 voluntarios. De esta manera, pudo analizarse la cantidad y el tipo de basura que existe en la costa bonaerense.
El censo cubrió un área total de 888.444 m2 (88 hectáreas) y contó con la colaboración de más de 40 organizaciones del tercer sector y la sociedad civil. Los resultados recopilados registraron un total de 71.848 residuos y, por cuarto año consecutivo, 83,2% estuvo constituido por plástico. Este no es un dato menor dado que, según la ONU, 13 millones de toneladas de plásticos son arrojadas a los océanos cada año.
La basura marina es cualquier material persistente, fabricado por el hombre, sólido, que es descargado o abandonado en el medio marino y costero. 80% de la basura marina proviene del continente debido a la mala disposición y manejo de los residuos urbanos o de las aguas pluviales no tratadas. El restante, de lo que pierden los barcos comerciales y pesqueros.
Más allá de su origen, los indicios de la interacción de materiales no orgánicos con la fauna marina son preocupantes. Los desechos plásticos en las aguas oceánicas pueden representar numerosos peligros para la vida marina. Su ingestión, por ejemplo, puede conducir a deficiencias nutricionales o inanición por obstrucciones estomacales. Los residuos plásticos también pueden enredar, ahorcar y ahogar a animales como peces, tortugas, ballenas, lobos y aves marinas, delfines y tiburones.
20,6% del plástico registrado estuvo conformado por “restos” de ese material. Es decir, plástico duro proveniente de productos de mayor tamaño que por la acción mecánica, el sol, el viento y el mar se desintegran hasta convertirse en porciones más pequeñas identificadas como microplásticos. Estos elementos, una vez que entran en la red alimentaria del ecosistema, afectan no solo la salud de los animales.
El estudio “Ningún plástico en la naturaleza: evaluación de la ingestión de plástico de la naturaleza a las personas”, basado en una investigación solicitada por la Organización Mundial de Conservación, entidad representada en nuestro país por Fundación Vida Silvestre Argentina, y realizado por la Universidad de Newcastle, sobre el consumo de microplásticos en los seres humanos, determinó que una persona en promedio podría estar consumiendo aproximadamente cinco gramos de plástico por semana, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.
Es en este contexto que los Censos de Basura Costera Marina tienen como objetivo registrar la situación en las playas bonaerenses. Para poder identificar qué tipo y qué cantidad de residuos afecta las costas y buscar soluciones de alcance local y nacional. Conocer cuál es la composición de la basura marina nos permite saber cómo podemos mejorar nuestros hábitos de consumo. Como también, qué necesitamos en materia de legislaciones y medidas concretas por parte del Estado y la industria, con la finalidad de frenar y revertir esta contaminación.
Los tipos de contaminantes más encontrados en el Censo 2019 fueron: colillas de cigarrillo (27,3%), fragmentos plásticos (20,6%), telgopor (8,6%), envoltorios plásticos (8,1%), botellas y otros envases (6,9%), bolsas plásticas (6,2%) y tapitas (6,2%).
Diversos estudios indican que cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce. Solamente en la edición de este año se registraron más de 16.325 colillas. Este residuo está compuesto principalmente por acetato de celulosa, un material no biodegradable encargado de absorber las sustancias tóxicas del humo de tabaco, que puede tardar hasta 10 años en descomponerse.
De acuerdo a la FAO la producción de plástico creció exponencialmente desde 1950. Llegó a las 322 millones de toneladas en 2015, el equivalente al peso de la humanidad entera. Más de 40% de esa producción se destina a envases y embalajes que se descartan al momento de la compra.
En Argentina, 97% de las tortugas marinas atendidas en Fundación Mundo Marino tiene plástico en su estómago o intestino.
Consejos para un uso responsable de las playas
- Cuando no haya recipientes para depositar los residuos, o estos estén colapsados, debemos llevarnos la basura de la playa y arrojarla donde encontremos un sitio seguro de disposición.
- No arrojar colillas en la arena. Las colillas constituyen son contaminantes que pueden ser consumidos por muchos animales.
- Aceptar menor cantidad de envoltorio cuando realicemos una compra implica disminuir el consumo de plástico. 33% del plástico que se produce a nivel mundial corresponde a materiales de disposición final inmediata. Evita los sorbetes y los cubiertos descartables.
- Tener siempre bolsas reusables a mano. Los plásticos blandos que llegan al mar son los responsables de la muerte de muchas tortugas y franciscanas, entre otros animales marinos.
- Es fundamental no arrojar basura en la vía pública. Todos los residuos que no se recojan de la vía pública terminan en el mar por el transporte del agua de tormenta de los pluviales. Además, el movimiento de los mares deriva la basura hacia otras playas. Es por esto que los balnearios poco concurridos pueden también tener basura en la arena.
- Las tanzas y anzuelos abandonados en la playa o en las escolleras suelen enredarse en el cuerpo de las aves marinas. Esto les provoca lastimaduras e inclusive la muerte. Por lo cual el sector se utiliza para la pesca debe quedar limpio al terminar la actividad.