El informe, como es usual cada cuatro años, es elaborado y difundido por el Consejo Nacional de Inteligencia (y su red de analistas) e intenta predecir el futuro cercano. En esta oportunidad ocurrió pocos días antes de la asunción del Presidente electo.
Tal vez el informe sea la mejor explicación del triunfo electoral de Donald Trump, inexplicable todavía hoy para un poco más de la mitad de los votantes estadounidenses.
Con toda claridad Trump ha voceado su oposición a las piezas clave del ordenamiento mundial vigente hasta ahora, tanto los tratados de comercio multilaterales, como la participación en alianzas militares, la promoción activa de valores democráticos.
Lo cual, desde su perspectiva, no significa renunciar a un rol esencial en el mundo para EE.UU. (America first). Su intención es redefinir el rol de su país en la escena mundial.
Pero mientras tanto, el mundo avanza con su propia dinámica. Según el informe, el actual sistema internacional se está fragmentando, y parece avanzar hacia la definición de nuevas áreas de influencia regional. Así se advierte que, en poco tiempo más, en cuanto China, Rusia e Irán comprueben que hay una debilidad evidente de Estados Unidos, tanto por divisiones internas como por una economía en crisis, esos tres países avanzarán hacia la expansión de su influencia sobre países vecinos a cada uno de los tres.
Los escenarios planteados son ominosos. Por ejemplo, notable deterioro ambiental en China tras el abandono de las actuales política, y el uso de un artefacto nuclear para 2028 en el área entre India y Pakistán. Circunstancia que podría mover a las que hoy son grandes potencias, a actuar de nuevo en forma concertada.
Pero lo esencial, dice el informe es que la guerra en el futuro no será más en los campos de batalla, sino en disrupciones que afecten a todas las sociedades involucradas.
El crecimiento económico seguirá siendo muy lento. India tendrá la economía con más veloz expansión durante los próximos cinco años. La de China tendrá un ritmo más lento. Igual en el resto del mundo.
Se presume un crecimiento del terrorismo. Las divisiones graves en países árabes seguirán –predice el informe- por lo menos hasta el 2035.
El nacionalismo avanzará como respuesta a la presencia de cada vez más refugiados. En consecuencia la posibilidad de conflictos entre países (y dentro de ellos) crece en forma exponencial.
En suma, los conflictos del futuro inmediato van a impactar más sobre la infraestructura más vital, la cohesión social y las funciones básicas de un gobierno. El objetivo es lograr ventajas psicológicas o geopolíticas, antes que la derrota por los medios militares tradicionales. La democracia liberal, definitivamente, será amenazada por el populismo autoritario (“imponer orden en el caos”).