jueves, 26 de diciembre de 2024

Petróleo y gas: buen clima pero incertidumbre electoral

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Se vislumbra escenario positivo para 2019.

Un repunte de los precios internacionales y una mejora en los costos y la eficiencia productiva permite prever un escenario positivo para un año 2019 signado por las elecciones presidenciales que plantean incertidumbre ante futuras decisiones políticas hacia el sector.

 

En el informe “Industria del Petróleo y Gas: tendencias para 2019” realizado por KPMG Argentina, se hace un análisis de la evolución del sector en los últimos años y las tendencias positivas que se pueden esperar a la luz de lo ocurrido en 2018. No obstante ello, el estudio señala entre sus conclusiones que “las elecciones presidenciales previstas para este año introducen un elemento de incertidumbre coyuntural que, más allá del signo político que finalmente se imponga en los comicios, podría implicar la redefinición de decisiones técnicas y políticas que afecten a éste y otros sectores económicos para los próximos años”.

El trabajo sostiene también que “sigue siendo importante diagramar una estrategia de diversificación en la producción energética, de tal forma que se creen los incentivos y las condiciones necesarias para fomentar y distribuir la inversión local entre los diversos recursos y fuentes de generación. Ello encuentra asidero en tres factores:

a)   en primer lugar, porque la explotación de recursos no convencionales ha ganado importante peso en la oferta doméstica de hidrocarburos, pero la potencialidad de este recurso aún requiere de cuantiosas inversiones y condiciones más favorables que solo podrán observarse a futuro;

b)   en segundo lugar, porque aún quedan por explotar importantes reservas de recursos hidrocarburíferos convencionales en nuestro país, los cuales aún contribuyen con la mayor parte de la oferta doméstica, amén de continuar siendo los más utilizados para la generación de energía eléctrica; y


c)   
porque la producción de energía renovable, otro factor crucial, además de contribuir a la diversificación de la oferta energética resulta significativamente más sustentable en el tiempo que las opciones antes indicadas”.

Con relación a mercado internacional se afirma que el comportamiento de los precios continúa afectando la producción de hidrocarburos nacionales e internacionales, distribuyendo la masa total de inversiones hacia las regiones que, en un escenario aún incierto, ofrezcan el mejor ambiente posible para el negocio petrolero.

“Las restricciones en la oferta de crudo que lleva adelante el frente OPEP y sus socios, enconjunto, a los efectos de la elevada producción en los EE.UU. y las restricciones impuestas a la producción de países como Venezuela e Irán, continúan arrastrando al precio de los hidrocarburos por una senda variable pero que, a juzgar por las últimas proyecciones del Banco Mundial, podría hallar una tendencia de estabilización en alrededor de los US$/bbl 70 hacia 2030.”

Luego se agrega que “en un entorno algo volátil para los precios del crudo, en el que en el lapso de dos años su tendencia ha pasado de una fase claramente alcista, empujada por las restricciones productivas de la OPEP y sus socios, a presentar algún signo de interrogación en los dos últimos meses de 2018 a raíz de la incidencia que EE.UU. está teniendo en el mercado internacional se suma a los inconvenientes que algunos países como Irán o Venezuela están atravesando en materia de producción y exportación; las predicciones sobre futuro inmediato de esta industria se tornan complejas.

No obstante resultan interesantes las proyecciones de los analistas del Banco Mundial que estiman que el precio del crudo terminará estabilizándose en alrededor de US$/bbl 70, cifra que materializa claramente una media respecto de la evolución futura del precio de este recurso, lo que si bien no lo libera de sobresaltos y desvíos respecto a ese valor, sí conforma una previsión más o menos creíble para estimar la rentabilidad esperada de los proyectos de inversión que surjan de aquí en más.

A diferencia del crudo, la tendencia al alza en el precio internacional del gas parece un tanto más clara. En ese aspecto, el Banco Mundial estima que hacia 2030 el precio promedio del gas de EE.UU. y la UE se ubicará en torno a los US$/MMBTU 6.”

Con relación al mercado argentino y el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales, el informe afirma que “en los últimos dos años este tipo de recurso ha mostrado un crecimiento transcendental, que lo ha llevado de contribuir escasamente a la producción hidrocarburífera local en el pasado reciente, a aportar más de un tercio de la de gas o un 15% de la de petróleo. Asimismo, es de esperar que estas cifras de participación sigan una tenencia alcista en la medida en la que se recompongan los desequilibrios macroeconómicos del país y se mejoren las inversiones”, concluye.-

 

 

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