<p>Desde su creación, el Mercosur ha mostrado importantes avances en materia de crecimiento de los flujos intrarregionales de comercio, de aumento de la cooperación empresaria, y de mayor capacidad negociadora con terceros países y regiones. Pero no puede negarse que el proceso de integración ha atravesado por momentos difíciles. A partir de la crisis asiática, el comportamiento del comercio y de los flujos internacionales de capital contribuyó a complicar la situación macroeconómica de los países de la subregión y a generar nuevas presiones sobre el proceso de integración.</p>
<p>Pero las dificultades actuales deben también vincularse con la forma en que se llevó adelante el proceso de integración. Se avanzó en los campos en que era más fácil hacerlo, como las cuestiones arancelarias, mientras que se fueron dejando de lado otros aspectos que tienen que ver con un proceso de integración profunda, como la coordinación de políticas macroeconómicas y de incentivos, la apertura recíproca en los mercados de servicios, o la consolidación de los mecanismos institucionales que aseguren el cumplimiento de lo pactado. Tampoco se profundizó en la definición de posiciones comunes frente a diversos aspectos de la política internacional.</p>
<p>Todo esto determinó que el Mercosur creciera fuertemente en períodos de expansión de algunos de los países socios, aprovechando la asincronía de los ciclos económicos de la Argentina y Brasil. Pero en los últimos años los <i>shocks</i> externos los están afectando de la misma forma y, en 1999, ambos países mostraron al mismo tiempo (por primera vez en la década) una situación recesiva que puso a prueba el proceso de integración.</p>
<p><b><i>Instrumento irreversible</i></b></p>
<p>Existe un consenso amplio acerca de la importancia de avanzar en la profundización del Mercosur, que, sin duda, tuvo un papel muy importante en la consolidación del proceso de estabilidad que llevó adelante la economía argentina durante la década pasada, y conserva, además, un fuerte potencial como instrumento dinamizador de la inserción internacional de los países de la subregión.</p>
<p>También existe acuerdo en que el Mercosur se ha convertido en un instrumento irreversible de la política comercial de sus países miembros. Esto significa que, para el 2010, el Mercosur seguirá siendo una realidad. Pero también es cierto que su efectividad dependerá del éxito de las políticas de crecimiento que lleven adelante los países de la región y de la voluntad política que manifiesten tanto los gobiernos como el sector privado de estos países para consolidar el proceso de integración.</p>
<p>Es decir que los escenarios para el 2010 dependerán de la forma en que se encare la resolución de los temas pendientes. Es evidente que mostrar avances en materia de coordinación macroeconómica contribuirá a despejar incertidumbres acerca de las políticas futuras, a fortalecer los programas de estabilidad y a aumentar la credibilidad de los países del área.</p>
<p>Por otro lado, para llevar adelante una armonización de políticas en el campo productivo se requiere acercar posiciones en relación con el modelo de país y de inserción internacional. En ese sentido, es claro que Brasil tiene una posición mucho más proclive a llevar adelante políticas activas en el campo industrial, tecnológico y de promoción de exportaciones, y que buscará en los próximos años consolidar su posición competitiva en los mercados internacionales. Si el Mercosur se convierte en un una herramienta útil para tal fin, no sólo para Brasil sino para todos los países miembros, estaremos en presencia de un proceso de integración dinámico y exitoso.</p>
<p>Pero si no se avanza con la armonización de políticas económicas y si no se logra asegurar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados y avanzar con la resolución eficiente de las controversias, el Mercosur podría llegar a sobrevivir como una zona virtual de libre comercio.</p>
<p>Presentamos aquí, entonces, dos escenarios posibles para el 2010. Es evidente que cada uno de ellos dará lugar a una realidad muy diferente en lo que hace a la futura capacidad de negociación de los países del Mercosur con el Alca.</p>
<p><i>Marta Bekerman es Directora del Centro de Estudios de la Estructura Económica (Cenes) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, e investigadora del Conicet.</i></p>
Los escenarios del Mercosur
Desde su creación, el Mercosur ha mostrado importantes avances en materia de crecimiento de los flujos intrarregionales de comercio, de aumento de la cooperación empresaria, y de mayor capacidad negociadora con terceros países y regiones. Pero no puede negarse que el proceso de integración ha atravesado por momentos difíciles
Por Marta Bekerman.