“Hablamos de algo muy grande, que ya está entre nosotros y va a perdurar en el tiempo –explica Blair Sheppard, líder global en estrategia y liderazgo de PwC–. Una megatendencia es un patrón que tiene un impacto decisivo sobre una organización y sobre la sociedad en su conjunto”.
Desde PwC se han identificado cinco megatendencias que impactarán directamente sobre nosotros en un futuro cercano y que se reflejarán en la demografía, urbanización, el clima, la tecnología y los cambios en el poder económico.
Una megatendencia es un patrón o movimiento de gran impacto en la sociedad y en los negocios que se mantendrá por un prologando período y cuyo efecto puede ser inmediato. Este nuevo modelo se presenta como un desafío de liderazgo y que demandará la búsqueda de un nuevo equilibrio mundial.
¿Cómo impactan en los negocios? Las megatendencias pueden generar grandes oportunidades o amenazas para las organizaciones, de acuerdo a cómo interactuemos con nuestros clientes y comunidades.
Influencian los negocios de tres maneras distintas: porque producen cambios en la sociedad en general, porque afectan a los consumidores, y por su impacto que tienen sobre nosotros como individuos. Por ejemplo, los cambios en el comportamiento de los consumidores son consecuencia de la colisión de tres grandes tendencias, como los cambios demográficos, los cambios tecnológicos y los cambios en el poder económico global.
¿Cómo podemos transformarlas en oportunidades? Estas grandes tendencias varían según el lugar del mundo en el que nos encontremos, por lo que las organizaciones y las sociedades tendrán que comprender su impacto local. Al mismo tiempo, pensar en las megatendencias supone pensar en el largo plazo. En consecuencia, la clave para transformarlas en oportunidades estará en resolver problemas a corto plazo con perspectivas a largo plazo. Sería un error creer que el corto y el largo plazo son independientes uno del otro: si la tendencia está aquí y se quedará por un largo tiempo, debemos aprender a resolver problemas en el corto plazo, pero con una visión a largo plazo.
Cambios en el poder económico
No hace mucho tiempo el desarrollo económico podía localizarse en los grandes mercados de Europa y Norteamérica. Pero el juego comenzó a abrirse en las últimas décadas, cuando se identificaron atractivos emergentes en Asia y Latinoamérica. Hemos comenzado a transitar los primeros cambios en el poder económico global, una megatendencia que impacta directamente en el corazón de los negocios. Pero mientras que las empresas ya están trabajando para captar a los nuevos consumidores de las regiones emergentes, los cambios tecnológicos –otra megatendencia– atraviesan todos los mercados y están transformando el consumo en una experiencia mucho más compleja que exige nuevas. En este paper PwC ofrece un acercamiento al nuevo escenario, su impacto en los negocios, las estrategias que las empresas argentinas ya están implementando y casos de éxito.
Hacia un nuevo equilibrio de poder
Para visualizar mejor la redistribución del poder económico que ya está en marcha, en PwC han geolocalizado tres grandes grupos de mercados: desarrollados, emergentes y nuevos emergentes.
En el grupo G7 ubicamos a los mercados plenamente desarrollados más importantes del mundo, que tradicionalmente han dominado el poder económico y político mundial: Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania y Canadá.
El grupo E7 está conformado por las economías emergentes más grandes del mundo, incluidas las BRIC: China, India, Brasil, Rusia, México, Indonesia, Turquía. Para 2030 prevemos que estarán entre los 12 mercados más grandes del mundo.
Y también consideramos el grupo F7 o de “economías frontera”, a partir de siete mercados pequeños pero altamente dinámicos: Nigeria, Colombia, Perú, Marruecos, Vietnam, Bangladesh y Filipinas. Este grupo tiene ingresos promedio por debajo del E7 pero en muchos casos está creciendo más rápido.
Para John Hawksworth, líder del equipo económico de PwC en el Reino Unido, el futuro del poder económico global será disputado por los actuales mercados emergentes. “Hace veinte años, el E7 estaba millas atrás del G7; ahora la brecha se ha estrechado considerablemente, y para el año 2030 creemos que el E7 será relativamente más grande que el G7, en términos del tamaño de sus economías”.
En base a esta perspectiva, las organizaciones están incrementando sus operaciones en las regiones del E7, una estrategia sin lugar a dudas conveniente, pero que puede resultar insuficiente si ponderamos el largo plazo. “También creemos que las empresas deben mirar más allá de las BRIC, más allá del E7, para buscar un rango más amplio de oportunidades –señala Hawksworth–.
Por eso hemos creado este nuevo grupo, que denominamos F7. Se trata de economías que por tamaño están en un nivel inmediatamente inferior al E7 y las BRIC, pero que si continúan desarrollándose en los próximos 10 o 15 años van a convertirse en grandes mercados de consumo”.
El equipo de Economía y Política de PwC en el Reino Unido viene desarrollando proyecciones de crecimiento económico a 2030 y 2050 para 32 países que actualmente representan alrededor del 84% del PBI mundial1. A grandes rasgos, el análisis anticipa que los países más desarrollados experimentarán una caída en el crecimiento, mientras que la mayoría de los países en desarrollo y las economías emergentes lo incrementarán. Sin embargo, el mismo estudio también indica que el ingreso promedio per cápita seguirá siendo significativamente mayor en las economías avanzadas a mediados de siglo, por cuanto la actual brecha con los países en desarrollo es demasiado grande como para equipararse en los próximos 35 años.
Desafíos para las economías emergentes
Para analizar desde una perspectiva holística las mayores economías desarrolladas y emergentes, PwC elaboró el índice ESCAPE2, que combina veinte indicadores en cinco
dimensiones: crecimiento económico y estabilidad; progreso y cohesión social; tecnología de las comunicaciones; instituciones políticas, legales y reglamentarias; y sostenibilidad del medio ambiente. En lo que respecta a las economías del E7, el índice identificó indicadores por debajo del promedio global, entre los años 2007 y 2013.
La primera conclusión de este análisis es que la tecnología no es un problema. Por ejemplo, todos los países del E7 registran grandes progresos desde 2000 en la adopción de nuevos métodos digitales de comunicación, como teléfonos inteligentes o Internet de banda ancha. La sostenibilidad ambiental es una preocupación de largo plazo en muchos casos, que van desde la necesidad de proteger los bosques tropicales amazónicos en Brasil a las preocupaciones sobre el aumento de la intensidad de carbono en la India y los altos niveles de contaminación del aire y del agua en China.
Pero las amenazas más importantes al desarrollo económico apuntan primero a la estabilidad económica y luego a las instituciones políticas y sociales.
Específicamente, el aumento de los niveles de deuda podría producir burbujas de crédito que eventualmente exploten. Al mismo tiempo, es un hecho que el crecimiento de la fuerza laboral en los mercados emergentes se ralentizará a medida que las poblaciones aumenten su edad, sobre todo en China y Rusia; y si además ponderamos la presión social por mejores salarios, podría esperarse que los centros de producción se muden a lugares más baratos o incluso que sean reubicados en mercados avanzados de Norteamérica o Europa. En general, podemos concluir que las instituciones y la infraestructura todavía necesitan mejorar de manera significativa en muchos países del E7, lo que también vale para el F7.