<p>Por eso, cuando los analistas arriesgaron que los hechos de Túnez se expandirían como una ola indetenible, primero por el Zagreb y luego por el resto de la región árabe, pareció una opinión exagerada.<br />
Pero si se confirma que la “revolución que huele a jazmín” se expande y puede voltear a Mubarak después de 30 años de férreo gobierno, entonces están en riesgo muchos regímenes de la región, monarquías feudales o dictaduras de largo plazo.<br />
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¿Quién será el reemplazo? He aquí el problema. Estos gobiernos autoritarios son previsibles y tienen tomada una posición en la escena internacional. Luego de décadas de acomodamiento, lograron un status quo con potencias regionales como Israel, o extrarregionales como Estados Unidos.<br />
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¿Subsistirán esas alianzas? Sin duda, si los reemplazos pertenecen al mismo signo ideológico de los actuales gobernantes. Pero si el poder cae en manos de gobiernos más inclinados a la izquierda o – lo que más se teme- con fuerte influencia del fundamentalismo musulmán, el equilibrio se romperá en una zona donde ya hay armas nucleares y abunda el petróleo vital para el abastecimiento de los países consumidores.<br />
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No hay duda que en el caso de Túnez, Internet, teléfonos móviles, y televisión satelital jugaron un rol esencial. También en Egipto, aunque de otra manera. Internet fue bloqueada y algunas estaciones de televisión sacadas del aire, pero los ciudadanos de Egipto vienen viendo esa misma televisión desde hace años, y usando Internet y las redes sociales. Aunque un día les falte, no olvidan lo que vieron y aprendieron sobre el mundo. Y eso es lo que impulsa ahora a muchos de los manifestantes.<br />
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<p>Túnez es una buena probeta de laboratorio. O la situación se desarrolla progresivamente hacia un camino de democracia, tolerancia y pluralismo, o bien se inclina por el sendero más radical, secular o religioso. Del mismo modo, se observa con atención el papel que pueda jugar el ejército tunecino en este contexto. <br />
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Con Egipto todo es diferente. Pesa mucho en la escena internacional. Sus aliados, EE.UU. e Israel, lo precisan para contener el fundamentalismo religioso y preservar la paz con Jerusalén.<br />
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Pero Egipto también puede ser un barril de pólvora. La mitad de su población vive con US$ 2 al día, y la mayoría son menores de 30 años. El régimen de Mubarak es corrupto y practica el nepotismo en gran escala. Las últimas elecciones fueron más fraudulentas que las anteriores (que lo eran y bastante).<br />
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Las manifestaciones lograron hasta ahora algo que parecía imposible hace una semana: las pretensiones políticas de Gamal, hijo de Hosni Mubarak, de suceder a su padre, se han desvanecido por completo.<br />
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La Hermandad Musulmana, principal partido de oposición, ha sido perseguido y cientos de sus dirigentes encarcelados. Si ahora tienen un rol importante que jugar habrá que ver si se inclinan del lado de la moderación. Aunque probablemente el ejército contribuya a ello.<br />
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Los demás partidos temen que si la Hermandad llega al poder, repita el ciclo anterior y se perpetúe en el gobierno. Con certeza, las relaciones con Israel serían diferentes. Es decir, mucho peores.<br />
Entre tanto, en Arabia Saudita, en Yemen, en Siria y en varios estados del Golfo Pérsico, los acontecimientos se siguen atentamente, segundo a segundo.</p>
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