jueves, 26 de diciembre de 2024

Enseñanzas de dos veloces bancarrotas automotrices

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En mes y medio, General Motors y Chrysler comparecieron ante un tribunal de quiebras y pasaron a ser controladas por el Estado. Hasta hace poco, ningún jurisconsulto o abogado hubiese considerado posible semejante desenlace ni tan pronto.

<p>El&nbsp;juez Robert Gerber &ndash;tribunal de quiebras, Nueva York- aprob&oacute; hace dos d&iacute;as la de GM, pero dio hasta el jueves plazo para completar la acci&oacute;n. Ambas ventas, seg&uacute;n el art&iacute;culo 363 de la ley federal, convierten lo que era una t&aacute;ctica en sustituto de una reestructuraci&oacute;n empresaria.</p>
<p>Hace quince o veinte a&ntilde;os, nadie habr&iacute;a podido aplicar ese art&iacute;culo (parte del t&iacute;tulo XI) para vender una compa&ntilde;&iacute;a entera. Si bien ambos casos no acabar&aacute;n con las reestructuraciones convencionales ni con el negocio de los estudios, los alcances mismos de GM y Chrysler indican que el 363 puede valer para firmas de todo volumen y perfil.</p>
<p>Para quienes ya siguen esa estrategia judicial, ambos precedentes allanan el camino a causas o litigios m&aacute;s r&aacute;pidos. Los acreedores tendr&aacute;n menos tiempo para llegar a arreglos, especialmente en situaciones donde los prestamistas imponen plazos perentorios a las compa&ntilde;&iacute;as. As&iacute; ha sucedido con el estado federal respecto de las dos automotrices.</p>
<p>Donde el estado desempe&ntilde;a papel dominante, los letrados tienden a suponer que controlan menos las cosas que en bancarrotas comunes. De hecho, el plazo impuesto por el gobierno a GM expiraba con junio y eso le permiti&oacute; al tribunal tramitar 850 objeciones en tres d&iacute;as. Lo normal en la materia puede llevar semanas.</p>
<p>Tanta prisa gener&oacute; escepticismo entre los bonistas y tres de ellos pidieron a Gerber mayor parsimonia. A su vez, funcionarios del Tesoro observaron que los tr&aacute;mites de bancarrotas comunes no se modificar&aacute;n radicalmente: GM y Chrysler son situaciones excepcionales determinadas por un factor pol&iacute;tico: Barack Obama quer&iacute;a asegurar la sobrevivencia de una industria emblem&aacute;tica para Estados Unidos (lo hab&iacute;a prometido durante la campa&ntilde;a electoral).</p>
<p>Inicialmente, el Tesoro esperaba que en sesenta d&iacute;as se aprobase la alianza Fiat-Chysler: 42 m&aacute;s la etapa de la Suprema Corte. En lo atinente a GM, la operaci&oacute;n llevar&iacute;a de sesenta a noventa d&iacute;as. Tal como marcharon las cosas, s&oacute;lo se precisaron treinta y seis. <br />
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