La pandemia de COVID-19 causó profundos daños personales, económicos y sociales así como también cambió una innumerable cantidad de vidas e intensificó las irregularidades existentes al poner al descubierto la inviabilidad de muchos modelos comerciales.
Desde PwC se propone una forma de abordar estas cuestiones de manera integral. Identificamos un conjunto de desafíos urgentes, interdependientes y en aumento que el mundo debería enfrentar. A este marco de trabajo lo denominamos ADAPT (Asymmetry, Disruption, Age, Polarization and Trust) que describe un mundo donde la asimetría, disrupción, edad, polarización y la confianza, cambiaron fundamentalmente la manera en que millones de personas viven y trabajan.
Antes del COVID-19, estaba claro que las presiones que surgían de las cuestiones de ADAPT crearían un mundo completamente diferente para 2025 y que las organizaciones deberían volver a transformarse para mantener su viabilidad. En verdad, impulsados por la pandemia, estos cambios podrían darse antes de lo que esperábamos.
- ASIMETRÍA: Aumento de la disparidad de la riqueza y la erosión de la clase media. La crisis golpeará con más fuerza a personas carenciadas, regiones de pobreza y países pobres; aumentará el desempleo en la base de la pirámide de la riqueza; las pequeñas empresas quebrarán en una escala masiva.
- DISRUPCIÓN: Naturaleza persuasiva de la tecnología y su impacto sobre las personas, la sociedad y el clima. Aumentará el poder de las grandes compañías tecnológicas de plataforma; el cambio climático dejará de estar en el centro de la atención en el corto plazo, pero podría ser aún más fundamental en el largo plazo.
- EDAD: Presión demográfica sobre las empresas, instituciones sociales y economías. Habrá menos oportunidades disponibles para los jóvenes trabajadores; aumentará la presión sobre los sistemas de bienestar social y pensiones; los mercados en desarrollo tendrán dificultades para estimular la creación de puestos de trabajo.
- POLARIZACIÓN: Ruptura del consenso global y un mundo dividido con el nacionalismo y populismo en aumento. Las economías estarán más localizadas debido a la reconfiguración de las cadenas de suministro; la humanidad podría unirse para resolver problemas importantes.
- CONFIANZA: Disminución de la confianza en las instituciones que respaldan a la sociedad. Aumentará la falta de confianza en la capacidad de las instituciones de responder de manera equitativa; algunas instituciones y líderes superarán la crisis con mejor reputación.
Los esfuerzos por abordar estas cuestiones, que son cada vez más urgentes por la pandemia, enfrentan realidades poco promisorias. En primer lugar, tanto a nivel nacional como empresarial, las finanzas sufrirán un gran impacto y necesitarán una asistencia considerable antes de que los recursos estén disponibles para abordar los problemas indicados en el marco de trabajo ADAPT.
Se producirá una intensa competencia por obtener fondos, a medida que las sociedades se concentren en las diversas tareas asociadas con la reapertura comercial, la creación de puestos de trabajo y la asistencia a aquellos más afectados por la pandemia y la respuesta nacional.
A nivel empresarial, el reducido capital se destinará necesariamente a reparar las cadenas de suministro perjudicadas, reactivar la actividad comercial, regenerar ingresos y permitir el regreso de los empleados al lugar de trabajo.
En segundo lugar, las pequeñas empresas sufrirán un impacto más significativo que las grandes debido a las decisiones políticas tomadas. Este es un problema muy particular porque las pequeñas empresas suelen ser la fuente más importante de empleo y, de manera desproporcionada, la fuente de crecimiento. Pero también representa un inconveniente para las grandes empresas, porque las pequeñas suelen ser clientes primarios y están en el tercer o cuarto nivel en su cadena de suministro.
En tercer lugar, los distintos sectores de la economía, e incluso los negocios individuales, sufrirán un impacto diferente por la crisis. En su mayoría, las empresas de plataformas tecnológicas, los supermercados y las farmacias tuvieron un desempeño extraordinario hasta ahora. Pero muchas otras (por ejemplo, aerolíneas y hoteles), en gran medida, cerraron. Todas las empresas, excepto aquellas más golpeadas, intentan mantener su fuerza laboral; como resultado, están gastando rápidamente el efectivo y terminan en una posición financiera mucho más delicada.
En términos generales, tanto los países como las organizaciones deben replantearse qué significa el éxito. Está claro que necesitamos nuevas mediciones de progreso material, social y ambiental que puedan orientar nuestros esfuerzos. El replanteo garantiza la reparación de las organizaciones de manera que sean más resilientes y exitosas al considerar aspectos del futuro en el presente.
Esperamos que la respuesta estratégica para el Covid-19 presente nuevas posibilidades y una de las características destacadas de este contexto es que creó una experiencia mundial compartida a partir de un suceso dominante. Si esta experiencia puede generar solidaridad y un sentido de finalidad, la perspectiva de adaptarse a un nuevo mundo y progresar en él es más prometedora. La esperanza no es una estrategia. Pero la estrategia puede transmitir esperanza.
(*) Socio de Strategy& de PwC Argentina