<p>No cree eso la organización no gubernamental, conocida defensora de ballenas u otras especies masacradas sistemáticamente por los pescadores japoneses y coreanos. Este miércoles, Greenpeace presentó mediciones efectuadas el 29 de abril a tres kilómetros mar adentro y a treinta metros de profundidad.<br />
En realidad, las primeras evidencias de aguas radioactivas filtradas de los reactores al lecho submarino fueron notadas un mes antes. Es la primera vez que se hacen estos estudios en áreas tan sensibles a la radiación y tan poco atendidas por TEP o el gobierno imperial.<br />
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Según el informe hoy en circulación, los elementos contaminantes detectados (iodina 131, cesio 134 y 137) eventualmente se disolverán y mitigarán sus efectos nocivos en la superficie. No obstante, si se mezclan con el suelo marino, aumentan los riesgos de que penetren en la cadena trófica.<br />
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Esto es, en seres vivos que irían contagiándose uno a otro vía alimentos radioactivos, provenientes de aquel mismo lecho. En la fase final, aparecen la pesca comercial y el consumo humano. La combinación de factores explica que Greenpeace haya encarado sus propios análisis en aguas internacionales del Pacífico norte y el mar del Japón. Obviamente, no confía en los trabajos de Tokio.<br />
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Por ejemplo, recién se sabe que en Fukushima fallaron controles esenciales para medir emisiones en emergencias, que dependen del pausado gobierno japonés. La agencia noticiosa Kyodo, citando fuentes cercanas a TEP, reveló que el sistema electrónico de seguridad nuclear no funcionó correctamente durante los días críticos de marzo. Sin embargo, costó US$ 330 millones desarrollarlo, instalarlo y mantenerlo. Estas cosas les dan la razón a Greenpeace y a las actividades de su buque <em>Rainbow warrior</em> (“Guerrero del arco iris”).</p>
{Energía nuclear II} Japón: mil veces más radiación en el mar
Greenpeace ha iniciado hace dos semanas sus propias investigaciones en las aguas frente a Fukushina. La radioactividad, sostiene, no cede en el mar y supera cien a mil veces las cotas normales. Lo admite Tokyo Electric Power, pero le parece normal.