En productos primarios, los inversores siguen fieles, pero son cautos

En unos diez años, las materias primas se han desarrollado como otra clase de activos. Durante el proceso, los inversores institucionales –en particular fondos jubilatorios, aseguradoras y fideicomisos- diversificaban carteras y las cubrían de la inflación vía instrumentos derivativos.

1 octubre, 2010

<p>Seg&uacute;n Barclays Capital, este a&ntilde;o los futuros especulativos en productos primarios cruzaron el hito de US$ 300.000 millones, contra apenas 10.000 millones en 2001. Desde este punto, en efecto, los flujos fueron acumul&aacute;ndose a raz&oacute;n de US$ 25.000 millones anuales, una revalorizaci&oacute;n que tambi&eacute;n impulsaba los activos en cartera.<br />
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Por cierto, hacia mediados de los a&ntilde;os 90 algunos expertos notaron los atractivos de esas colocaciones. En 2005, el analista norteamericano Gary Gorton&nbsp; un colega holand&eacute;s, Geert Rouwenshorst, publicaron Facis and fantasies about commodity futures. Basados en un &iacute;ndice simulado sobre un grupo de productos primarios, examinaron los retornos de 1959 a 2004 (46 a&ntilde;os) y dedujeron que, si bien la prima de riesgo del &iacute;ndice era esencialmente igual para t&iacute;tulos, los retornos se correlacionaban negativamente con acciones y bonos.<br />
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Sus conclusiones sentaron las bases te&oacute;ricas que generaron la carrera a materias primas entre inversores institucionales. La mayor&iacute;a opt&oacute; por emplear el mismo veh&iacute;culo, un &iacute;ndice largo pasivo, en una gama que abarcaba referentes tan populares como el Standard&amp;Poor&rsquo;s GSCI, el Dow Jones-Union des Banques Suisses o el m&aacute;s antiguo, el Thomson Reuters/Jeferies CRB. Todos siguen en vigencia. <br />
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<strong>En t&aacute;ndem</strong><br />
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Pero, en la actualidad, algunos expertos se preguntan si los productos b&aacute;sicos siguen siendo activos no correlacionados, pues parecen moverse en t&aacute;ndem con &iacute;ndices accionarios tipo S&amp;P 500. Algo as&iacute; ocurri&oacute; tras el alto pico inflacionario posterior a la segunda crisis petrolera (1979/81), la recesi&oacute;n generada por la primera guerra iraqu&iacute; (1991/2), el desinfle de las puntocom (2000) y la crisis sist&eacute;mica occidental de 2007/09.<br />
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Este &uacute;ltimo lapso de correlaci&oacute;n positiva entre materias primas y otros activos parece poco usual en intensidad y duraci&oacute;n, pues se prolonga en la presente crisis europea de endeudamiento. Mientras tanto, las tendencias inversoras asimismo se mueven desde los tempranos d&iacute;as de &iacute;ndices simples y largos hacia estrategias m&aacute;s complejas. A criterio de los fondos jubilatorios y sus banqueros, ello demuestra que las colocaciones en productos primarios maduran, merced a la masa de gestores y rubros en oferta, muy superior a la de hace cinco a&ntilde;os.<br />
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Algunas novedosas inversiones tambi&eacute;n se basan en &iacute;ndices, pero apelando a t&aacute;cticas o estrategias m&aacute;s evolucionadas, dependientes de sus precios relativos. A juicio de muchos banqueros, existe creciente demanda por indicadores a medida. En particular, si desplazan las colocaciones a contratos futuros (derivativos) de m&aacute;s largo m&aacute;s largo en un intento de resolver problemas claves en clases de activos.&nbsp; <br />
Durante parte de la d&eacute;cada 2001/10, cuando los &iacute;ndices eran veh&iacute;culos favoritos para especular con productos primarios, los mercados ofrec&iacute;an apreciables rindes a los inversores institucionales. Pero una serie de episodios tipo contango &ndash;contratos largos con m&aacute;rgenes superiores a los de mediano plazo- en 2008/10 ha erosionado utilidades, a menudo&nbsp; neutralizando el alza de precios al contado. O, alternativamente, aumentando p&eacute;rdidas cuando bajaban los valores al contado.<br />
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Futuros al ritmo de los tiempos </strong><br />
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Desde el siglo XVII, los mercaderes han venido empleando contratos a t&eacute;rmino para asegurarse abastecimientos y aliviar riesgos. Por lo com&uacute;n, se negociaban individualmente, estipul&aacute;ndose fecha de entrega para determinada cantidad de grano u otros activos, a cambio de un precio prefijado.<br />
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Hoy los futuros se contratan seg&uacute;n t&eacute;rminos normalizados que, en general especifican cantidad (lote), calidad, expiraci&oacute;n en meses, fechas de entrega y limitaciones en variaci&oacute;n diaria de precios. Los productos b&aacute;sicos tambi&eacute;n se transan v&iacute;a opciones, que establecen un derecho &ndash;no una obligaci&oacute;n- a comprar (call) o vender (put) un contrato tipo a un precio convenido en un punto durante un per&iacute;odo prefijado.<br />
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Estos contratos derivados permiten a los operadores hacer transacciones a una fracci&oacute;n del costo total del activo subyacente y han sido esenciales para la masiva especulaci&oacute;n en los actuales mercados de materias primas. Sigue siendo un misterio la g&eacute;nesis de los futuros; pero ya en 1650 se form&oacute; el intercambio de arroz Dojima en Osaka y, hacia 1730, se hab&iacute;an desarrollado sus elementos claves. Cabe apuntar que, por entonces, Jap&oacute;n y China eran las dos econom&iacute;as mercantes m&aacute;s avanzadas del globo.<br />
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<p>En 1848, surg&iacute;a la junta mercantil de Chicago (CBOT), donde se pod&iacute;a comprar o vender cereales al contado. Pronto (1865) aparecieron los primeros futuros: ese mismo a&ntilde;o se us&oacute; el t&eacute;rmino ingl&eacute;s &ldquo;commodities&rdquo; (del bajo lat&iacute;n commodus, transable). Usualmente, los contratos a t&eacute;rmino se negociaban a voz de cuello en &ldquo;subastas abiertas&rdquo;, outcries, en pits (pisos bajo el nivel de los mostradores). No obstante, desde fines del siglo XX los mercados de futuros y opciones vienen siendo dominados por medios electr&oacute;nicos y muchos pisos f&iacute;sicos han desaparecido. Tod&iacute;an en 1998, un 95% de transacciones era a viva voz, pero en 2009 ya no pasaban de 45%.<br /><br /> Aparte de distanciarse de los pisos convencionales, tambi&eacute;n cambiaron los tipos de productos y activos. Hasta hace algunos decenios, las materias primas alimentarias y ciertos metales cr&iacute;ticos dominaban los futuros pero, a principios de los 70, los hidrocarburos ganaron relevancia v&iacute;a futuros del mercado neoyorquino (Nymex) y su crudo b&aacute;sico, el tejano intermedio occidental (west Texas intermediate, WTI). Este tipo constituye la mayor fuente de futuros, con 184.000.000 contratos negociados en 2009.<br /> <strong><br /> No hay precios a prueba de balas</strong><br /> <br /> Los inversores usualmente toman el WTI y el Brent londinense como referencias para colocarse en futuros. Sin embargo, pese a su popularidad, ambos en conjunto representan apenas una fracci&oacute;n entre cientos de tipos distintos negociados en los mercados petroleros f&iacute;sicos y virtuales.<br /><br /> Para la inmensa mayor&iacute;a de inversores institucionales, la larga lista de crudos en oferta es una colecci&oacute;n de nombres ex&oacute;ticos comprensibles s&oacute;lo para operadores del sector, refinadores e ingenieros. Pero, poco a poco, varios van descubriendo que el WTI o el Brent, aunque sigan reinando por a&ntilde;os como par&aacute;metros favoritos, tienen sus propios problemas. En lo tocante a productos b&aacute;sicos, todo problema implica ganar menos dinero. <br /><br /> El mayor obst&aacute;culo es que ambos tipos de crudo se vinculan estrechamente a las condiciones de oferta y demanda en las zonas donde se extraen o almacenan. Esto es, Texas, Oklahoma (WTI) y el mar del Norte (Brent). Un problema adicional del WTI es que sus yacimientos est&aacute;n lejos de las costas y complican el transporte a refiner&iacute;as y dep&oacute;sitos.<br /><br /> &ldquo;Por lo com&uacute;n, los diferentes valores referenciales de crudos tienden a moverse en igual direcci&oacute;n, aun durante oscilaciones de corto plazo. Pero, hace poco, el WTI exhibe mayor inestabilidad que otros crudos&rdquo;, se&ntilde;alaba un informe de la administraci&oacute;n federal de an&aacute;lisis. Operadores, banqueros y expertos han atribuido el exagerado declive o el subsiguiente rebote de precios a problemas en Cushing, Oklahoma. Se trata de un dep&oacute;sito inaccesible por buques tanques o barcazas. <br /><br /> Precisamente debido a movimientos err&aacute;ticos de precios, Saudiarabia decidi&oacute; en 2009 abandonar el WTI como referencia para exportaciones a Estados Unidos, por vez primera desde 1994. La substituy&oacute; por una canasta que re&uacute;ne crudos del golfo de M&eacute;xico. Por lo general, el Brent se negocia con dos d&oacute;lares de descuento por barril respecto del WTI, pero desde 2007 ha llegado a veces hasta una prima de diez d&oacute;lares.<br /><br /> Las discontinuidades de precio en el Brent com&uacute;nmente suceden durante el mantenimiento estival, cuando se reduce en forma marcada la oferta de crudos, aun si no hay d&eacute;ficit en el resto del mercado internacional. En algunas ocasiones, el valor del Brent puede quedar por encima de tipos afines. Estos problemas se exacerban cuando suspensiones no planeadas coinciden con la temporada de mantenimiento. As&iacute; ocurri&oacute; en julio y agosto pasados: los precios n&oacute;rdicos subieron en forma abrupta, en tanto otros crudos referenciales daban se&ntilde;ales de debilidad.<br /><br /> Estas digresiones sobre el negocio de futuros petroleros subrayan un factor no siempre considerado. Se trata de las diferencia entre estos contratos futuros y los de otros activos, en especial la volatilidad de precios. Lo curioso es que los hidrocarburos sean al mismo tiempo tan inestables como claves para la gama derivativa.</p>

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