Havas Group desarrolló el informe “Cuando las mujeres avanzan, avanzamos todos” para indagar en profundidad la igualdad de género. Una de cada dos mujeres teme que el nivel de igualdad descienda en los próximos años. La igualdad es frágil y el camino para lograrla está plagado de obstáculos, la pandemia de Covid-19 es uno de los mayores.
Havas Group desarrolló este estudio con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, encuestando a 600 mujeres y 200 hombres mayores de 18 años en cada uno de estos diez mercados: Francia, EE. UU., China, Reino Unido, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, KSA, Qatar, España, y la india.
Las mujeres se han visto muy afectadas por la crisis sanitaria, en muchos sentidos incluso más que los hombres. Debido a que muchas mujeres son trabajadoras de cuidados, constituyeron la mayor parte de la primera línea frente al virus. En todos los sectores las mujeres estaban más expuestas a perder sus trabajos que sus contrapartes masculinas.
Dentro del hogar, estaban sobrecargadas, especialmente cuando era necesario hacer malabarismos con el teletrabajo, las tareas del hogar y la escuela en casa. Una sobrecarga tan intensa que el 41% de las mujeres declararon que la pandemia de la Covid-19 ha transformado su hogar en una prisión de la que ya no pueden escapar.
La crisis sanitaria ha hecho que el tema de la igualdad de género dé un paso atrás, tanto que el cronograma de la igualdad se ha retrasado una generación completa: la igualdad está ahora a 135,6 años cuando antes de la pandemia estaba a 100 años. Surge entonces una pregunta: ¿cómo compensamos esta pérdida en un clima más que inestable?
En el camino hacia la igualdad, se detectaron los siguientes hallazgos claves:
Despertar la conciencia: el movimiento #MeToo sin duda ha cambiado la cultura en todo el mundo. Sin embargo, no todos están de acuerdo en que el movimiento haya sido beneficioso, solo el 46 % de los hombres y el 52 % de las mujeres consideran que el movimiento #MeToo ha hecho más bien que mal a la sociedad, una percepción que va acompañada del temor a una reacción violenta entre las mujeres.
Las diferencias de opinión son significativas de un país a otro, pero también dentro de los países entre generaciones. Los franceses en particular muestran una oposición entre Gen-Z y Boomers, la generación más joven ha dado la bienvenida al movimiento más que los mayores (45% Gen-Z vs. 27% Baby-boomers).
Establecer un nuevo trato para la familia: ser mujer hoy no significa necesariamente ser madre – 3 de cada 4 mujeres consideran que la maternidad ya no es una característica definitoria de una mujer.
Sin embargo, las circunstancias para las mujeres se complican cuando se convierten en madres, especialmente en la distribución de la responsabilidad parental. Para mejorar la calidad de vida de las mujeres, existen fuertes expectativas de una mayor participación de los padres con sus hijos: el 77 % de las mujeres y el 67 % de los hombres piensan que, si los hombres desempeñaran plenamente su papel de padres, las mujeres no tendrían que elegir entre su carrera y su familia.
Facilitar el desarrollo profesional de las mujeres en el trabajo: la dificultad para compaginar la vida profesional con la vida parental, la cultura empresarial, los estereotipos de género y el techo de cristal son obstáculos que las mujeres encuentran en su carrera profesional.
Sin embargo, hoy en día son más seguras y están dispuestas a afirmarse, el 75% de las mujeres cree que merece su situación profesional. En este momento, también vemos que casi tantas mujeres como hombres ya han pedido espontáneamente un aumento de salario (46% para mujeres, 49% para hombres).
Garantizar una mayor paridad de género en la empresa también significa, para el 79% de las mujeres y el 69% de los hombres, la garantía de un mayor éxito de la empresa. Estos datos revelan también la persistencia de los conceptos de sensibilidad y cuidado como terreno propio del campo “femenino”, que pueden tener una doble lectura al respeto.
Por un lado, marcan una receptividad a valores de management que se traducen en una mejora real en el bien estar de lxs trabajadorxs pero, del otro lado, muestra hasta qué punto el arquetipo de lo “típico femenino” – más conciliador y orientado hacia las emociones- está anclado en nuestras representaciones.