<p>Fue un símbolo: para afrontar la reconstrucción de Haití –una tarea que durará lustros-, Bush se ha puesto junto a Obama y William J.Clinton. Justo a doce meses de entregar la sucesión al primero. En el balance, se admite que el nuevo presidente ha evitado otra crisis financiera gracias a un paquete de estímulos por dos billones que los ortodoxos –algunos en su equipo ejecutivo- quisieran desmontar lo antes posible en nombre del “desapalancamiento”.<br />
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Pero los norteamericanos del común siguen desmoralizados por un desempleo que no cede de 10% y traba la reactivación vía gastos de las familias, o sea ventas minoristas. En cuanto al déficit fiscal, sus US$ 1,4 billones no desvelan a la gente aunque sí a Timothy Geithner (Tesoro), Benjamin Bernanke (Reserva Federal) y Wall Street.<br />
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Sin duda, Obama ha limpiado la imagen mundial de Estados Unidos, si bien sus políticas en el patrio trasero –Honduras, Colombia- no se diferencian mucho de las tradicionales. Washington ni siquiera parece entender el nuevo papel de Brasil en Sudamérica o recobrar la iniciativa mientras el narcotráfico se extiende en México.<br />
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Tampoco Israel, nostálgico de Bush, se muestra más conciliador con Palestina. En tanto, Irán sigue rechazando todo tipo de acercamiento, pese al espectacular replanteo de las relaciones estadounidenses con los países musulmanes moderados. Naturalmente, la guerra residual en Irak, la que se agrava en Afganistán-Pakistán y la que asoma en Yemen no ayudan a Washington.<br />
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Puertas adentro, Obama no tiene el coraje de imponerse a un Congreso donde las vacilaciones demócratas les dan juego a los fundamentalistas republicanos. Esta misma semana, hay riesgo de que un derechizado Massachusetts le dé a un opositor la banca senatorial que ocupaba Edward Kennedy y deje sin mayoría al gobierno.<br />
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Este proceso de involución queda patente en el eclipse de un personaje clave al principio. Se trata de Rahm Emanuel, todavía jefe de gabinete e impulsor de drásticas reformas de corte liberal, en buena medida olvidadas o diluidas. <br />
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En EE.UU., la ultraderecha ha aprendido a explotar YouTube, Twitter y loa blogs para llegar a un triunfo psicológico impresionante, el “Washington tea party”. Ahí, el país profundo, el cinturón bíblico y Fox News se lanzaron sobre la reforma que busca ampliar cobertura médica a 35 millones de personas. Estos creyentes ultramontanos consideran blasfemo aplicar sistemas normales en Europa entera y gran parte de Latinoamérica, salvo pocas excepciones (Chile, Colombia, Caribe).<br />
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Las obsesiones bipartidistas del presidente dieron a Karl Rove, un predicador ex cerebro de Bush, oportunidad de torpedear iniciativas demócratas. En síntesis, este primer cumpleaños no tiene demasiado para celebrar.</p>
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El aniversario de Obama empañado por Haití y la virulencia opositora
Este miércoles Barack Obama cumple el primer año de gestión. Ha gobernado con equilibrio y capacidad, pero sin carisma. Su popularidad ha bajado y la derecha republicana ejerce una oposición salvaje. Salvo el ex presidente George W.Bush.