Economías prósperas y una deuda pública en crecimiento

Los pasivos estatales que soportan quienes viven en países centrales se habrán doblado en nueve años, de 2007 a 2015. El envejecimiento de la población, mientras tanto, pondrá en severos aprietos los sistemas jubilatorios y de atención médica.

2 noviembre, 2010

<p>Seg&uacute;n un trabajo de Eswar Prasad, ex t&eacute;cnico del Fondo Monetario hoy en la Brookings Institution, las econom&iacute;as ricas ir&aacute;n adeudando crecientes proporciones de fondos al resto del mundo. Paralelamente, contribuir&aacute;n cada a&ntilde;o relativamente menos a la expansi&oacute;n global.<br />
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Ese grupo experimenta ya duras presiones demogr&aacute;ficas sobre las finanzas estatales, seg&uacute;n ocurre en Jap&oacute;n. Otros pa&iacute;ses lo seguir&aacute;n. Por ejemplo, Estados Unidos, donde se perciben los efectos iniciales de una generaci&oacute;n de posguerra (1946/70) que va jubil&aacute;ndose. <br />
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El experto sostiene que los pa&iacute;ses pr&oacute;speros habr&aacute;n acumulado un aumento de deuda por habitante laboralmente activo desde US$ 31.700 en 2007 hasta 68.500 en 2015. Nada menos que 116%. En una muestra de cincuenta econom&iacute;as, la norteamericana ir&aacute; subiendo del puesto n&uacute;mero once &ndash;en una lista inversa- al tercero en igual lapso y tomando el peso de la deuda p&uacute;blica por empleado.<br />
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Esta creciente presi&oacute;n del servicio de la deuda, sobre una fuerza laboral relativamente m&aacute;s chica, pondr&aacute; en peligro el crecimiento &ndash;dato clave- y la estabilidad, dato secundario. El econometrista indio propone una receta ortodoxa: &ldquo;las econom&iacute;as centrales debieran poner sus cuentas en orden, si y cuando la recuperaci&oacute;n se afirme. Pero har&aacute;n falta decisiones pol&iacute;ticas para sofrenar rojos de corto plazo y, luego, controlar el aumento de gastos jubilatorios. Si no hay r&aacute;pidas acciones, una deuda p&uacute;blica imparable en pa&iacute;ses centrales atentar&aacute; contra la estabilidad local y global&rdquo;. <br />
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Sin duda, el analista supone que la estabilidad financiera es un absoluto. Pero, ciertamente, la proporci&oacute;n entre deuda gubernamental y PBI mundial &ldquo;resulta de la propia crisis financiera en Occidente, donde varios gobiernos han sostenido sus econom&iacute;as y sistemas bancarios apelando al gasto p&uacute;blico, rescates inclusive. Curiosamente, ese tipo de erogaciones probablemente vuelva a ceder en los pa&iacute;ses emergentes y a elevarse en las econom&iacute;as centrales… por efectos del envejecimiento poblacional&rdquo;.</p>
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