jueves, 26 de diciembre de 2024

Dos Argentinas

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La primera Argentina posible es un país con una democracia madura, mayor integración social e igualdad de oportunidades, menor mortalidad infantil, pleno empleo, estabilidad macroeconómica, crecimiento rápido y desarrollo de una amplia base exportadora centrada en el valor agregado.
Por Juan Llach

<p>Hay dos Argentinas posibles, muy distintas, para el a&ntilde;o del bicentenario. La primera, la que queremos todos, es un pa&iacute;s con una democracia madura, mayor integraci&oacute;n social e igualdad de oportunidades, menor mortalidad infantil, pleno empleo, estabilidad macroecon&oacute;mica, crecimiento r&aacute;pido y desarrollo de una amplia base exportadora centrada en el valor agregado.</p>
<p>La otra Argentina, no deseable pero tambi&eacute;n posible, arrastrar&iacute;a los actuales problemas de desempleo, exclusi&oacute;n social, inestabilidad macroecon&oacute;mica y una inserci&oacute;n externa centrada en la exportaci&oacute;n de <i>commodities</i>.</p>
<p>La llave maestra para entrar en la Argentina deseable es la calidad y la cantidad de la inversi&oacute;n en educaci&oacute;n y en capacitaci&oacute;n en los pr&oacute;ximos diez a&ntilde;os. Un cl&aacute;sico debate ha dividido a quienes piensan que todo el problema de la educaci&oacute;n se resuelve poniendo m&aacute;s dinero y a quienes afirman que s&oacute;lo se trata de invertir mejor los recursos disponibles. Ambas posiciones son err&oacute;neas. Los primeros olvidan que es imprescindible que el sistema educativo d&eacute; se&ntilde;ales contundentes de su disposici&oacute;n a invertir mejor sus recursos. En caso contrario, el dinero no alcanzar&aacute; y, como se vio en la infausta experiencia de <i>la oblea</i>, la sociedad no estar&aacute; dispuesta a realizar el imprescindible esfuerzo adicional. Los eficientistas, por su parte, olvidan, por ejemplo, que la doble escolaridad rica en contenidos extracurriculares es hoy un privilegio para pocos o que la inversi&oacute;n por estudiante en nuestras universidades nacionales es la d&eacute;cima parte de la que reciben quienes estudian en Harvard, aun despu&eacute;s de considerar las diferencias de ingreso por habitante entre la Argentina y Estados Unidos.</p>
<p>El desaf&iacute;o es formidable porque, lamentablemente, la brecha educativa entre ricos y pobres no ha dejado de crecer en los &uacute;ltimos a&ntilde;os. Tambi&eacute;n aqu&iacute; hay dos Argentinas. Aunque la escolarizaci&oacute;n de los que menos tienen ha crecido casi incesantemente en los &uacute;ltimos a&ntilde;os, lo ha hecho a un ritmo mucho menor que el nivel educativo de los que m&aacute;s tienen. La educaci&oacute;n ha dejado, as&iacute;, de jugar el papel que tradicionalmente le cupo en la Argentina como factor principal de la integraci&oacute;n y la movilidad social.</p>
<p>La tarea que nos espera tambi&eacute;n es formidable. En educaci&oacute;n b&aacute;sica necesitamos, entre otras cosas, universalizar el acceso al preescolar y al nivel medio, una nueva carrera docente basada en la excelencia, la concentraci&oacute;n horaria para evitar la figura del <i>profesor taxi</i>, la atenci&oacute;n preferencial a las 5.500 escuelas prioritarias a las que asisten las chicas y los chicos con m&aacute;s carencias socioeducativas, posibilitar la autonom&iacute;a de las escuelas, con directores l&iacute;deres y proyectos pedag&oacute;gicos fuertes.</p>
<p>En educaci&oacute;n superior, es imperioso asignar los presupuestos universitarios sobre la base de la equidad, la eficiencia y la excelencia, fortalecer a las disciplinas n&uacute;cleo de todas las carreras, desarrollar nuevos instrumentos de evaluaci&oacute;n de la calidad y buscar modos m&aacute;s equitativos de financiamiento universitario. A todo esto ayudar&aacute; much&iacute;simo el portal de la educaci&oacute;n argentina <i>educ</i>.<i>ar</i>, que estar&aacute; en la Red el pr&oacute;ximo 11 de septiembre, y que ayudar&aacute; a conectar a todas las escuelas y otros centros de ense&ntilde;anza a la Red.</p>
<p>El gobierno del presidente Fernando de la R&uacute;a est&aacute; totalmente comprometido con estos objetivos. Ahora nos encontramos en la ardua pero apasionante tarea de formar los consensos necesarios para construir entre todos esa otra Argentina posible, que por ahora so&ntilde;amos.</p>
<p><i>Juan Llach fue Ministro de Educaci&oacute;n.</i></p>

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