Además de derogar la jubilación de Ebbers, se ha propuesto una
“búsqueda profesional” para reemplazar al poco transparente
John Sidgmore, CEO provisional. En otro plano, la junta deberá definir
qué activos se venderán para pagar a los acreedores en la mayor
quiebra privada de la historia.
Amén del retiro, se le reclamará a Ebbers restituir dinero percibido
y préstamos por unos US$ 408 millones o, en su defecto, los bienes adquiridos
con esos fondos. En teoría, ese crédito se saldaría en
cinco años, pero la Securities & Exchange Commission lo considera
demasiado blando (casi no abona intereses).
Además de derogar la jubilación de Ebbers, se ha propuesto una
“búsqueda profesional” para reemplazar al poco transparente
John Sidgmore, CEO provisional. En otro plano, la junta deberá definir
qué activos se venderán para pagar a los acreedores en la mayor
quiebra privada de la historia.
Amén del retiro, se le reclamará a Ebbers restituir dinero percibido
y préstamos por unos US$ 408 millones o, en su defecto, los bienes adquiridos
con esos fondos. En teoría, ese crédito se saldaría en
cinco años, pero la Securities & Exchange Commission lo considera
demasiado blando (casi no abona intereses).