Müller está haciendo una evaluación de la estrategia de los últimos años: presencia en casi todo el mundo con control centralizado. Esa fue la política de su predecesor Martin Winterkorn, pero falló en algunos mercados.
La reestructuración de la política general de la empresa tiene como objetivo superar el escándalo del año pasado que le provocó la mayor crisis de su historia con costos que generaron también la mayor pérdida neta en 2015.
Se entiende que el mayor aspecto en la reconversión que proyecta el nuevo CEO es la descentralización de la compañía. El cambio permitirá a las 12 marcas de VW adaptar mejor sus productos y servicios a los diferentes mercados. Se cree que la nueva estrategia será anunciada formalmente en uno o dos meses.
Los accionistas están presionando por una reestructuración profunda luego de años de costos cada vez más altos y de desempeño insatisfactorio de las marcas. El año pasado la marca representó 30% de los ingresos del grupo, pero los márgenes operativos fueron apenas de 2%. De manera que el margen para mejorar la eficiencia de ganancias es incalculable, dice el analista Arndt Ellinghorst.
Si bien hay que esperar los anuncios formales de Müller hay muchas esperanzas entre los accionistas de que el nuevo CEO va a ser capaz de poner a la empresa de nuevo en el camino correcto.