Si bien los problemas que sufre Volkswagen se debe a mala gestión y decisiones poco felices de marketing –no sólo en Alemania- , la empresa cifra su programa en bajar costos laborales. La nueva advertencia a los gremialistas partió de Hans Dieter Pötch, director financiero y es la más dura emitida hasta ahora por la conducción.
Esta situación no es nueva en la industria germana, cuya calidad de management dista de los cánones británicos o transatlánticos. A fin de julio, DaimlerChrysler presionó a la paritaria para desistir de un aumento de 2,8%, previsto en el convenio colectivo, y aceptar horas extras sin paga. En verdad, la actitud de VW denota los serios problemas que afronta en sus principales mercados alrededor del mundo (y no por razones laborales).
En la Unión Europea –señala el “Wall Street Journal”- pierde mercado ante Peugeot (el 307 desplaza al Golf), japoneses y surcoreanos. En China, un mercado clave, las ventas cedieron 12% en agosto respecto de un año antes. En Estados Unidos, la filial registró US$ 612.700.000 de déficit semestral y Pötsch calcula en 1.210 millones el de todo 2004. “Nada de eso hace a la mano de obra alemana”, sostuvo un dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica local.
El conflicto potencial quiebra una tradición de buenas relaciones gremiales que Volkswagen mantenía desde antes de la II guerra mundial. Las paritarias a iniciarse el lunes se centrarán en salarios y estabilidad de los 103.000 empleados que tiene la compañía en Alemania. Aunque dispuestos a discutir las horas extras, los gremialistas insisten en 4% de aumento.
El problema de costos laborales es espinoso. La industria germana en general paga en promedio US$ 33 la hora, contra cuatro en Polonia. Esto dice Sandford Bernstein, un analista financiero -no laboral- de Londres, citado en el “Financial Times”. Además, pesa la alta cotización coyuntural del euro (más de US$ 1,215 el jueves).
“Las negociaciones en Volkswagen no tienen realmente que ver con obreros, empleados, sindicalistas ni gerentes. Tienen que ver con un enfrentamiento entre Alemania y el resto del mundo”. Así cree Global Insight Automotive, Fráncfort. Pero, en el plano político, el motor de las reformas es Peter Hartz, director de personal en VW e influyente en Berlín. Esto es ya un dolor de cabeza para Gerhard Schröder y su programa para abaratar mano de obra, jubilaciones y prestaciones sociales.
Si bien los problemas que sufre Volkswagen se debe a mala gestión y decisiones poco felices de marketing –no sólo en Alemania- , la empresa cifra su programa en bajar costos laborales. La nueva advertencia a los gremialistas partió de Hans Dieter Pötch, director financiero y es la más dura emitida hasta ahora por la conducción.
Esta situación no es nueva en la industria germana, cuya calidad de management dista de los cánones británicos o transatlánticos. A fin de julio, DaimlerChrysler presionó a la paritaria para desistir de un aumento de 2,8%, previsto en el convenio colectivo, y aceptar horas extras sin paga. En verdad, la actitud de VW denota los serios problemas que afronta en sus principales mercados alrededor del mundo (y no por razones laborales).
En la Unión Europea –señala el “Wall Street Journal”- pierde mercado ante Peugeot (el 307 desplaza al Golf), japoneses y surcoreanos. En China, un mercado clave, las ventas cedieron 12% en agosto respecto de un año antes. En Estados Unidos, la filial registró US$ 612.700.000 de déficit semestral y Pötsch calcula en 1.210 millones el de todo 2004. “Nada de eso hace a la mano de obra alemana”, sostuvo un dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica local.
El conflicto potencial quiebra una tradición de buenas relaciones gremiales que Volkswagen mantenía desde antes de la II guerra mundial. Las paritarias a iniciarse el lunes se centrarán en salarios y estabilidad de los 103.000 empleados que tiene la compañía en Alemania. Aunque dispuestos a discutir las horas extras, los gremialistas insisten en 4% de aumento.
El problema de costos laborales es espinoso. La industria germana en general paga en promedio US$ 33 la hora, contra cuatro en Polonia. Esto dice Sandford Bernstein, un analista financiero -no laboral- de Londres, citado en el “Financial Times”. Además, pesa la alta cotización coyuntural del euro (más de US$ 1,215 el jueves).
“Las negociaciones en Volkswagen no tienen realmente que ver con obreros, empleados, sindicalistas ni gerentes. Tienen que ver con un enfrentamiento entre Alemania y el resto del mundo”. Así cree Global Insight Automotive, Fráncfort. Pero, en el plano político, el motor de las reformas es Peter Hartz, director de personal en VW e influyente en Berlín. Esto es ya un dolor de cabeza para Gerhard Schröder y su programa para abaratar mano de obra, jubilaciones y prestaciones sociales.