Las compras declinaron 3,8% y marcan un ritmo anual de apenas 5.750.000 unidades revendidas. Es el más lento desde noviembre de 2002, pero su duración revierte a hace dieciséis años. Son estadísticas revisadas y difundidas por la National association of realtors, Washington (NAR, o sea asociación de agentes inmobiliarios).
Según señala su informe mensual, “el encarecimiento del crédito hipotecario desalienta potenciales compradores y elevar la cantidad de unidades invendibles, tanto nuevas como usadas”. Por ende, “se esfuman las probabilidades de una recuperación temprana o rápida”. Hace una semana, en efecto, la Reserva Fdereal reducía proyecciones para el producto bruto internos –este trimestre y el siguiente-, precisamente por la debilidad en materia de bienes raíces.
“No hay evidencia de que este negocio haya tocado fondo”, apunta James O’Sullivam, analista principal de UBS Securities. “La recesión inmobiliaria prosigue. Ahora falta ver qué efectos obra sobre el gasto del público en general, no sólo el de los consumidores”.
Por de pronto, las ventas de bienes raíces descendieron 11,4% en junio, respecto de doce meses antes. Por el otro extremo, la oferta de viviendas bajaba 4,3% y totalizaba 4.200.000 unidades. Es el primer declive en 2007 y las existencias equivalen a 8,8 meses de ventas.
Las compras declinaron 3,8% y marcan un ritmo anual de apenas 5.750.000 unidades revendidas. Es el más lento desde noviembre de 2002, pero su duración revierte a hace dieciséis años. Son estadísticas revisadas y difundidas por la National association of realtors, Washington (NAR, o sea asociación de agentes inmobiliarios).
Según señala su informe mensual, “el encarecimiento del crédito hipotecario desalienta potenciales compradores y elevar la cantidad de unidades invendibles, tanto nuevas como usadas”. Por ende, “se esfuman las probabilidades de una recuperación temprana o rápida”. Hace una semana, en efecto, la Reserva Fdereal reducía proyecciones para el producto bruto internos –este trimestre y el siguiente-, precisamente por la debilidad en materia de bienes raíces.
“No hay evidencia de que este negocio haya tocado fondo”, apunta James O’Sullivam, analista principal de UBS Securities. “La recesión inmobiliaria prosigue. Ahora falta ver qué efectos obra sobre el gasto del público en general, no sólo el de los consumidores”.
Por de pronto, las ventas de bienes raíces descendieron 11,4% en junio, respecto de doce meses antes. Por el otro extremo, la oferta de viviendas bajaba 4,3% y totalizaba 4.200.000 unidades. Es el primer declive en 2007 y las existencias equivalen a 8,8 meses de ventas.