<p>Algunos observadores creen que esto preludia un rescate ampliado para el sector, cuyas necesidades pueden superar los US$ 39.000 millones. La cifra se baraja entre Steve Kuttner (asesor de Timothy Geithner para el tema) y la fuerza presidencial de tareas.</p>
<p>Tanto esa eventual suma como el fondo para autopartistas propenden a evitar entre ellos una serie de convocatorias (título XI, ley federal de concursos y quiebras), capaz de acelerar el colapso. Por lo menos, el de GM.</p>
<p>Legisladores federales y estaduales “están convencidos de que Washington no quiere que las cosas llegue a eso, si pueden evitarlo”. Así señala David Cole, de la consultoría Center for Automotive Research, Michigan. El experto apunta que, si bien la atención se centra en GM, Chrysler y, en menos medida, Ford Motor, “los problemas de autopartistas y concesionarios no son desdeñables”. </p>
<p>Geithner confirmó que se constituirá un fondo de US$ 5.000 millones. Como en el caso de las entidades financieras, el dinero proviene de los contribuyentes mediante el programa de alivio a activos tóxicos (TARP). Por ende, la masa total de esta asistencia podría alcanzar US$ 44.000 millones entre automotrices y sus proveedoras.</p>
<p>El nuevo auxilio se llamará “programa de apoyo a autopartistas”, pero faltan definir los detalles. En cuanto al TARP, le quedan US$ 250.000 millones de los 700.000 millones iniciales. El sector emplea alrededor de 500.000 personas.</p>
<p> </p>
US$ 5.000 millones para autopartistas de Detroit
El gobierno estudia un esquema para aliviar a los proveedores de las automotrices. Se basa en una caja de US$ 5.000 millones, vía la cual el Tesoro tratará de estabilizar la situación mientras se resuelve el destino de General Motors, Chrysler, etc.