Un Día de la Madre en Malvinas

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Cuatro madres de soldados argentinos caídos en 1982 pudieron homenajear a sus hijos. Viajaron en el primer vuelo que hizo escala en Río Gallegos. Misa en el cementerio de Darwin.

El cementerio de Darwin, en las islas Malvinas, fue escenario ayer de una nueva visita de los familiares de los caídos argentinos en la guerra de 1982, quienes viajaron el sábado en el primer vuelo de la aerolínea comercial LanChile que hizo escala en Río Gallegos, Santa Cruz. Entre los 20 familiares que entregaron su pasaporte nacional para ser sellado por el Gobierno de las Falkland Islands, se encontraban cuatro madres de solados argentinos muertos en combate. Las mujeres pudieron vivir un Día de la Madre diferente, al que calificaron como “el mejor regalo” que podían tener, después de permanecer dos horas y media en el cementerio -el oficio religioso estaba previsto para el sábado pero fue suspendido por una intensa nevada- y rezar junto al sacerdote que las acompañó, Miguel Hrymacz. El vicecanciller argentino Andrés Cisneros remarcó ayer que la visita del contingente constituye un eslabón más de confianza en la relación bilateral restablecida tras la guerra: “El objetivo de esta política exterior era establecer de nuevo los lazos que la guerra interrumpió para construir sobre esos lazos”, explicó el funcionario.
(Clarín, La Nación, La Prensa)

El cementerio de Darwin, en las islas Malvinas, fue escenario ayer de una nueva visita de los familiares de los caídos argentinos en la guerra de 1982, quienes viajaron el sábado en el primer vuelo de la aerolínea comercial LanChile que hizo escala en Río Gallegos, Santa Cruz. Entre los 20 familiares que entregaron su pasaporte nacional para ser sellado por el Gobierno de las Falkland Islands, se encontraban cuatro madres de solados argentinos muertos en combate. Las mujeres pudieron vivir un Día de la Madre diferente, al que calificaron como “el mejor regalo” que podían tener, después de permanecer dos horas y media en el cementerio -el oficio religioso estaba previsto para el sábado pero fue suspendido por una intensa nevada- y rezar junto al sacerdote que las acompañó, Miguel Hrymacz. El vicecanciller argentino Andrés Cisneros remarcó ayer que la visita del contingente constituye un eslabón más de confianza en la relación bilateral restablecida tras la guerra: “El objetivo de esta política exterior era establecer de nuevo los lazos que la guerra interrumpió para construir sobre esos lazos”, explicó el funcionario.
(Clarín, La Nación, La Prensa)

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