Twitter dio a Elon Musk una píldora venenosa

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La plataforma rechaza la oferta hostil del multimillonario con una medida efectiva y desagradable.

La plataforma global de mensajería intenta evitar que el jefe de Tesla tenga en sus manos todas las acciones en circulación de Twitter, al considerar que la preocupación acerca de dónde podría llevar a la compañía superan la recompensa ofrecida.

A principios de este mes, Musk, la persona más rica del mundo y un controvertido y frecuente usuario de Twitter, hizo una oferta no solicitada de 43.000 millones de dólares por la red social, con el argumento de que lo que lo motivaba era una mayor libertad de expresión.

La oferta, que dijo que no es la final, valora cada acción de Twitter en 54,20 dólares, una cifra por encima del precio de cierre previo a la oferta, pero por debajo del máximo de 77,06 dólares que alcanzó en febrero de 2021.

El consejo de administración de Twitter ha optado por tragarse una “píldora venenosa”, al afirmar que cualquier adquisición de más del 15% de las acciones de la empresa sin su aprobación desencadenaría un plan para inundar el mercado con acciones y, por lo tanto, dificultaría mucho la compra.

Musk ya posee más del 9% de la empresa, lo que le convierte en su mayor accionista.

Las píldoras venenosas retrotraen a los años 80, la era de las grandes adquisiciones que transformaron directorios en todo Estados Unidos y no siempre fueron bienvenidas. Formalmente conocidas como planes de derechos de los accionistas implican que una compañía ofrece a sus inversores (aparte del oferente hostil) la opción de comprar acciones originales con descuento si ocurre algún acontecimiento particular, normalmente si un inversor supera el umbral permitido de acciones. El efecto es diluir masivamente el valor de cada acción, incluida la participación del oferente hostil. Al utilizar este instrumento se vuelve prácticamente imposible para el “asaltante”, lograr el control de la compañía.

Musk ha dicho que le gustaría levantar el velo sobre el algoritmo que se ejecuta en la plataforma, al punto de permitir incluso que la gente lo pueda revisar y sugerir cambios.

Defiende un enfoque de no intervención en la vigilancia de los contenidos, un asunto espinoso sobre todo en casos de gran repercusión como el del expresidente estadounidense Donald Trump, quien fue vetado en la plataforma tras el asalto al Capitolio por parte de sus partidarios cuando pretendían anular el resultado de las elecciones estadounidenses de 2020.

 

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