(EFE).- La maderera estadounidense Trillium suspendió su polémico Proyecto Río Cóndor, aprobado en 1998 tras una larga batalla judicial, para explotar 22% del bosque nativo de lenga (roble magallánico) que existe en la región austral de Chile.
Esta decisión implica “la paralización de la tala del bosque y de los aserraderos de la compañía y supone un nuevo enfoque hacia una nueva área de negocios”, señaló Adriana Hoffman, directora de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA).
Hoffman, que no dio más detalles sobre el giro dado por la multinacional, adelantó que se trata de una operación “bastante más satisfactoria desde el punto de vista ambiental y de conservación del ecosistema”.
Ejecutivos de Trillium admitieron el proceso de reestructuración de la compañía, que incluye el traslado de sus oficinas centrales a la ciudad argentina de Río Grande, y “el reforzamiento de los equipos con profesionales de Estados Unidos”.
En nuestro país, la multinacional, a través de su filial Bayside, es propietaria de un extenso bosque de lenga en Tierra del Fuego.
A juicio de la directora de CONAMA, lo sucedido con Trillium es una muestra de la necesidad de impulsar un nuevo enfoque para el sector forestal en Chile que permita sustentar una actividad a largo plazo de manera rentable y diversificando los recursos existentes.
El Proyecto Río Cóndor fue aprobado el 29 de mayo de 1998 por la CONAMA al autorizar a la empresa la explotación de 250.000 hectáreas del bosque localizado a más de 2.400 kilómetros al sur de Santiago.
La iniciativa implicaba una inversión total de US$ 200 millones y fue rechazada por los ecologistas y los parlamentarios del grupo verde, que libraron una batalla en los tribunales que obligó a retrasar más de cuatro años la aprobación del proyecto.
Al aprobar el proyecto, la CONAMA impuso a Trillium, entre otras condiciones, crear una garantía para asegurar la sustentación de los recursos forestales durante 110 años, firmar una auditoría ambiental independiente que fiscalizara el proyecto y reservar áreas biológicas y otras de protección permanente del bosque.
(EFE).- La maderera estadounidense Trillium suspendió su polémico Proyecto Río Cóndor, aprobado en 1998 tras una larga batalla judicial, para explotar 22% del bosque nativo de lenga (roble magallánico) que existe en la región austral de Chile.
Esta decisión implica “la paralización de la tala del bosque y de los aserraderos de la compañía y supone un nuevo enfoque hacia una nueva área de negocios”, señaló Adriana Hoffman, directora de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA).
Hoffman, que no dio más detalles sobre el giro dado por la multinacional, adelantó que se trata de una operación “bastante más satisfactoria desde el punto de vista ambiental y de conservación del ecosistema”.
Ejecutivos de Trillium admitieron el proceso de reestructuración de la compañía, que incluye el traslado de sus oficinas centrales a la ciudad argentina de Río Grande, y “el reforzamiento de los equipos con profesionales de Estados Unidos”.
En nuestro país, la multinacional, a través de su filial Bayside, es propietaria de un extenso bosque de lenga en Tierra del Fuego.
A juicio de la directora de CONAMA, lo sucedido con Trillium es una muestra de la necesidad de impulsar un nuevo enfoque para el sector forestal en Chile que permita sustentar una actividad a largo plazo de manera rentable y diversificando los recursos existentes.
El Proyecto Río Cóndor fue aprobado el 29 de mayo de 1998 por la CONAMA al autorizar a la empresa la explotación de 250.000 hectáreas del bosque localizado a más de 2.400 kilómetros al sur de Santiago.
La iniciativa implicaba una inversión total de US$ 200 millones y fue rechazada por los ecologistas y los parlamentarios del grupo verde, que libraron una batalla en los tribunales que obligó a retrasar más de cuatro años la aprobación del proyecto.
Al aprobar el proyecto, la CONAMA impuso a Trillium, entre otras condiciones, crear una garantía para asegurar la sustentación de los recursos forestales durante 110 años, firmar una auditoría ambiental independiente que fiscalizara el proyecto y reservar áreas biológicas y otras de protección permanente del bosque.