Volkswagen, la segunda automotriz después de Toyota, advirtió que también se va a ver obligada a reducir más la producción. La pandemia aumentó la demanda de dispositivos que llevan chips, como teléfonos, televisores y consolas de juegos.
Otros rivales de Toyota, como General Motors, Ford, Nissan, Daimler, BMW y Renault, ya redujeron su producción frente a la seria escasez mundial de chips. Hasta ahora Toyota había podido evitarlo porque tenía un gran stock de microprocesadores, pero los autos nuevos necesitan docenas de semiconductores y el stock se está reduciendo a gran velocidad. La compañía se propone recuperar el volumen pedrido para finales de 2021