Banco Bilbao Vizcaya Argentaria acaba de adquirir Compass, que tiene amplia presencia en Tejas. Constructoras y firmas de ingeniería están en la mira de los españoles. Sus fines abarcan no sólo infraestructura o hidrocarburos, sino el creciente poder económico de los hispanos.
Durante los años 90, grandes empresas y bancas españolas cruzaban en Atlántico hacia el sur, buscando conquistar la Latinoamérica de habla castellana. Por entonces, se las compraba con la conquista española de cinco siglos antes. La figura vale también para el sur norteamericano, ocupado hasta mediados del siglo XIX por españoles, primero, y luego mexicanos. Hasta que Estados Unidos los conquistó a su vez, aunque sin desalojarlos.
¿Por qué esos mercados meridionales atraen ahora tanta atención en Madrid? En el caso de los bancos, buscan una plaza en franco crecimiento y clientes potenciales por afinidad de idioma. Tanto ellos como las propias entidades tienen raíces o nexos al sur del río Bravo. A principios de siglo, los hispanos representaban 28% de la población tejana pero, hacia 2025, serán 37,6%. No es casual que ese estado, California, Arizona y Nuevo México atraigan bancos. Sobre todo, los que tienen redes a ambos lados de la frontera y del océano, como BBVA o Santander Central Hispano (BSCH).
Además, la región va transformándose en una locomotora económica dentro de Estados Unidos. Esos mercados se expanden un punto sobre el promedio del producto bruto interno nacional (o sea, 3,2 a 3,6% anual). Tiene impuestos más bajos, mayor oferta de mano de obra barata –los sindicatos son menos fuertes- y menores precios inmobiliarios (salvo California). Estos componentes atraen empresas tanto extranjeras como del norte estadounidense.
Como se ha señalado, la población de habla castellana es un imán para inversores españoles y un trampolín para saltar a estados vecinos. Por otra parte, Tejas ofrece otros atractivos, comenzando por un ambicioso plan de infraestructura civil, pleno a oportunidades para constructores de viviendas y caminos, firmas de ingeniería, tecnológicas, eléctricas, etc.
En febrero, un nutrido grupo de banqueros y empresarios recorrió ese estado analizando opciones. Entre ellos, FCC, Acciona, Ferrovial, OHL, Sacyr, Abengoa, Indra, BSCH y otros. “Éste es un mercado ideal”, señalaban expertos de Wharton que acompañaban a los visitantes. “La infraestructura se halla en mal estado de mantenimiento. Hace años que no se invierte en ella”.
Otros analistas, empero, recomiendan actitudes cautas, especialmente a los bancos. Por el momento, salvo pocos casos, las inversiones españolas en EE.UU. son de tipo exploratorio. Cualquier aumento tendrá efectos sobre los bancos. No obstante, uno de ellos, BBVA compró Compass por € 7.400 millones (US$ 9.650 millones). La operación lo ubicó entra las veinte ayires entidades financiera del país, pero ahora está expuesta –como todo el sistema- a la crisis de hipotecarias secundarias y moras relativas. Pese a eso puntos obscuros, Eldorado sigue brillando, aunque el mítico rey no haya vivido en Tejas sino en el corazón selvático de Sudamérica.
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria acaba de adquirir Compass, que tiene amplia presencia en Tejas. Constructoras y firmas de ingeniería están en la mira de los españoles. Sus fines abarcan no sólo infraestructura o hidrocarburos, sino el creciente poder económico de los hispanos.
Durante los años 90, grandes empresas y bancas españolas cruzaban en Atlántico hacia el sur, buscando conquistar la Latinoamérica de habla castellana. Por entonces, se las compraba con la conquista española de cinco siglos antes. La figura vale también para el sur norteamericano, ocupado hasta mediados del siglo XIX por españoles, primero, y luego mexicanos. Hasta que Estados Unidos los conquistó a su vez, aunque sin desalojarlos.
¿Por qué esos mercados meridionales atraen ahora tanta atención en Madrid? En el caso de los bancos, buscan una plaza en franco crecimiento y clientes potenciales por afinidad de idioma. Tanto ellos como las propias entidades tienen raíces o nexos al sur del río Bravo. A principios de siglo, los hispanos representaban 28% de la población tejana pero, hacia 2025, serán 37,6%. No es casual que ese estado, California, Arizona y Nuevo México atraigan bancos. Sobre todo, los que tienen redes a ambos lados de la frontera y del océano, como BBVA o Santander Central Hispano (BSCH).
Además, la región va transformándose en una locomotora económica dentro de Estados Unidos. Esos mercados se expanden un punto sobre el promedio del producto bruto interno nacional (o sea, 3,2 a 3,6% anual). Tiene impuestos más bajos, mayor oferta de mano de obra barata –los sindicatos son menos fuertes- y menores precios inmobiliarios (salvo California). Estos componentes atraen empresas tanto extranjeras como del norte estadounidense.
Como se ha señalado, la población de habla castellana es un imán para inversores españoles y un trampolín para saltar a estados vecinos. Por otra parte, Tejas ofrece otros atractivos, comenzando por un ambicioso plan de infraestructura civil, pleno a oportunidades para constructores de viviendas y caminos, firmas de ingeniería, tecnológicas, eléctricas, etc.
En febrero, un nutrido grupo de banqueros y empresarios recorrió ese estado analizando opciones. Entre ellos, FCC, Acciona, Ferrovial, OHL, Sacyr, Abengoa, Indra, BSCH y otros. “Éste es un mercado ideal”, señalaban expertos de Wharton que acompañaban a los visitantes. “La infraestructura se halla en mal estado de mantenimiento. Hace años que no se invierte en ella”.
Otros analistas, empero, recomiendan actitudes cautas, especialmente a los bancos. Por el momento, salvo pocos casos, las inversiones españolas en EE.UU. son de tipo exploratorio. Cualquier aumento tendrá efectos sobre los bancos. No obstante, uno de ellos, BBVA compró Compass por € 7.400 millones (US$ 9.650 millones). La operación lo ubicó entra las veinte ayires entidades financiera del país, pero ahora está expuesta –como todo el sistema- a la crisis de hipotecarias secundarias y moras relativas. Pese a eso puntos obscuros, Eldorado sigue brillando, aunque el mítico rey no haya vivido en Tejas sino en el corazón selvático de Sudamérica.