<p>Desde los años 90, Taiwan viene ganando fama mundial como fabricante de alta tecnología: computadoras, microhips y dispositivos de todo tipo. Pero mientras eso ocurría, pocos advertían que esta isla de 23 millones de habitants iba ascendiendo en un sector totalmente diferente: flores. Simplemente combinó su pasado rural con tecnología de punta para convertirse en uno de los más grandes exportadores de flores y primer exportador de orquídeas. <br /><br />No solo Taiwan sale beneficiado con este negocio sino también China continental, donde el cultivo es masivo y manual. Parecería haber llegado el momento de combinar el <em>know-how </em>taiwanés con las enormes plantaciones chinas para formar una superpotencia en el sector. Pero por ahora Taiwan prefiere avanzar en investigación y desarrollo, cultivar y patentar variedades nuevas y aumentar los márgenes de ganancias para lograr una delantera tecnológica frente a todos sus competidores. En suma, quiere ser en orquídeas y otras flores lo que Holanda es con los tulipanes.<br /><br /><strong>El origen del negocio<br /><br /></strong>El corazón de la producción taiwanesa de flores está en las planicies y laderas al sur del Trópico de Cáncer, donde el clima es ideal para la horticultura. Allí, los colonizadores japoneses establecieron la agricultura a gran escala a principios del siglo 20, especialmente plantaciones de azúcar y frutas. Cuando el Kuomintang chino asumió el control de Taiwan luego de la retirada japonesa después de la Segunda Guerra Mundial, las empresas estatales fueron puestas a cargo de la gran infraestructura agrícola dejada por los japoneses. Taisugar era una de las más grandes de esas firmas.</p><p> </p>
<p>Hacia la década del 80, sin embargo, Taiwan había pasado a la manufactura para exportación y abandonado su dependencia económica de la agricultura. Como los costos y los salaries locales habían subido mucho, pronto comenzó a importar azúcar de lugares más baratos. Buscando nuevos negocios. Taisugar tuvo una idea: producción masiva de flores para exportación, con la Mirada puesta en el Mercado japonés. Una gran firma privada se sumó al proyecto y así nació un nuevo agronegocio.<br />
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El negocio de las flores creció en la última década con el surgimiento de dos modelos de negocios. El primero fue la producción masiva con base en Taiwan para exportación, pero adaptando gustos y regulaciones a los mercados de Japón, Estados Unidos y Unión Europea. El segundo fue la producción con base en China a cargo de firmas taiwanesas para consumidores chinos. En Taiwan, las firmas se concentraban cada vez más en calidad más que en cantidad. Con ayuda de leyes que favorecían la exportación, los productores privados crecieron produciendo masivamente variedades de alta calidad, como la orquídea “mariposa” (phalaenopsis) y la orquídea “bote” (cymbidium).<br />
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Los resultados fueron asombrosos. Las exportaciones de flores y de semillas casi triplicaron su valor en la última década, de US$48 millones en 1999 a US$111 millones en 2009, según la Asociación Taiwanesa de Exportadores de Flores (TFEA). Las orquídeas representan gran parte de ese salto — US$87 millones de las exportaciones del año pasado correspondieron a orquídeas. El éxito más asombroso fue con las preciadas orquídeas “mariposa”. Sus exportaciones le significaron a Taiwan US$62 millones el año pasado.<br />
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<strong>El futuro</strong></p>
<p>Taiwan, por ahora, está juntando dinero con pala con sus exportaciones de flores, pero el mercado se está llenando de nuevas firmas y China se está convirtiendo en una potencia. Por eso es que las firmas taiwanesas están ascendiendo en la cadena de valor en busca de mejores márgenes y de asegurarse que se mantienen por delante de China. Actualmente, Taiwan es un fabricante “contratista” en el mercado estadounidense. Exporta plantines o retoños a Estados Unidos, donde los clientes terminan las últimas etapas de producción y venden las flores con marca norteamericana. Pero eso podría cambiar si el gobierno taiwanés estableciera arancel cero y las firmas pudieran instalar líneas de producción con China. Eso les permitiría mantener I&D y oficinas centrales en Taiwan y hacer la primera parte de la producción en China, donde los costos son muy bajos, antes de embarcar las plantas a Taiwan para la producción final, colocación de marca, packaging y exportación. Los exportadores holandeses usan un modelo parecido. Por ahora, sin embargo, con las barreras comerciales que existen a ambos lados del estrecho, la implementación de ese modelo se ve imposible. <br />
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