lunes, 23 de diciembre de 2024

Sustentabilidad puesta en valor según Sancor Seguros

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La empresa que haya invertido en este campo en tiempos de normalidad, va a estar mucho mejor preparada para la respuesta y recuperación ante las crisis

Hoy está pasando: no haberse tomado seriamente los ODS, el Pacto de París, el Marco de Sendai es mucho más costoso para las empresas. En nuestro caso, como venimos trabajando en una gestión sustentable del negocio, previendo los riesgos, podemos ver oportunidades y dar respuestas innovadoras

El grupo lleva 15 años de gestión de la sustentabilidad, a través de un Proceso de RSE anual y una Estrategia de Sustentabilidad. Y como dicha estrategia se basa en identi­car riesgos, analizar tendencias y priorizar los temas relevantes para el negocio, podemos decir que la pandemia no signifi­có un cambio de foco, puesto que estábamos preparados para afrontar situaciones críticas.

Los desafíos de esta nueva realidad se presentan en distintos niveles. Pero no creo que repercuta negativamente en los planes de sustentabilidad; al contrario, esta crisis ha puesto de manifi­esto la importancia de las áreas de sustentabilidad en la identifi­cación de tendencias y riesgos, en la planifi­cación estratégica y de respuestas resilientes.

Y también representa una oportunidad de ser actores de cambio, trabajando desde la sustentabilidad, con metas que van más allá del aspecto económico. Lo que sí debemos reevaluar es el compromiso con los ODS. A partir de la pandemia hay algunos que han cobrado mayor relevancia y debemos enfocarnos en ellos.

Asimismo, debemos atender especialmente a los derechos humanos, a trabajar especí­ficamente en no vulnerarlos, ya que esta crisis ha dejado aún más expuestas las desigualdades sociales. En el corto plazo, el principal foco es el diálogo con los grupos de interés: conocer sus expectativas ante estas situaciones, responder con responsabilidad a las necesidades dentro de la pandemia, y rendir cuentas de cómo respondemos.

En el mediano y largo plazo, poner objetivos más ambiciosos para atender problemáticas que van más allá de la pandemia y que, aunque esta profundiza sus consecuencias, hoy han quedado solapadas por la emergencia.

La realidad del cambio climático; las desigualdades en muchos niveles; la discriminación; la violencia de género; la necesidad de empoderar a la mujer; el respeto a los DD.HH. y los procesos de debida diligencia; la atención hacia la cadena de valor, son algunos de esos temas que las empresas debemos abordar.

 

La confi­anza puesta a prueba

 

La demanda de los ciudadanos hacia las empresas en todos los aspectos mencionados viene aumentando exponencialmente incluso desde antes de la pandemia. La crisis sanitaria se suma a todas las crisis que está viviendo el mundo y que están haciendo reaccionar a los ciudadanos: climática, de odio, discriminación, androcentrismo; de transparencia; de pobreza y hambre.

Todas conllevan vulneraciones de los derechos humanos. Las nuevas generaciones –Centennials o Generación “Z”– son las primeras que perciben las marcas como concepto: siguen a las marcas con las que “encajan” y se adaptan a sus vidas. Las empresas tienen que tener procesos de RS y sustentabilidad sólidos para responder a estas demandas, rendir cuentas y ser transparentes en la gestión.

Los clientes eligen marcas confiables, y la confianza se construye durante mucho tiempo, y se “pone a prueba” ante las crisis. En el mundo, las iniciativas de RSE más importantes están revisándose en este momento, en pos de una mejor gestión del proceso y una rendición de cuentas más exhaustiva.

Recientemente, por ejemplo, se ha lanzado una plataforma de aceleración para promover la acción y aumentar la ambición empresarial en el establecimiento de metas de los ODS (SDG Ambition). Porque, sin duda alguna, la Agenda 2030 es el camino hacia la sustentabilidad que debemos seguir.

En cuanto a Argentina, en estos momentos está en el campo de batalla con la pandemia, con la mira en lo urgente y planes para atender la salud y paliar la pobreza en el corto plazo. Pero tiene que analizar el mapa completo de la Agenda 2030 y tomar las decisiones para avanzar en esa dirección en el largo plazo, planifi­car más a futuro. Algunas empresas están más preparadas que otras para afrontar las demandas crecientes.

Sobre todo, aquellas que durante estos años han estado invirtiendo en sustentabilidad y trabajando en sus procesos de RSE. Los grupos de interés tienen más con­fianza en ellas. Un obstáculo a superar es la creencia de que la sustentabilidad hace perder tiempo o gastar recursos.

Pero esto es porque muchas empresas aún creen que RSE es hacer fi­lantropía e invertir en la sociedad sin un foco estratégico. Deben capacitarse, invertir en procesos de RSE y estrategias de sustentabilidad centradas en el negocio con mirada en el impacto sobre sus grupos de interés.

Tener una mirada más amplia, más humana y de gestión de riesgos. Por supuesto que no alcanza con un buen accionar en forma individual; las alianzas son indispensables. El ODS 17 es clave en la Agenda 2030 y es el que habla de “Alianzas para lograr los objetivos”.

Las empresas tenemos que ser honestas sobre nuestras posibilidades y humildes, porque individualmente tenemos límites. Allí es donde entran a jugar las alianzas con socios estratégicos en una red que alcance a actores públicos, privados y de la sociedad civil.

Las principales limitaciones para lograrlo son mirar el corto plazo, paralizarse por el pánico, perder de vista el foco que debería ser cuidar a las personas, centrarse en sí mismos y no ver en forma conjunta.

Hay lugares de articulación que facilitan el trabajo conjunto; como CEADS, o como el Pacto Global, cuya red en nuestro país sienta en una misma mesa a grandes empresas, pymes, ONG, academia, cámaras y sector público, para tratar temas claves para ir hacia un mundo más sustentable. Para nosotros, el cooperativismo es también una excelente opción.

(*) Gerenta de RSE de Sancor Seguros

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