Sotheby’s: ataques y contraataques

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El mundo de las subastas de arte también fue afectado por los años de crisis, pero las dos casas principales siguen vivitas y coleando. Sin embargo, un millonario norteamericano, accionista de Sotheby’s, la acusa de mal manejo y pretende copar el directorio. La respuesta de los viejos europeos no se hizo esperar.

Desde el año pasado Sotheby’s , una de las dos grandes casas de subastas del mundo (la otra es Christie’s) entró en conflicto con uno de sus accionistas, el inversor estadounidense  Dan Loeb. Loeb es director ejecutivo del fondo de inversiones  Third Point y en los últimos meses amplió la participación del fondo como accionista de Sotheby’s, de 5,7% a 9,3%.

El 2 de octubre de 2013 la dirección de Sotheby’s, recibió una carta de Loeb donde manifestaba por escrito, y en calidad de principal accionista del grupo, su malestar con el manejo de la empresa. En la carta se dirigía al CEO, William F. Ruprecht para pedirle una reestructuración interna, incluida su propia destitución.

Luego de un largo ir y venir de posiciones y opiniones de todo tipo, la casa de subastar publicó el martes un Powerpoint con 53 diapositivas donde refuta las acusaciones de mal manejo que hace Loeb y lo acusa de orquestrar  tomas hostiles a empresas, incluida Yahoo donde fue director durante 11 meses.

Esta última respuesta a Loeb, de manifiesta agresividad, se produce en momentos en que abogados  de Third Point están demandando a la compañía por el uso de una “poison pill” o sea una estrategia para desalentar la toma hostil y mediante la cual se le prohibió comprar más de 10% de las acciones.  Desde el año pasado Loeb viene diciendo que Sotheby’s es una “vieja pintura con necesidad urgente de restauración”, exige la renuncia del CEO , pide apoyo de accionistas para acceder al directorio junto con otras dos personas de Third Point. Loeb dice que los miembros del directorio no tienen participación suficiente en la compañía y por lo tanto no tienen fuerza para influir en el juego. Dice que la compañía no logra articular su marca y gasta demasiado dinero, incluida la remuneración al CEO  de entre US$ 6 y US$ 7 millones al año.

Sotheby’s lo tilda de oportunista, más interesado en las ventajas de corto plazo que los intereses de largo plazo de todos los accionistas.  Dice también que en el pasado sólo duró entre uno y dos años como miembro de directorio en seis empresas públicas  y que varias de ellas mostraron un comportamiento lamentable en la bolsa.

Sotheby’s responde que ni Loeb ni sus nominados Harry Wilson y Olivier Reza tienen experiencia ni en el negocio del arte ni en el de las subastas.

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