Tal como se había anunciado a principios de febrero, los directorios de ambas compañías aprobaron unánimemente el acuerdo, valuado en US$ 11.000 millones, según se difundió esta mañana. De acuerdo con los términos del acuerdo, los accionistas de US Airways tendrán 28% de la aerolínea combinada, mientras que 72% estará en poder de accionistas, deudores, sindicatos y empleados de AMR (la empresa holding de American Airlines).
La nueva empresa tendrá el tamaño y la fuerza necesarias para competir con United Airlines y Delta Air Lines, que también crecieron con fusiones propias en años recientes.
Pero mientras United y Delta pasaron por quiebras y fusiones en los últimos diez años, American fue gradualmente perdiendo terreno y acumulando deudas que llegaron a totalizar más de US$ 12.000 millones desde 2001. Fue la última de las grandes aerolíneas en recurrir a la convocatoria de acreedores para reorganizar su necogio en noviembre 2011.
La ola de grandes fusiones en la industria ha creado aerolíneas más sanas y más rentables que están en mejores condiciones de invertir en nuevos aviones y productos, incluyendo Wi-Fi, pantallas de entretenimiento individual y asientos más cómodos para los pasajeros de negocios.
Pero las fusiones preocupan a los defensores de los consumidores, quienes dicen que menos aerolíneas significará, en el largo, plazo, aumentos en los pasajes.
W. Douglas Parker, CEO y presidente del directorio de US Airways, será CEO de la compañía fusionada; y Thomas W. Horton, actual CERO y presidente del directorio de American, presidirá el directorio de la nueva compañía.
La fusión todavía debe ser aprobada por el juez de la quiebra de American y por los accionistas de US Airways. Además tendrá que ser revisada por la división antimonopólica del Departamento de Justicia, aunque los analistas suponen que los reguladores van a dar vía libre a la operación. Si se aprueba, las cuatro grandes aerolíneas de la nación – American, United, Delta y Southwest Airlines, controlarían casi 70% del mercado interno.
El mahyor desafío para la compañía fusionada, que se llamará American Airlines, será integrar operaciones en los próximos dos años.