Naturalmente, la operación provocará realineamientos radicales en la industria de calzado y ropa deportiva. El acuerdo final conformará el mayor rival unitario de Nike, por vez primera en más de diez años. Para empezar, tendrá 20% del mercado mundial. Claro, seguirá detrás de Nike, que controla casi 33% en una actividad que, en total, factura US$ 145.000 millones anuales.
La transacción une dos de las marcas internacionalmente más conocidas (Adidas es casi sinónimo de zapatillas deportivas). Juntas, abarcan un sólido equipo estable de auspiciantes; sean atletas y jugadores, sean figuras del espectáculo. Entre ellos, el futbolista David Beckham, el basquetboplista Allen Iverson y algunos raperos en boga.
Aparte de las dos marcas principales, la fusión incluye secundarias. Por ejemplo, Rockport y Greg Norman (golf, de Reebok) o Solomon (esqui) y TaylorMade (también golf), ambas de la alemana Adidas. Por otra parte, la gama de ropas y accesorios reúne marcas adicionales.
El promotor del casamiento ha sido Erich Stamminger, empeñado en penetrar el mercado norteamericano. A juicio de John Horan –editor de la revista “Sporting goods intelligence”-, el mercado de zapalillas de marca, que factura en Estados Unidos US$ 9.000 millones anuales, crecerá 8% durante el año en curso. Sin duda, la nueva compañía pesará entre los minoristas y podrá presionar por mejores espacios en las góndolas de las grandes cadenas. Comenzando por Wal-Mart Stores. También tendrá más margen para renegociar auspicios y pautas publicitarias.
No obstante, la fusión puede plantear problemas a accionistas e inversores. En partcular, porque -justamente ahora- el público parece inclinarse más hacia calzado de moda y caro. Así lo notó Nike el año pasado, por lo cual compró pantuflas Converse y las incorporó a la línea Converse. A la inversa, los analistas no esperan trabas por parte de las autoridades reguladoras de competencia en la Uinión Europe o EE.UU., pues se trata de un mercado de demanda muy fluido y diversificada.
Quizás el mayor beneficiario del acuerdo sea Paul Fireman, que llevó la británica Reebok a EE.UU. en 1979. Esta marca aprovechó mucho más que otras el auge registrado, a medidos de los 80, por el trote para mantenerse en forma. Especialmente entre mujeres. Por breve lapso (1987/8), vendía más que Nike. En lo tocante a Adidas, su actual prioridad es China, máxime tras obtener los aupicios para los juegos olímpicos de Beijing (2008). No obstante, de acuerdo con una reciente encuesta, 52% de los chinos urbanos clasifican a Nike de “marca más piola” (coolest), comparados con 38% para Adicas y 15% para Reebok. Irónicamente, China es la mayor falsificadora de calzado deportivo para uso interno y exportación.
Naturalmente, la operación provocará realineamientos radicales en la industria de calzado y ropa deportiva. El acuerdo final conformará el mayor rival unitario de Nike, por vez primera en más de diez años. Para empezar, tendrá 20% del mercado mundial. Claro, seguirá detrás de Nike, que controla casi 33% en una actividad que, en total, factura US$ 145.000 millones anuales.
La transacción une dos de las marcas internacionalmente más conocidas (Adidas es casi sinónimo de zapatillas deportivas). Juntas, abarcan un sólido equipo estable de auspiciantes; sean atletas y jugadores, sean figuras del espectáculo. Entre ellos, el futbolista David Beckham, el basquetboplista Allen Iverson y algunos raperos en boga.
Aparte de las dos marcas principales, la fusión incluye secundarias. Por ejemplo, Rockport y Greg Norman (golf, de Reebok) o Solomon (esqui) y TaylorMade (también golf), ambas de la alemana Adidas. Por otra parte, la gama de ropas y accesorios reúne marcas adicionales.
El promotor del casamiento ha sido Erich Stamminger, empeñado en penetrar el mercado norteamericano. A juicio de John Horan –editor de la revista “Sporting goods intelligence”-, el mercado de zapalillas de marca, que factura en Estados Unidos US$ 9.000 millones anuales, crecerá 8% durante el año en curso. Sin duda, la nueva compañía pesará entre los minoristas y podrá presionar por mejores espacios en las góndolas de las grandes cadenas. Comenzando por Wal-Mart Stores. También tendrá más margen para renegociar auspicios y pautas publicitarias.
No obstante, la fusión puede plantear problemas a accionistas e inversores. En partcular, porque -justamente ahora- el público parece inclinarse más hacia calzado de moda y caro. Así lo notó Nike el año pasado, por lo cual compró pantuflas Converse y las incorporó a la línea Converse. A la inversa, los analistas no esperan trabas por parte de las autoridades reguladoras de competencia en la Uinión Europe o EE.UU., pues se trata de un mercado de demanda muy fluido y diversificada.
Quizás el mayor beneficiario del acuerdo sea Paul Fireman, que llevó la británica Reebok a EE.UU. en 1979. Esta marca aprovechó mucho más que otras el auge registrado, a medidos de los 80, por el trote para mantenerse en forma. Especialmente entre mujeres. Por breve lapso (1987/8), vendía más que Nike. En lo tocante a Adidas, su actual prioridad es China, máxime tras obtener los aupicios para los juegos olímpicos de Beijing (2008). No obstante, de acuerdo con una reciente encuesta, 52% de los chinos urbanos clasifican a Nike de “marca más piola” (coolest), comparados con 38% para Adicas y 15% para Reebok. Irónicamente, China es la mayor falsificadora de calzado deportivo para uso interno y exportación.