Esa fusión entre los fabricantes franceses y alemanes de trenes se presenta como uno de las más importantes pruebas para la Comisión Europea desde que asumió la capacidad de vetar fusiones en la UE en 1989.
Ambas empresas, con el respaldo de sus respectivos gobiernos, mencionan la necesidad del nuevo grupo ferroviario para mantener controlada la competencia de CRRC de China, los fabricantes de trenes más grandes del mundo. La Comisión cuestionó que China sea una amenaza y planeó la preocupación de que la fusión pueda generar precio más altos y menos opciones, algo que dañaría a los pasajeros europeos.
Margrethe Vestager, la comisionada de competencia de la Comisión Europea, ha recomendado vetar la fusión a pesar de las últimas concesiones realizadas por ambas compañías para salvar la operación. De los 28 miembros que conforman la comisión sólo dos parecen objetar la posición de Vestager.
La decisión sería un golpe fuerte para Francia y Alemania, que proyectan crear el “campeón europeo” para competir con rivales estatales extranjeros, especialmente de china.