Un plan de actividades para transformación los granos que hoy se producen permitiría triplicar los US$ 20.000 millones que se obtienen por la exportación de rubros agrícolas primarios.
Para lograrlo, se requiere pasar a exportar muchos más lácteos, aves y cerdos alimentados con maíz y harina de soya, en lugar de sólo granos y oleaginosas. Mientras la producción láctea y avícola avanzan en la actualidad, la porcina espera que aparezcan -por parte de las autoridades- señales claras y estables.
Si los gobiernos federal y provinciales optasen por enfoques proactivos, se habrían creado los incentivos necesarios para invertir. Ello generaría un flujo de capitales hacia la industralización de cerdos –fiambres inclusive- y los productos lácteos de consumo final (yogurt, verbigracia).
Un plan de actividades para transformación los granos que hoy se producen permitiría triplicar los US$ 20.000 millones que se obtienen por la exportación de rubros agrícolas primarios.
Para lograrlo, se requiere pasar a exportar muchos más lácteos, aves y cerdos alimentados con maíz y harina de soya, en lugar de sólo granos y oleaginosas. Mientras la producción láctea y avícola avanzan en la actualidad, la porcina espera que aparezcan -por parte de las autoridades- señales claras y estables.
Si los gobiernos federal y provinciales optasen por enfoques proactivos, se habrían creado los incentivos necesarios para invertir. Ello generaría un flujo de capitales hacia la industralización de cerdos –fiambres inclusive- y los productos lácteos de consumo final (yogurt, verbigracia).