La industria farmacéutica, con sus grandes inversiones en investigación, dependencia de complejos procesos químicos y alta comprensión de la biología humana, es considerada como un sector tecnológicamente avanzado. Sin embargo, en lo que hace a la manufactura, los laboratorios farmacéuticos están anclados en el pasado, estima Marcus Ehrhardt en una investigación sobre esta industria que realizó para Strategy &.
Los actuales métodos de fabricar una droga, que según el investigador son ineficientes y de trabajo intensivo, están basados en procesos por remesas que se aplican en el sector desde mediados del siglo 20. Pero además, esas técnicas tradicionales exponen a los remedios a la contaminación.
Esta situación está a punto de cambiar con las innovaciones que están llegando a la producción. Un nuevo método llamado manufactura continua transformará la cadena de valor farmacéutica. Este cambio afectará a todas las compañías en la industria, desde las gigantescas multinacionales hasta las fabricantes externas que contratan muchas start-ups para hacer sus productos. Este cambio en la capacidad de producción cambiará el juego para todas las farmacéuticas. El proceso de fabricación puede ser más eficiente, más barato y más ecológico.
Pero esta no es la única innovación transformadora que va a modificar este negocio. La otra es la fabricación digital, la denominada impresión en 3D aplicada a las drogas. Esa tecnología también está demostrando que es no solo viable sino conveniente para hacer pequeñas tandas de medicinas que antes era demasiado costoso y poco práctico producir.
La adopción de estos nuevos desarrollos será vital para que la industria se adapte a las presiones que soporta. La industria de la salud está en un permanente estado de cambio. El gasto global crece sin parar y varios países ya han implementado iniciativas para controlar costos. En el mundo, se está comenzando a ver una cantidad de innovaciones revolucionarias y el crecimiento en los mercados emergentes está creando una interesante masa de posibles consumidores nuevos.
Además, los laboratorios farmacéuticos están bregando con los desafíos específicos de su industria. Han expirado las patentes de muchas drogas -algunas de ellas tremendamente exitosas que supieron generar miles de millones en ganancias- y las de otras están próximas a expirar. Los sistemas sanitarios ya no están dispuestos (o no pueden) pagar lo que pagaban antes por medicamentos. Los organismos reguladores y el público reclaman a las farmacéuticas que generen productos más complejos a menor costo y en más mercados, cumpliendo simultáneamente con los criterios de calidad.
Ante tantas presiones, la industria se mostró lenta para cambiar sus viejos métodos de fabricación.