Justamente hoy comienzan las audiencias parlamentarias y anoche se supo que las firmas fantasmas creadas por altos ejecutivos de la compañía pueden llegar a ser 1.400, de las cuales 920 son offshore. La dimisión del ex CEO hizo que algunos legisladores propusieran pedir explicaciones al presidente George W.Bush (conocido en Tejas como Kenny boy), su padre y su hermano Neil.
Lay dijo a la prensa que su renuncia se debió más a presiones de accionistas y acreedores que a la necesidad de dedicarse a “salvar Enron Corporation”. Hasta el momento, el CEO es objeto de doce sumarios federales y más de 50 pleitos civiles. Además, la junta directiva ha sido demandada por tres sindicatos en los fueros laboral (por 4.500 despidos) y civil (por bloquear la venta de acciones en poder del fondo de pensiones del personal).
También se supo que, desde hace muchos años, Lay “actúa como mascarón de proa y deja todo en manos de otros. Mientras haya ganancias, no hace preguntas”. Esto lo revela hoy James Alexander, ex consultor que debió manejarse con Lay cuando éste encabezaba la sucursal Houston de la firma financiera Drexel Burnham Lambert al estallar el escándolo de los bonos basura en los años 80.
De todas maneras, Lay continuará como director externo. Esto lo ampara de acciones personales mientras se ventile la quiebra.
Salvo que los gobiernos federal y estadual lo acusen de fraude ante accionistas, bancos y/o acreedores. Si ocurriera esto último, podría surgir otro peligro para Lay, pues se sospecha que Enron podría valer bastante menos de lo que creían y sus activos quizá cubran una fracción de los US$ 40.000 millones adeudados.
Justamente hoy comienzan las audiencias parlamentarias y anoche se supo que las firmas fantasmas creadas por altos ejecutivos de la compañía pueden llegar a ser 1.400, de las cuales 920 son offshore. La dimisión del ex CEO hizo que algunos legisladores propusieran pedir explicaciones al presidente George W.Bush (conocido en Tejas como Kenny boy), su padre y su hermano Neil.
Lay dijo a la prensa que su renuncia se debió más a presiones de accionistas y acreedores que a la necesidad de dedicarse a “salvar Enron Corporation”. Hasta el momento, el CEO es objeto de doce sumarios federales y más de 50 pleitos civiles. Además, la junta directiva ha sido demandada por tres sindicatos en los fueros laboral (por 4.500 despidos) y civil (por bloquear la venta de acciones en poder del fondo de pensiones del personal).
También se supo que, desde hace muchos años, Lay “actúa como mascarón de proa y deja todo en manos de otros. Mientras haya ganancias, no hace preguntas”. Esto lo revela hoy James Alexander, ex consultor que debió manejarse con Lay cuando éste encabezaba la sucursal Houston de la firma financiera Drexel Burnham Lambert al estallar el escándolo de los bonos basura en los años 80.
De todas maneras, Lay continuará como director externo. Esto lo ampara de acciones personales mientras se ventile la quiebra.
Salvo que los gobiernos federal y estadual lo acusen de fraude ante accionistas, bancos y/o acreedores. Si ocurriera esto último, podría surgir otro peligro para Lay, pues se sospecha que Enron podría valer bastante menos de lo que creían y sus activos quizá cubran una fracción de los US$ 40.000 millones adeudados.