(EFE).- La inesperada aparición de cardúmenes de “súper” langostinos cerca de la costa permitió la reactivación de la actividad pesquera en varios puertos del sur de Argentina, sobre el cierre de un año caracterizado por magros resultados económicos para ese sector.
Se trata de langostinos de entre 12 y 15 centímetros de largo, como se los aprecia en Estados Unidos y en Europa, “ya listos para exportar”, según declaraciones de un empresario pesquero que reprodujo ayer (domingo 31) el diario Clarín.
Desde hace unas tres semanas, cuando los cardúmenes de mariscos fueron detectados a sólo dos horas de navegación, los 30 pequeños barcos que operan desde el puerto de Rawson, a 1.500 al sur de Buenos Aires, regresan todos los días con sus bodegas repletas del preciado marisco.
Según los empresarios pesqueros consultados por el rotativo, se pesca un promedio diario de unas 120 toneladas de esos langostinos, de las cuales 90% se destinará a la exportación a Estados Unidos y Europa.
“Es un buen regalo que nos hizo el mar para estas fiestas de fin de milenio, luego de un año bastante pobre”, destacó un pescador, fotografiado sobre la cubierta de un buque exhibiendo en sus manos varios ejemplares de esos “súper” langostinos.
El sector pesquero tuvo un mal año por la veda impuesta para la merluza, actividad que, a diferencia de la captura del langostino, requiere del trabajo de procesamiento del pescado y, por lo tanto, genera puestos de empleo.
La historia comercial del langostino en la Argentina se inició a principios de la década de los ´80 con exportaciones del orden de las 3.000 toneladas anuales y llegó al récord, en 1992, con 24.400 toneladas vendidas al exterior, especialmente a España, donde se lo requiere sin cabeza.
A Estados Unidos se exporta el marisco entero, sin ningún tipo de procesamiento.
Los valores para la exportación del langostino también fueron creciendo, pues pasaron de los US$ 2.000 la tonelada en los años ´80 hasta US$ 5.000 ó 6.000 dólares en 1998, aunque para esta inesperada captura, dada la cantidad, se estima que las ventas estarán en el orden de los US$ 4.000 ó 4.500.
(EFE).- La inesperada aparición de cardúmenes de “súper” langostinos cerca de la costa permitió la reactivación de la actividad pesquera en varios puertos del sur de Argentina, sobre el cierre de un año caracterizado por magros resultados económicos para ese sector.
Se trata de langostinos de entre 12 y 15 centímetros de largo, como se los aprecia en Estados Unidos y en Europa, “ya listos para exportar”, según declaraciones de un empresario pesquero que reprodujo ayer (domingo 31) el diario Clarín.
Desde hace unas tres semanas, cuando los cardúmenes de mariscos fueron detectados a sólo dos horas de navegación, los 30 pequeños barcos que operan desde el puerto de Rawson, a 1.500 al sur de Buenos Aires, regresan todos los días con sus bodegas repletas del preciado marisco.
Según los empresarios pesqueros consultados por el rotativo, se pesca un promedio diario de unas 120 toneladas de esos langostinos, de las cuales 90% se destinará a la exportación a Estados Unidos y Europa.
“Es un buen regalo que nos hizo el mar para estas fiestas de fin de milenio, luego de un año bastante pobre”, destacó un pescador, fotografiado sobre la cubierta de un buque exhibiendo en sus manos varios ejemplares de esos “súper” langostinos.
El sector pesquero tuvo un mal año por la veda impuesta para la merluza, actividad que, a diferencia de la captura del langostino, requiere del trabajo de procesamiento del pescado y, por lo tanto, genera puestos de empleo.
La historia comercial del langostino en la Argentina se inició a principios de la década de los ´80 con exportaciones del orden de las 3.000 toneladas anuales y llegó al récord, en 1992, con 24.400 toneladas vendidas al exterior, especialmente a España, donde se lo requiere sin cabeza.
A Estados Unidos se exporta el marisco entero, sin ningún tipo de procesamiento.
Los valores para la exportación del langostino también fueron creciendo, pues pasaron de los US$ 2.000 la tonelada en los años ´80 hasta US$ 5.000 ó 6.000 dólares en 1998, aunque para esta inesperada captura, dada la cantidad, se estima que las ventas estarán en el orden de los US$ 4.000 ó 4.500.