El frigorífico Rafaela Alimentos, la industria más antigua de la ciudad santafesina, decidió ayer cesantear a 355 de sus 900 empleados debido a la imposibilidad de resolver su delicada situación económica, según informó hoy (jueves 1) el diario La Nación.
La medida adoptada por las autoridades de la firma, que fue fundada en 1915 por Luis Fasioli, generó la inquietud y la inmediata movilización de los trabajadores del sector, que anoche tomaron en forma pacífica las instalaciones del frigorífico, quemaron gomas y se mantuvieron alertas ante la mirada atenta de los efectivos policiales.
Días atrás Rafaela Alimentos tomó una decisión similar en el Frigorífico Casilda, adquirido en 1997.
Allí los despedidos fueron 372, que luego de un proceso de conciliación obligatoria fueron reincorporados.
Los despedidos de Rafaela tiene algunos hasta 33 años de antigüedad, no sólo son obreros, sino también administrativos y personal jerárquico.
Los problemas con la aftosa y más recientemente con el “mal de la vaca loca” afectaron con dureza las actividades de la industria frigorífica local, en especial a aquellas empresas que como Rafaela Alimentos se dedicaban en gran medida a la exportación.
La noticia del los despidos, de todos modos causó sorpresa. Rafaela parecía ser el mejor posicionado del sector en Santa Fe, mucho mejor que frigorífico CEPA, un gigante propiedad del grupo Garovaglio & Zorraquín acosado por sus acreedores, y que el grupo santafecino Friar, que parece que recién ahora está empezando a levantar cabeza gracias al auxilio de varias entidades financieras.
El frigorífico Rafaela Alimentos, la industria más antigua de la ciudad santafesina, decidió ayer cesantear a 355 de sus 900 empleados debido a la imposibilidad de resolver su delicada situación económica, según informó hoy (jueves 1) el diario La Nación.
La medida adoptada por las autoridades de la firma, que fue fundada en 1915 por Luis Fasioli, generó la inquietud y la inmediata movilización de los trabajadores del sector, que anoche tomaron en forma pacífica las instalaciones del frigorífico, quemaron gomas y se mantuvieron alertas ante la mirada atenta de los efectivos policiales.
Días atrás Rafaela Alimentos tomó una decisión similar en el Frigorífico Casilda, adquirido en 1997.
Allí los despedidos fueron 372, que luego de un proceso de conciliación obligatoria fueron reincorporados.
Los despedidos de Rafaela tiene algunos hasta 33 años de antigüedad, no sólo son obreros, sino también administrativos y personal jerárquico.
Los problemas con la aftosa y más recientemente con el “mal de la vaca loca” afectaron con dureza las actividades de la industria frigorífica local, en especial a aquellas empresas que como Rafaela Alimentos se dedicaban en gran medida a la exportación.
La noticia del los despidos, de todos modos causó sorpresa. Rafaela parecía ser el mejor posicionado del sector en Santa Fe, mucho mejor que frigorífico CEPA, un gigante propiedad del grupo Garovaglio & Zorraquín acosado por sus acreedores, y que el grupo santafecino Friar, que parece que recién ahora está empezando a levantar cabeza gracias al auxilio de varias entidades financieras.