Un coro de embajadores salió ayer a cantar las miserias por las que deben atravesar sus representaciones diplomáticas a causa de que la Cancillería no gira los fondos necesarios para hacer frente a las deudas de hasta tres meses en el pago de sueldos al personal y de los servicios públicos de agua, luz y gas. La embajadora argentina en Bolivia, Zelmira Regazzoli, y otros representantes diplomáticos como Félix Borgonovo (Italia); Rogelio Pfirter (Gran Bretaña), y Archibaldo Lanús (Francia), relataron ayer los problemas que afrontan por la falta de fondos desde agosto último y quejaron porque desde el Ministerio de Relaciones Exteriores no se dio una solución al conflicto. Regazzoli graficó la situación y dijo que “si el lunes 15” no recibe el dinero, deberá proceder al “cierre de la embajada”, ya que las empresas de servicios públicos bolivianos le dieron hasta ese día para cancelar la deuda acumulada durante tres meses. En Buenos Aires, el canciller Guido Di Tella está furioso por la revuelta de los diplomáticos al filo del final de su gestión: “Son desplantes de embajadores enojados”, opinó ayer con sorna el ministro durante el acto de conmemoración del 10º aniversario de la caída del Muro de Berlín.
(La Prensa, Clarín, Página/12)
Un coro de embajadores salió ayer a cantar las miserias por las que deben atravesar sus representaciones diplomáticas a causa de que la Cancillería no gira los fondos necesarios para hacer frente a las deudas de hasta tres meses en el pago de sueldos al personal y de los servicios públicos de agua, luz y gas. La embajadora argentina en Bolivia, Zelmira Regazzoli, y otros representantes diplomáticos como Félix Borgonovo (Italia); Rogelio Pfirter (Gran Bretaña), y Archibaldo Lanús (Francia), relataron ayer los problemas que afrontan por la falta de fondos desde agosto último y quejaron porque desde el Ministerio de Relaciones Exteriores no se dio una solución al conflicto. Regazzoli graficó la situación y dijo que “si el lunes 15” no recibe el dinero, deberá proceder al “cierre de la embajada”, ya que las empresas de servicios públicos bolivianos le dieron hasta ese día para cancelar la deuda acumulada durante tres meses. En Buenos Aires, el canciller Guido Di Tella está furioso por la revuelta de los diplomáticos al filo del final de su gestión: “Son desplantes de embajadores enojados”, opinó ayer con sorna el ministro durante el acto de conmemoración del 10º aniversario de la caída del Muro de Berlín.
(La Prensa, Clarín, Página/12)
