En realidad, todo remite a una historia que empezó con una idea de Adolf Hitler. Empeñado en crear un automóvil popular (“volkswagen”), el amo del III Reich le pasó en 1935 un dibujo a Ferdinand Porsche, abuelo materno de Piëch. Recordaba mucho a un escarabajo (“käfer”). Al año siguiente, nacía el célebre cochecito, que llegó ser taxí en Brasil.
Mucho después, la Porsche vive obsedida con fagocitarse Volkswagen, la mayor automotriz de la Unión Europea y quinta mundial, tras Toyota, General Motors, Nissan-Renault y Ford. La ofensiva sobre la firma de Wolfsburg comenzó infiltrándose en la división de semilujo Audi: basta comparar las nuevas parrillas de ambas marcas para notar la convergencia.
La compañía de Stuttgart, sostiene el semanario, sigue tomando opciones accionarias de VW. Al mismo tiempo, VW refirma el proyecto de volver a Estados Unidos y fabricar 500.000 unidades anuales hacia 2012. Esto implica una contradicción: si el avance del “equipo Audi” en VW continúa, la impronta de Porsche (o sea, Piëch) llevará a modelos VW más caros y los sacará de su mercado natural. No sólo en Alemania.
En este momento, Porsche controla un tercio del paquete VW. Todavía ambas firmas siguen caminos separados, algo inevitable si se recuerda que la primera es una marca de lujo. Lo malo es que, a juicio de varios analistas germanos, Wiedeking no tiene la mentalidad adecuada para Volskwagen.
En realidad, todo remite a una historia que empezó con una idea de Adolf Hitler. Empeñado en crear un automóvil popular (“volkswagen”), el amo del III Reich le pasó en 1935 un dibujo a Ferdinand Porsche, abuelo materno de Piëch. Recordaba mucho a un escarabajo (“käfer”). Al año siguiente, nacía el célebre cochecito, que llegó ser taxí en Brasil.
Mucho después, la Porsche vive obsedida con fagocitarse Volkswagen, la mayor automotriz de la Unión Europea y quinta mundial, tras Toyota, General Motors, Nissan-Renault y Ford. La ofensiva sobre la firma de Wolfsburg comenzó infiltrándose en la división de semilujo Audi: basta comparar las nuevas parrillas de ambas marcas para notar la convergencia.
La compañía de Stuttgart, sostiene el semanario, sigue tomando opciones accionarias de VW. Al mismo tiempo, VW refirma el proyecto de volver a Estados Unidos y fabricar 500.000 unidades anuales hacia 2012. Esto implica una contradicción: si el avance del “equipo Audi” en VW continúa, la impronta de Porsche (o sea, Piëch) llevará a modelos VW más caros y los sacará de su mercado natural. No sólo en Alemania.
En este momento, Porsche controla un tercio del paquete VW. Todavía ambas firmas siguen caminos separados, algo inevitable si se recuerda que la primera es una marca de lujo. Lo malo es que, a juicio de varios analistas germanos, Wiedeking no tiene la mentalidad adecuada para Volskwagen.