La futura empresa deberá separar el servicio de telefonía fija que presta Sprint. Eso, a su vez, representará una de las mayores ventas de líneas convencionales en la historia del sector. Este martes, se espera que se reúnan los directores de ambas compañías para llevar las tratativas a una fase avanzada. Antes de trascender los planes de Verizon, se estimaba que se llegaría a entendimiento definitivo esta misma semana.
La fusión creará el tercer proveedor de telefonía inalámbrica de EE.UU., con peso suficiente para disputarles espacios a Verizon Wireless y Cingular Wireless, los dominantes. El primero proviene de otra fusión (Verizon con Vodafone Group, británico). Cingular acaba de comprarse AT&T Wireless Services y es, por su lado, propiedad conjunta de BellSouth y SBC Communications.
La firma más chica, Nextel, se ha expandido velozmente debido a un servicio especial que, básicamente, torna celulares en “walkie-talkies” y es muy bien recibido en escala empresaria. Sprint, originalmente una telefónica de larga distancia, es la tercera celular del país (22.200.000 subscriptores).
Pero no todo es tan obvio. Por ejemplo, Nextel tiene dos problemas que un acuerdo con Sprint podría solucionarle: precisa más espectro radial –un vehículo precioso como insumo- y pasarse totalmente a una tecnología de redes. Eso le permitirá no retrasarse ante competidores que ofrecen prestaciones de avanzada (entre ellas, búsquedas a alta velocidad en la web).
Hasta el trascendido del martes, casi nadie esperaba otra oferta. Algunos pensaron en Vodafone, que ya había tratado de comprar AT&T Wireless. Pero desde Londres se declararon no interesados. En cuanto a Verizon Communications –había considerado a Sprint y Nextel-, inicialmente no parecía resuelta a terciar. Tampoco mostraba entusiasmo Motorola, que conocía de antemano las negociaciones Nextel-Sprint. No obstante, la fusión ahora en gateras podría acabar con las relaciones especiales entre Nextel y Motorola, lo cual sería perjudicial para la fabricante de equipos y dispositivos, proveedora única de la telefónica.
En horas, el cuadro cambió. Según reveló el “Wall Street Jorunal”, Verizon se preparaba a formular una oferta por Sprint. Allegados a la empresas, inclusive, afirmaban contar con respaldo de Vodafone, que se quedaría con 45% de la eventual sociedad. Mientras Bloomberg’s señalaba lo mismo, la británica Reuters decía lo contrario.
Una propuesta de los dos grupos líderes, claro, acabaría con el preacuerdo Sprint-Nextel. Particularmente, porque se supone que la contrapropuesta se elevaría a unos US$ 40.000 millones, dado que Vodafone parecía dispuesta a cualquier cosa para no perder espacios en el mercado inalámbrico norteamericano. Con las diferencias del caso, el episodio podía degenerar en una pelea estilo Oracle-PeopleSoft, pero por montos casi cuatro veces superiores. Si eso ocurriera, Nextel se quedaría de a pie.
A última hora del marte, empero, Verizon admitió que había pesnado en tomar Sprint, pero –por el momento- no tiene planeas para intentarlo. Casi al mismo tiempo, su socia británica (Vodafone), acalró que no había discutido con la firma norteamericana nada respecto de Sprint. Wall Street y Londres no creen que el asunto se haya terminado.
La futura empresa deberá separar el servicio de telefonía fija que presta Sprint. Eso, a su vez, representará una de las mayores ventas de líneas convencionales en la historia del sector. Este martes, se espera que se reúnan los directores de ambas compañías para llevar las tratativas a una fase avanzada. Antes de trascender los planes de Verizon, se estimaba que se llegaría a entendimiento definitivo esta misma semana.
La fusión creará el tercer proveedor de telefonía inalámbrica de EE.UU., con peso suficiente para disputarles espacios a Verizon Wireless y Cingular Wireless, los dominantes. El primero proviene de otra fusión (Verizon con Vodafone Group, británico). Cingular acaba de comprarse AT&T Wireless Services y es, por su lado, propiedad conjunta de BellSouth y SBC Communications.
La firma más chica, Nextel, se ha expandido velozmente debido a un servicio especial que, básicamente, torna celulares en “walkie-talkies” y es muy bien recibido en escala empresaria. Sprint, originalmente una telefónica de larga distancia, es la tercera celular del país (22.200.000 subscriptores).
Pero no todo es tan obvio. Por ejemplo, Nextel tiene dos problemas que un acuerdo con Sprint podría solucionarle: precisa más espectro radial –un vehículo precioso como insumo- y pasarse totalmente a una tecnología de redes. Eso le permitirá no retrasarse ante competidores que ofrecen prestaciones de avanzada (entre ellas, búsquedas a alta velocidad en la web).
Hasta el trascendido del martes, casi nadie esperaba otra oferta. Algunos pensaron en Vodafone, que ya había tratado de comprar AT&T Wireless. Pero desde Londres se declararon no interesados. En cuanto a Verizon Communications –había considerado a Sprint y Nextel-, inicialmente no parecía resuelta a terciar. Tampoco mostraba entusiasmo Motorola, que conocía de antemano las negociaciones Nextel-Sprint. No obstante, la fusión ahora en gateras podría acabar con las relaciones especiales entre Nextel y Motorola, lo cual sería perjudicial para la fabricante de equipos y dispositivos, proveedora única de la telefónica.
En horas, el cuadro cambió. Según reveló el “Wall Street Jorunal”, Verizon se preparaba a formular una oferta por Sprint. Allegados a la empresas, inclusive, afirmaban contar con respaldo de Vodafone, que se quedaría con 45% de la eventual sociedad. Mientras Bloomberg’s señalaba lo mismo, la británica Reuters decía lo contrario.
Una propuesta de los dos grupos líderes, claro, acabaría con el preacuerdo Sprint-Nextel. Particularmente, porque se supone que la contrapropuesta se elevaría a unos US$ 40.000 millones, dado que Vodafone parecía dispuesta a cualquier cosa para no perder espacios en el mercado inalámbrico norteamericano. Con las diferencias del caso, el episodio podía degenerar en una pelea estilo Oracle-PeopleSoft, pero por montos casi cuatro veces superiores. Si eso ocurriera, Nextel se quedaría de a pie.
A última hora del marte, empero, Verizon admitió que había pesnado en tomar Sprint, pero –por el momento- no tiene planeas para intentarlo. Casi al mismo tiempo, su socia británica (Vodafone), acalró que no había discutido con la firma norteamericana nada respecto de Sprint. Wall Street y Londres no creen que el asunto se haya terminado.