Como se sabe, PlayStation 3 es un intento de recobrar primacía en un segmento de electrónica de uso final. Pero la futura consola de juegos afronta problemas que comprometen las utilidades del grupo japonés. Ahora, parece que saldrá a la venta en noviembre y, según la compañía, su reproductor de videodiscos para películas de alta definición permitirá que las divisiones cine y entretenimiento provean material a la consola.
Hasta ahí, el libreto comercial de Howard Stringer, presidente ejecutivo de Sony. Eso mismo se proponía hace justo un año, cuando asumió el cargo, pero la apuesta era más riesgosa de lo que suponía. Hace diez días, dos meses antes de lanzamiento a plaza, Ken Kuturagi (división juegos) anunciaba que el precio de PlayStation 3 en Japón se rebajará 20% (a alrededor de USD$ 410), para hacer frente a similares acciones de Microsoft y Nintendo.
Cabe recordar que esta consola debía reemplazar a PlayStation 2 (el mayor éxito de Sony, con 70% del mercado en los años 90) hace varios meses, tras años de demora en el desarrollo. En el perfil actual del mercado global y según previsiones de las propias empresas para fin de año, la Xbox 360 de Microsoft quedará al frente con diez millones de unidades anuales de venta. Lejos, la seguirán Wii de Nintendo (cuatro millones) y PlayStation 3 (apenas dos millones).
Las perspectivas no son buenas. Por ejemplo, dificultades de fabricación pospondrán la presentación en Europa occidental a marzo de 2007. Aparte de reducir a la mitad la cantidad de consolas para todos mercado, la compañía no tiene claro cuándo lanzará el producto en Latinoamérica. O sea, Méjico y Brasil.
Empiezan a oírse sordos ruidos en la interna ejecutiva de Sony, donde algunos tiene nostalgias de la época dorada, entre 1981 y 1999. Por entonces, la marca (antes Columbia) dominaba varios segmentos con aparatos como el televisor Trinitron, el walkman y los pasacompactos. Desde entonces, Apple Computer (iPod) se ha apoderado de la música portátil –salvo el repertorio “clásico”, que ni siquiera los dispositivos manuales múltiples cubre- y los televisores plásmicos dejaron atrás a Sony.
Como se sabe, PlayStation 3 es un intento de recobrar primacía en un segmento de electrónica de uso final. Pero la futura consola de juegos afronta problemas que comprometen las utilidades del grupo japonés. Ahora, parece que saldrá a la venta en noviembre y, según la compañía, su reproductor de videodiscos para películas de alta definición permitirá que las divisiones cine y entretenimiento provean material a la consola.
Hasta ahí, el libreto comercial de Howard Stringer, presidente ejecutivo de Sony. Eso mismo se proponía hace justo un año, cuando asumió el cargo, pero la apuesta era más riesgosa de lo que suponía. Hace diez días, dos meses antes de lanzamiento a plaza, Ken Kuturagi (división juegos) anunciaba que el precio de PlayStation 3 en Japón se rebajará 20% (a alrededor de USD$ 410), para hacer frente a similares acciones de Microsoft y Nintendo.
Cabe recordar que esta consola debía reemplazar a PlayStation 2 (el mayor éxito de Sony, con 70% del mercado en los años 90) hace varios meses, tras años de demora en el desarrollo. En el perfil actual del mercado global y según previsiones de las propias empresas para fin de año, la Xbox 360 de Microsoft quedará al frente con diez millones de unidades anuales de venta. Lejos, la seguirán Wii de Nintendo (cuatro millones) y PlayStation 3 (apenas dos millones).
Las perspectivas no son buenas. Por ejemplo, dificultades de fabricación pospondrán la presentación en Europa occidental a marzo de 2007. Aparte de reducir a la mitad la cantidad de consolas para todos mercado, la compañía no tiene claro cuándo lanzará el producto en Latinoamérica. O sea, Méjico y Brasil.
Empiezan a oírse sordos ruidos en la interna ejecutiva de Sony, donde algunos tiene nostalgias de la época dorada, entre 1981 y 1999. Por entonces, la marca (antes Columbia) dominaba varios segmentos con aparatos como el televisor Trinitron, el walkman y los pasacompactos. Desde entonces, Apple Computer (iPod) se ha apoderado de la música portátil –salvo el repertorio “clásico”, que ni siquiera los dispositivos manuales múltiples cubre- y los televisores plásmicos dejaron atrás a Sony.
