El juez Richard Arnold declaró que el grupo farmacéutico norteamericano había enviado correos amenazadores y carentes de fundamento con intención de amedrentar a las farmacias dispuestas a vender la versión genérica de la droga.
El juez habló con posterioridad a su fallo del jueves 4 con el cual canceló el uso de la patente del analgésico Lyrica en Gran Bretaña y rechazó el reclamo de Pfizer sobre violación de patente por parte de Actavis el brazo de drogas genéricas de Allergan.
El caso se seguía con atención porque pone a prueba la capacidad de las empresas farmacéuticas para defender patentes emitidas para “usos secundarios” de medicamentos después de perder la exclusividad en el mercado para su uso original.
Lyrica fue, originalmente, desarrollada para tratar la epilepsia pero su patente para ese uso expiró el año pasado, lo cual permitió a Actavis lanzar una versión más barata usando el nombre genérica de la medicina: pregabalin.
Pero una segunda patente, más reciente, sobre Lyrica como analgésico permaneció activa y Pfizer quería asegurar que la versión genérica no pudiera recetarse para ese uso.
De manera que envió cartas a médicos y farmacias exigiéndoles que receten la marca Lyrica, algo contrario a la convención que impera en Gran Bretaña de usar siempre el nombre genérico.
La farmacéutica norteamericana declaró que piensa apelar, aclaró que la decisión solamente es válida en el Reino Unido y que confía que en Estados Unidos el analgésico mantenga su patente vigente hasta 2018.