La petrolera estatal brasileña, que se encuentra en el epicentro del mayor escándalo de corrupción que ha envuelto a Brasil en muchos años, acaba de anunciar la venta de activos en Argentina y Chile como parte de sus esfuerzos para salir de su crisis.
Vendió 67,2% de su participación accionaria en la argentina Pampa Energía en US$ 892 millones. También su subsidiaria chilena a Southern Cross Group, una firma de valores privada con sede en Argentina, por US$ 490 millones.
Proyecta seguir vendiendo activos de aquí a fin de año para evitar pedir un salvataje al gobierno nacional.
La combinación letal del escándalo de corrupción y la caída de los precios del petróleo han dañado profundamente las finanzas de la compañía que, en el primer trimestre el año, registró una pérdida de US$ 10.000 millones.